Arranca la carrera para presidir el partido de la derecha mexicana
Gustavo Madero, presidente del PAN, buscará reelegirse frente a la alianza entre Ernesto Cordero y Juan Manuel Oliva
Gustavo Madero, presidente del Partido Acción Nacional (PAN), ha anunciado esta mañana su decisión de separarse del cargo para poder emprender la campaña para reelegirse. En otro evento, Ernesto Cordero y Juan Manuel Oliva, hicieron pública una alianza para presentarse en una fórmula conjunta y buscar una victoria el próximo 18 de mayo, cuando 220.000 militantes del partido elegirán, por primera vez de forma abierta y directa, a quien encabezará el partido más importante de la derecha mexicana y que gobernó el país de 2000 a 2012.
Madero anunció su decisión en un breve mensaje en un hotel de la ciudad de México. Unos 50 militantes, ninguno de alto perfil, lo acompañaron en el evento. “He solicitado licencia para separarme del cargo y pedir el voto a todos los militantes y consolidar un partido unido en sus principios y valores y para seguir construyendo y consolidando este PAN ganador”, señaló en la conferencia, en la que no aceptó preguntas de los medios. Madero, que dirige el PAN desde diciembre de 2010, ha tenido que resistir una serie de señalamientos de corrupción que apuntan directamente a sus hombres más cercanos en la Cámara de diputados y el Senado.
Desde el poder, Madero ha ejercido un estilo de hacer política que lo ha acercado con el gobierno de Enrique Peña Nieto y el Partido Revolucionario Institucional, su enemigo histórico. La cercanía ha sido tanta que forjó los cimientos del Pacto por México, un acuerdo de la oposición con el partido del Gobierno. Esa postura no fue compartida por muchos dentro del panismo, que advirtieron que con la cercanía se diluía el papel de oposición. Uno de los mayores críticos a la estrategia de Madero fue Ernesto Cordero, un senador muy cercano al expresidente Felipe Calderón que fungió como ministro de Desarrollo Social y luego, de Hacienda.
Cordero desveló esta mañana un arreglo con Juan Manuel Oliva, exgobernador del Estado de Guanajuato (en el centro de México), un bastión del panismo más conservador, para buscar juntos la presidencia y secretaría general del organismo. “Juntos le daremos una cara honesta y abierta al partido”, señaló Cordero ante un nutrido grupo de simpatizantes. “Esta alianza es la mejor muestra de que la nueva dirigencia no será sectaria ni obedecerá a intereses de grupo”, agregó.
Oliva llevaba un par de meses recorriendo el país hablando con los militantes de a pie. Preparaba el terreno para buscar la presidencia. En México los medios lo asocian al Yunque, el sector de la extrema derecha. “En mí tendrán a un promotor de los panistas de a pie. Es la hora de la lucha. Reconciliaremos al PAN”, señaló en un breve mensaje que antecedió a Cordero.
El pasado 26 de febrero Josefina Vázquez Mota, excandidata del PAN a la presidencia de México, que también sopesaba la posibilidad de buscar la dirigencia, anunció que se retiraba del proceso. “Existen prácticas contrarias al poder del voto del militante que afectarán el resultado de la elección”, señaló. Vázquez, que tenía el mayor respaldo de la militancia en las encuestas, dijo que un ambiente “crispado” en la contienda le ayudó a tomar la decisión. Su mensaje estuvo arropado por el grupo Panistas por México, compuesto por algunos panistas de alto perfil. El exgobernador de Guanajuato, Carlos Medina, señaló que el grupo no apoyará a ningún candidato a la dirigencia nacional.
La palabra unidad fue la más repetida este domingo en los discursos de Madero, Oliva y Cordero. El panismo atraviesa una crisis que comenzó con las elecciones de 2012, cuando Vázquez Mota perdió la presidencia de la república y el PAN cayó al tercer lugar de las preferencias electorales. Hoy el recomponer el partido es una misión urgente para los dos bandos, que deberán afrontar una prueba de fuego en las elecciones intermedias de 2015, cuando se renovarán las diputaciones federales y nueve gubernaturas estarán en juego.
La contienda que comienza hoy promete ser intensa y ríspida. Madero destituyó a Cordero como coordinador de la bancada del PAN en el Senado para colocar a un político afín de escaso perfil. Cordero, en cambio, ha sido uno de los personajes que más ha insistido en investigar qué hay de cierto en las acusaciones de corrupción que señalan directamente a Luis Alberto Villarreal, el coordinador de los diputados panistas y hombre cercano a Madero. EL PAN comienza hoy una campaña que busca la unidad pero que tiene todos los ingredientes para convertirse en una guerra fratricida.
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