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Francia recurre al Ejército frente al terror

Defensa despliega 10.000 militares para proteger los lugares más sensibles Interior crea una unidad de 4.700 policías para vigilar sinagogas y centros hebreos

Portada del nuevo número de Charlie Hebdo.Foto: reuters_live | Vídeo: Reuters-LIVE! / AFP
Carlos Yárnoz

Francia ha puesto en marcha desde este lunes la operación de seguridad interior más amplia de la V República, que arrancó en 1958, después de los atentados yihadistas que la semana pasada costaron la vida a 17 personas. Por vez primera, el Ejército participa a gran escala en un dispositivo de estas características. Más de 10.000 militares se desplegarán por el país. El Gobierno ha decidido mantener en París y sus alrededores el nivel máximo de alerta, el de “peligro de atentados”, convencido de que puede haber en preparación nuevos ataques, entre otros motivos porque la policía sospecha que los tres terroristas contaban con cómplices aún localizados en Francia o en el exterior.

La operación se lanza al día siguiente de la histórica movilización ciudadana en defensa de los valores democráticos, en la que participaron unos cuatro millones de ciudadanos en toda Francia. “Es la primera vez que una operación de tal amplitud moviliza a nuestras fuerzas sobre el territorio”, señaló el ministro de Defensa, Jean-Yves Le Drian. Los soldados actuarán dentro del plan Vigipirate, puesto en marcha hace meses con mil militares a los que recientemente se sumaron otros 2.000.

Le Drian afirmó que los militares se encargarán de vigilar “cientos de puntos sensibles”. “Hace falta una respuesta excepcional”, aseguró este jueves el primer ministro, Manuel Valls, antes de asistir en el Elíseo a una nueva reunión del gabinete de crisis.

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El despliegue sin precedentes incluye de forma especial la vigilancia y protección de las 717 escuelas judías y sinagogas. Unos 4.700 policías y gendarmes estarán dedicados a esta misión, informó el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, quien visitó la escuela judía Yaguel-Yaacov, cerca de donde la mañana del jueves pasado murió asesinada en Montrouge, al sur de París, la joven policía municipal Clarissa Jean-Philippe.

Fuentes de la comunidad judía han comentado a este periódico que la policía sospecha que Amedy Coulibaly, el presunto asesino de la agente, se dirigía a esa escuela para atacar a sus alumnos. Tuvo un pequeño accidente de tráfico, mató a la policía y, al día siguiente, atacó el Hyper Cacher de la avenida de Vincennes, donde asesinó a cuatro judíos antes de ser abatido.

Coulibaly, según esas fuentes, intentaba imitar al yihadista Mohamed Merah, quien en marzo de 2012 mató a tres niños en una escuela judía en Toulouse. El sábado, asociaciones como el Consejo de Representantes de Instituciones Judías de Francia, exigieron al Gobierno una especial vigilancia de escuelas y sinagogas. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, visitó este lunes el Hyper Cacher atacado antes de regresar a su país.

La comunidad judía también reclamaba hace años que el Gobierno designara a un responsable de proteger escuelas y centros de culto. Cazeneuve ha nombrado al prefecto Patrice Latron, quien también se ocupará de dar seguridad a las mezquitas. El Observatorio francés contra la Islamofobia ha señalado que, desde el ataque a Charlie Hebdo, se han registrado medio centenar de ataques y amenazas a locales musulmanes, incluidos disparos a tres mezquitas.

En paralelo, Francia y su Ejecutivo se plantean modificar la legislación antiterrorista. La última reforma se produjo en otoño, con una nueva norma para prohibir la salida del país de sospechosos de viajar a Siria.

Hollande ha asegurado que, gracias a ese tipo de medidas, “se han evitado varios atentados” en París, Niza o Lille. La policía afirma que se ha desmantelado 13 redes de captación en 12 meses.

Pese a todo, Interior calcula que más de 1.400 franceses se han enrolado como yihadistas en Siria e Irak. Entre 200 y 300, calcula, han regresado, lo que les convierte en la principal amenaza. Además, la policía ha constatado que varios encarcelados por sus actividades yihadistas o por delitos comunes se han radicalizado en las prisiones tras contactar con otros presuntos terroristas. Por todo ello, Valls señaló que se analiza la opción de “generalizar el aislamiento en prisión de los detenidos islamistas radicales”. En Francia hay 152 encarcelados por actividades yihadistas, según el Ministerio de Justicia. De ellos, 22 están agrupados, y no aislados entre sí, en la prisión de Fresnes, al sur de París.

Además, el Gobierno quiere “mejorar” los procedimientos judiciales para las escuchas telefónicas, para que sean “más eficaces”, y dotar de más medios a los servicios antiterroristas. Actualmente son 3.200 agentes y se quiere contar con 500 más, sobre todo informáticos y analistas.

Dirigentes de la Unión por un Movimiento Popular (UMP) mencionan incluso la posibilidad de aprobar en Francia una ley similar a la polémica Patriot Act aprobada en EE UU tras los ataques del 11 de septiembre. Nicolas Sarkozy, líder de la UMP, asegura que “no hay libertad sin garantía de seguridad” y defiende la expulsión de franceses que hayan participado como combatientes en Siria o Irak. “Quien tiene un documento de identidad francés pero quiere destruir Francia no tiene derecho a quedarse en territorio nacional”, declaró a RTL.

“Atención a todas esas medidas de excepción”, advierte Valls.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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