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El Museo Judío de Bélgica reabre sus puertas tras el atentado antisemita

Ahora hay un control policial en la entrada, un registro manual y un detector de metales

Un policía custodia la entrada del Museo Judío de Bruselas.
Un policía custodia la entrada del Museo Judío de Bruselas.Geert Vanden Wijngaert (AP)

La comunidad judía belga vivió este domingo un día de celebración, aunque también de duelo. Apenas cuatro meses después del atentado contra el Museo Judío de Bélgica, en el que perdieron la vida cuatro personas, la entidad decidió reabrir sus puertas, coincidiendo con la jornada europea de la cultura hebrea. Una fecha simbólica escogida para rendir homenaje a las víctimas del ataque y para volver a ofrecer al gran público los tesoros escondidos en el interior de la casa de la cultura judía de Bruselas.

El acto de reapertura, cargado de emoción por parte de los asistentes que se congregaron en esa céntrica zona de Bruselas, contó con la presencia de autoridades federales, entre ellos el primer ministro belga, Elio Di Rupo, y de la comunidad judía, como el Gran Rabino de la capital del país, Albert Guigui. Este último explicó a EL PAÍS que el atentado supuso un "trauma" para la comunidad porque se atacó a un "símbolo" del judaísmo, a lo más "precioso" de su historia. En un discurso pronunciado durante el evento, Di Rupo quiso recalcar que la reapertura de esta institución no es más que un ejemplo de cómo la "cultura es más fuerte que el odio y la democracia más fuerte que el terror". Según expuso, aquellos que cometen "crímenes antisemitas o racistas" deben ser "denunciados, perseguidos y sancionados con firmeza" y añadió que Bélgica está colaborando con la Unión Europea para luchar contra las redes e individuos que "amenazan a nuestra civilización".

El pasado 24 de mayo, un hombre armado con un revolver se adentró en el museo y disparó a cuatro personas a sangre fría: una pareja israelí (Myriam y Emanuel Riva), una mujer francesa de 66 años (Dominique Sabrier) y un joven trabajador del museo (Alexandre Stern). Este último falleció una semana más tarde en el hospital. Las cámaras de vigilancia del centro grabaron lo ocurrido aunque apenas dejaban apreciar el rostro del agresor. Seis días después detuvieron al argelino francés Medhi Nemmouche como presunto autor del crimen. Fue arrestado en Marsella con una bolsa que contenía dos armas -una de las cuales coincidía con la del atentado- y una cámara de vídeo GoPro, aparato que aparecía también en el bolsillo del agresor durante la grabación. El pasado viernes, el tribunal de Bruselas rechazó la puesta en libertad del inculpado.

La portavoz del museo, Chouna Lomponda, trabajaba muy de cerca con Alexandre Stern. Tres meses antes del atentado, fue contratado como su asistente en el gabinete de comunicación de la entidad. Según Lomponda era una persona "muy sonriente y proactiva" y sobre todo era "muy joven". Por aquel entonces, el museo no contaba con un sistema de vigilancia estricto, lo que permitió al agresor entrar con más facilidad. La directora de comunicación de la entidad explicó que en los dos años que llevaba como empleada, nadie en la dirección se había planteado la opción de reforzar las medidas de seguridad. "Un museo tiene que dar una imagen de apertura y no de fortificación", manifestó. Sin embargo desde este domingo el acceso al edificio sigue un procedimiento mucho más minucioso. Para poder entrar en el interior, hay que pasar un control policial en la entrada, un registro manual y un detector de metales. Lomponda confesó que tras lo ocurrido no les quedó más remedio recurrir a este tipo de medidas para evitar otra situación igual en el futuro. "Nunca me podría haber imaginado que éramos un potencial objetivo de ataque", declaró sorprendida.

El periodista francés Nicolas Hénin, retenido por radicales en Siria durante 10 meses, reveló la semana pasada que el presunto autor del crimen del museo fue uno de sus secuestradores. Hénin fue liberado en abril tras 10 meses como rehén de un grupo yihadista, en los que sufrió "agresiones físicas" por parte de Medhi Nemmouche, según explicó en una rueda de prensa. Estas declaraciones vincularían directamente al inculpado con este colectivo terrorista. "De ser así, podríamos pensar que el atentado del pasado 24 de mayo tiene una relación directa con los conflictos que se están llevando a cabo en Oriente Próximo", admitió la portavoz del museo.

Por su parte, el Rabino Guigui explicó que más allá de lo que está ocurriendo en esa región, "hay un choque entre dos civilizaciones". Según expuso el más alto representante de la religión judía en Bruselas, los valores democráticos y humanos de Occidente se oponen al terror que propagan los grupos más radicales del Islam. Guigui quiso, sin embargo, dar un mensaje esperanzador al recordar que la reapertura del museo se celebró 10 días antes del inicio del año nuevo judío, lo que brinda un "nuevo comienzo" para la institución.

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