Obama, abierto a debatir la propuesta republicana de reforma migratoria
El Partido Republicano no ofrece una vía para la ciudadanía y pide crear un nuevo “estatus legal” para los sin papeles regularizados
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se mostró este viernes abierto a negociar la propuesta de reforma migratoria planteada por el Partido Republicano el día anterior. En declaraciones a CNN, el mandatario aseguró que se siente “ilusionado” porque John Boehner, líder republicano en la Cámara de Representantes, “parece haber reconocido que nuestro país será más fuerte si resolvemos este asunto”.
Obama evitó pronunciarse sobre la ausencia en los planes republicanos de una vía para que los 11 millones de indocumentados accedan a la ciudadanía. Aquel proyecto sí reconoce la ley aprobada por el Senado el pasado mes de junio, calificada de “amnistía” por los conservadores más contrarios a la reforma. El presidente, que ha asegurado anteriormente que vetaría cualquier proyecto de ley que no incluye la regularización de indocumentados, se limitó en la entrevista a recibir positivamente la posibilidad de negociar con los republicanos.
“La cuestión es si hay algo más que podamos hacer con esta ley para lograr apoyo de demócratas y republicanos y que a la vez resuelva los problemas más amplios”, dijo Obama, en referencia a la seguridad en la frontera y a la creación de un sistema migratorio “que funcione mejor que ahora”.
La Casa Blanca también reconoció este viernes el "progreso" en la Cámara de Representantes, como ya lo hiciera el Senado, "alejándose de las políticas de auto-deportación", como aseguró el portavoz Jay Carney. "Estamos muy esperanzados con que 2014 sea el año en que logremos esto. El hecho de que los líderes de la Cámara estén hablando de estos principios es muy bueno".
No habrá un acceso especial a la ciudadanía para aquellas personas que violaron nuestras leyes”, dice el documento
Las bases planteadas por el Partido Republicano consideran la regularización de cerca de 11 millones de indocumentados pero a través de la creación de un “estatus legal”, sin acceder directamente a la ciudadanía estadounidense, si los inmigrantes pagan una multa, cumplen con ciertas condiciones y hay garantías de seguridad en la frontera.
“No habrá un acceso especial a la ciudadanía para aquellas personas que violaron nuestras leyes”, dice el documento. “Eso sería injusto para aquellos inmigrantes que han incumplido las leyes y en detrimento de la aplicación de la legislación”. Las bases también exigen la seguridad fronteriza como condición para que comience cualquier proceso de legalización de los ‘sin papeles’.
Los líderes republicanos compartieron su proyecto de reforma durante la reunión que celebran estos días con todos sus legisladores. La presencia de la reforma migratoria entre sus prioridades políticas para 2014 y, más allá, la oferta de legalizar a millones de 'sin papeles', constituyen un giro impensable hace tan solo dos meses, cuando John Boehner aseguró que nunca estudiaría los principios de reforma planteados por el Senado.
Los inmigrantes indocumentados “podrían vivir legalmente y sin miedo en Estados Unidos, pero solo si están dispuestos a reconocer su culpabilidad, superar rigurosos exámenes de su historial, pagar una multa e impuestos atrasados, desarrollar su dominio del inglés y de los valores americanos y son capaces de mantenerse a sí mismos y a sus familias sin acceso a los servicios públicos”, según el documento.
Como ya plantearan los republicanos durante las negociaciones en el Senado, ninguno de estos procesos de legalización comenzaría hasta que se garantice la seguridad en la frontera, un argumento que puede alejar el apoyo de los demócratas. El año pasado, el debate sobre cómo demostrar esa seguridad y cuánto tiempo podría demorarse, ya constituyó uno de los grandes escollos en las negociaciones.
“Los problemas de nuestro sistema de inmigración deben resolverse paso a paso, con una estrategia de sentido común que comienza con la seguridad de nuestras fronteras, el cumplimiento de nuestras leyes y la aplicación de estas medidas de manera sólida”, asegura el partido en sus estándares revelados este jueves.
Las bases republicanas rechazan de principio negociar la ley aprobada por el Senado el pasado mes de junio -a pesar de que contó con el apoyo de los dos partidos- o emplear la misma estrategia. Los conservadores aseguran que la reforma deberá llegar por partes, separada en varias leyes, aunque no especifican si crearán un mecanismo para garantizar que todas sean votadas a la vez.
El presidente del mayor sindicato de trabajadores del país, AFL-CIO, rechazó este jueves los estándares republicanos para la reforma calificándolos de “frívolos”. “La vía para la ciudadanía es vital para proteger los derechos de las familias trabajadoras y mantener las familias unidas”, afirmó Richard Trumka.
Los líderes evangélicos, por su parte, aplaudieron en diferentes comunicados la llegada de la propuesta republicana. “Espero que los comentarios del presidente en el discurso sobre el estado de la Unión y los estándares republicanos impulsen el compromiso bipartidista para una reforma real este año”, afirmó Gabriel Salguero, presidente de la Coalición Evangélica Nacional.
El documento, sin embargo, sí incluye la propuesta de crear una vía para la ciudadanía, pero sólo para los ‘dreamers’, jóvenes indocumentados que entraron ilegalmente en EE UU acompañados de sus padres. Este apartado, uno de los más populares de la reforma migratoria y el que ha logrado movilizar a la comunidad hispana junto con las deportaciones, estuvo a punto de convertirse en ley a finales de 2011, pero fracasó a falta de 5 votos republicanos.
En otro sorprendente giro, el Partido Republicano también defiende la creación de un registro biométrico de todos los extranjeros que vivan en EE UU con un visado -de manera que se pueda comprobar más fácilmente si han abandonado el país después de que caduque-, así como un sistema para verificar la residencia legal de los empleados de cualquier empresa.
“Nuestro sistema de inmigración está roto”, aseguran los líderes del partido. “El fracaso de Washington a la hora de arreglarlo está perjudicando a nuestra economía y nuestra seguridad nacional. Los problemas de este sistema deben ser solucionados y estamos dispuestos a hacerlo de manera bipartidista”.
Se espera que a lo largo de las próximas semanas los diferentes comités de la Cámara de Representantes comiencen a estudiar la legislación, reiniciando un debate impulsado tras las últimas elecciones presidenciales y pendiente de resolución desde hace varias décadas.
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