Varalamma Reddingaru muestra la foto de su marido, un agricultor que se quitó la vida hace 8 años. Estaba enfermo de tuberculosis y contrajo una gran deuda para pagar el tratamiento que no pudieron afrontar por las malas cosechas.Zigor AldamaCuando iban a llevarlo al hospital por segunda vez, tomó pesticida. Ahora, la mujer, que tiene dos hijas de 9 y 12 años, trabaja para un terrateniente por menos de dos euros al día, y todavía tiene que pagar 30.000 rupias del préstamo.Zigor AldamaNarayanamma Cheemala posa en el campo de cacahuete que cultiva con su hijo. El marido se suicidó en 2008 después de haber contraído una deuda de 300.000 rupias para pagar la dote de sus dos hijas y los pozos en los que no salió agua. Ahora, el problema está en casar al hijo porque nadie quiere tener a una viuda en la familia.Zigor AldamaNarayanamma Reddingaru muestra una antigua fotografía de pareja. Ella supo de las deudas que habían contraído para pagar la dote de la hija y construir la casa el mismo día en que se suicidó el marido. Los prestamistas aparecieron en su casa para exigir el pago, y ahí comenzó una pesadilla que continúa. Va pagando poco a poco gracias a que la hija trabaja en un taller textil, pero el hijo varón no consigue trabajo. Hace unos meses decidió ofrecer su pelo a los dioses en Thirupathi para pedir un trabajo para él, pero no la han escuchado.Zigor Aldama
