_
_
_
_

La violencia étnica crece en la zona uigur

Las disparidades económicas y las tensiones entre los dos principales grupos étnicos han provocado enfrentamientos

Campesinos uigures preparan la tierra para sembrar patatas en la región de Xinjiang.
Campesinos uigures preparan la tierra para sembrar patatas en la región de Xinjiang.REUTERS

Es posible verlos en muchas ciudades chinas fuera de Xinjiang dirigiendo restaurantes en los que ofrecen deliciosos pinchos morunos, platos de arroz frito con zanahoria y cordero, o guisos de carne con tortas de pan. O vendiendo en triciclos un dulce de pasta y almendra muy similar al turrón. O tocando música alegre en bares y locales nocturnos. Son la cara de la emigración uigur dentro de China. Pero la inmensa mayoría de los uigures —alrededor de 10 millones— vive en Xinjiang, región autónoma del oeste de China, fronteriza con Asia central. Otros 300.000 se encuentran en Kazajistán, Uzbekistán y Kirguizistán. También existen comunidades en Turquía, Rusia, Estados Unidos, Alemania y Suecia.

Los uigures constituyen una de las 55 minorías de China, donde la etnia mayoritaria es la han, que supone alrededor del 91% de los 1.350 millones de habitantes del país. Son de religión musulmana y su lengua es de origen túrquico, con alfabeto árabe.

La Región Autónoma Uigur de Xinjiang —nombre oficial— tiene una superficie de 1,6 millones de kilómetros cuadrados, alrededor de tres veces la de España, para una población de 22,6 millones de personas, de la cual los uigures representan menos de la mitad —el 47%— debido a los esfuerzos del Gobierno central desde hace décadas para repoblar la región con miembros de la etnia han, que ya suponen el 38%.

Otros grupos que habitan Xinjiang son los kazajos, los hui y los mongoles. Pero son los han quienes controlan la vida política y económica de esta zona de montañas y desiertos, rica en gas y otros recursos naturales, lo cual es una de las principales fuentes de descontento entre los uigures.

Otros grupos que habitan Xinjiang son los kazajos, los hui y los mongoles

Las disparidades económicas y las tensiones entre los dos principales grupos étnicos han provocado brotes de violencia, que alcanzaron su máximo en julio de 2009, cuando casi 200 personas —la mayoría de ellas, han— murieron en varios días de enfrentamientos en la capital, Urumqi.

En el siglo XX, existió en dos ocasiones en Xinjiang, de forma breve, una república del Turkestán Oriental.

Tras la victoria de los comunistas de Mao Zedong en la guerra de civil en 1949, el Ejército Popular de Liberación puso fin a la Segunda República del Turkestán Oriental, y muchos uigures se exiliaron.

Pekín asegura que la violencia que sufre periódicamente Xinjiang —y que cada vez se produce más fuera de la propia región— es obra de extremistas religiosos y terroristas con conexiones en el extranjero, que buscan la independencia, en particular el Movimiento Islámico del Turkestán Oriental (ETIM, en sus siglas en inglés).

Washington incluyó a ETIM en su lista de organizaciones terroristas extranjeras en 2002, tras los ataques del 11S en Estados Unidos, pero posteriormente lo retiró.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_