Ocho condenados a muerte en China por dos atentados en Xinjiang
Unas 50 personas han sido sentenciadas a la pena capital desde junio, en una dura campaña contra la violencia extremista en la provincia
Un tribunal chino condenó a muerte a ocho personas por su participación en dos ataques en Xinjiang, la provincia de la minoría étnica uigur, de religión musulmana, informaron hoy los medios estatales chinos. Además, otras cinco personas recibieron una condena a muerte suspendida durante dos años -que en la práctica equivale a una cadena perpetua-, mientras que cuatro recibieron sentencias menos severas.
Uno de los ataques relacionados con las sentencias se produjo en abril en Urumqi, en el último día de una visita a la ciudad del presidente chino Xi Jinping, cuando varias personas atacaron una estación de ferrocarril con explosivos y cuchillos, en un incidente que dejó tres muertos y 79 heridos. El segundo un mes después, cuando varias explosiones causaron 39 muertos y 90 heridos en un mercado de Urumqi, la capital de Xinjiang.
Según afirma Xinhua, la agencia de noticias oficial china, los participantes en el ataque de abril habían estado liderados por un miembro del Movimiento Islámico de Turquestán Oriental (ETIM), un grupo que Pekín describe como una organización terrorista. Bajo la dirección de este miembro, asegura Xinhua, se reunieron en numerosas ocasiones para ver y escuchar grabaciones de vídeo y de audio de contenido terrorista.
Desde junio, cerca de 50 personas han sido condenadas a muerte dentro de una dura campaña de Pekín contra la violencia que atribuye a grupos extremistas en la provincia y que en el último año se ha cobrado cerca de 200 muertos. Los ataques se han ido haciendo gradualmente más complejos y mortales.
Los grupos defensores de los uigures alegan como causas de la violencia las dificultades que encuentran muchos uigures para practicar su religión, la discriminación por razones de lengua y cultura y un peor nivel de vida y de oportunidades frente a la etnia han, mayoritaria en China. La población han ha crecido enormemente en Xinjiang en las últimas tres décadas, alentada por una política de incentivos del Gobierno central y por la riqueza de recursos naturales en la provincia.
Pekín defiende su política hacia Xinjiang y asegura que respeta los derechos y la cultura uigur, al tiempo que emprende iniciativas para fomentar el desarrollo económico de esta minoría.
Dentro de la campaña de mano dura en la provincia, el Gobierno chino condenó por “separatismo” a cadena perpetua y a la confiscación de todos sus bienes al académico uigur Ilham Tohti, un defensor de línea muy moderada de los derechos de su etnia.
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