Cuatro ataques en Cachemira dejan 21 muertos en medio de las elecciones
Modi y su partido hacen un esfuerzo histórico por ganar las elecciones estatales
Cachemira sufrió este viernes cuatro ataques de milicianos que dejaron 21 muertos, entre ellos personal de las fuerzas armadas, atacantes y dos civiles. Los ataques ocurrieron dos días antes de la visita del primer ministro Narendra Modi a Srinagar, la capital de Cachemira, a dar un mitin político a favor de su partido, el nacionalista hindú Bharatiya Janata (BJP). Modi ya ha realizado tres mítines en Jammu y Cachemira. Aunque es difícil que lo logre, los expertos califican esta como la apuesta más seria del BJP para intentar ganar el poder en un Estado con gran población musulmana. En las elecciones generales del pasado mayo se hizo con tres de los seis escaños.
Jammu y Cachemira están votando para elegir gobierno estatal. Las elecciones se están desarrollando en cinco fases, de las cuáles dos se han llevado a cabo ya, en medio de un gran dispositivo de seguridad y con un número de votantes récord del 72%, aún después de una llamada de los separatistas a boicotear las elecciones y del frío invierno.
Dos de los ataques estuvieron sincronizados y se produjeron con 100 kilómetros de diferencia, en una base militar de Uri y otro en Srinagar. En Uri, muy cerca de la frontera con Pakistán, los atacantes entraron en la base militar y el enfrentamiento se prolongó durante seis horas. Murieron 17 personas: ocho militares, tres policías y seis milicianos.
En Srinagar dos milicianos abrieron fuego en un puesto de control de la policía. La policía los mató. Este ataque fue especialmente sensible ya que se dio en la capital, donde Modi dará su discurso muy pronto. El primer ministro no cambiará sus planes a pesar de los ataques, según fuentes de su oficina.
Uno de los atacantes muertos fue identificado como miliciano del grupo islamista Lashkar-e-Toiba, cuyo líder, Hafiz Saeed, está en Pakistán mientras es considerado terrorista por Nueva Delhi y Washington. Se le atribuyen los atentados de Bombay de 2008 en los que murieron 164 personas. Aunque el grupo islamista no ha reivindicado el ataque, algunos en India creen que puede estar detrás.
En Tral, a 45 kilómetros de Srinagar, los milicianos lanzaron granadas en una parada de autobús, matando a dos personas e hiriendo a varios. En el cuarto ataque del día, en Shopian, a 60 kilómetros de Srinagar, los milicianos lanzaron granadas a una estación de policía, dañando el edificio.
Nueva Delhi aseguró que los milicianos llegaron de Pakistán, por lo que el ministro de Interior indio, Rajnath Singh, aseguró que el país vecino debe tener una respuesta al porqué los milicianos se esconden en su territorio. "Pakistán debería detener estos incidentes, si no pueden, deberían hablar con India acerca de eso", aseguró a los medios.
India y Pakistán han peleado por Cachemira por 67 años, desde la independencia, y han luchado tres guerras por esta región y han estado cerca de otra. En la parte india, reclamada por Pakistán, hay una insurgencia que está en contra del gobierno de Nueva Delhi y que quieren la independencia o ser parte de Pakistán.
El partido hinduista BJP está haciendo un intento histórico por tener presencia en Jammu y Cachemira. Aunque la mayoría de escaños están en el valle, lo que se conoce como Cachemira, con más del 95% de población musulmana, donde el BJP nunca ha ganado un escaño. El Estado de Jammu y Cachemira ha sido siempre gobernado alternadamente por dos fuerzas políticas, Partido Democrático de la Gente (PDP) y la Conferencia Nacional de Jammu y Cachemira (JKN), que formó el actual gobierno con el Partido del Congreso. Pero esta vez su popularidad está a la baja porque Omar Abdullah, el jefe de gobierno, ha respondido de manera débil, según la opinión pública, ante el terrorismo y las terribles inundaciones que afectaron la zona en septiembre, y en las que murieron 277 personas en la parte india.
Modi ha hecho muchos viajes al valle de Cachemira desde que fue elegido primer ministro, entre los cuales uno fue muy significativo ya que anunció un paquete económico para la rehabilitación después de las inundaciones -las peores en la zona desde la independencia-. La presencia continua de Modi ha sido vista por muchos como una forma de decir a Pakistán que Cachemira pertenece sin ninguna duda a India.
Modi condenó los ataques rápidamente como "intentos desesperados de descarrilar la atmósfera de esperanza y buenas intenciones que se ha visto con el creciente número de votantes", y elogio a los hombres que sacrificaron su vida por India.
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