El líder militar egipcio llama a una movilización contra el “terrorismo”

El mismo día que el presidente interino egipcio, Adli Mansur, ha iniciado su ronda de diálogo para la reconciliación nacional, el ministro de Defensa, Abdel Fatah al Sisi, ha lanzado un órdago a los Hermanos Musulmanes. El caudillo militar, que ejecutó un golpe de Estado hace tres semanas, instó a la población a participar el viernes en concentraciones de apoyo a las fuerzas de seguridad en su lucha contra “el terrorismo y la violencia”, lo que ha sido interpretado como una referencia velada a las acciones de protesta del movimiento islamista del rais depuesto, Mohamed Morsi.

“El viernes, todos los ciudadanos honestos y honorables de Egipto deben salir [a la calle]. Deben salir y recordar al mundo entero que tienen voluntad y determinación”, dijo al Sissi en un discurso televisado realizado por la mañana en la ceremonia de graduación en una academia militar de El Cairo. “Por favor, compartid vuestra responsabilidad conmigo, con vuestro ejército y con la policía, y mostrad vuestra talla y resolución ante todo lo que está pasando”, añadió.

La Hermandad ha respondido al envite del ministro de Defensa con una actitud igualmente desafiante. “Al Sisi dijo que derrocó al presidente electo para evitar una guerra civil, pero ahora él mismo llama a la guerra civil para defender su golpe”, declaró a la cadena BBC el líder islamista Mohamed Beltagy, quien aseguró que las palabras de al Sisi demuestran que él es el verdadero gobernante del país y no el presidente o primer ministro interinos.

La Hermandad ha respondido al envite del ministro de Defensa con una actitud igualmente desafiante

El discurso de al Sissi se produjo horas después del estallido de una bomba frente a una comisaría de policía de la ciudad de Mansura, situada en el Delta del Nilo, al norte de El Cairo. Según la fiscalía, el artefacto explosivo estaba escondido en una bolsa y fue detonado a distancia. La explosión se cobró la vida de un oficial, y causó heridas a otros 28. Este es el segundo atentado contra una comisaria de policía fuera de la península del Sinaí en los últimos cuatro días. El primero tuvo lugar en la ciudad de Ismailiya y no ocasionó ninguna víctima mortal. La acción fue condenada en un comunicado por la coalición de partidos islamistas que apoya a Morsi.

A media tarde del miércoles, otras tres personas, presuntamente militantes yihadistas, murieron al explotar una bomba mientras se acercaban en coche a una academia de policía situada cerca de la ciudad de al Arish, en el norte de la península del Sinaí. Según la agencia oficial de noticias egipcia, todo parece indicar que el artefacto estalló por accidente. Los grupos yihadistas han lanzado una intensa campaña de atentados contra las fuerzas de seguridad que se ha cobrado ya la vida de más de 40 personas entre terroristas, oficiales y civiles.

En este clima agitado tuvo lugar la primera sesión de las jornadas de reconciliación nacional patrocinadas por el presidente Mansur. La reunión fue boicoteada por los Hermanos Musulmanes y sólo contó con los partidos que apoyaron el derrocamiento de Morsi y participaron en la elaboración de la hoja de ruta de la segunda transición. Además, el partido salafista Nur hizo públicas una serie de exigentes condiciones para participar en la iniciativa, entre ellas, la reapertura de los canales islamistas clausurados tras la asonada y que ésta sea patrocinada por el jeque de Al Azhar y no la presidencia.

Por otro lado, el gobierno de EEUU ha anunciado que suspende de forma cautelar el envío de cuatro cazabombarderos F-16 a Egipto como consecuencia de la deposición de Morsi, y que aún está estudiando si concederá el año próximo los 1.300 millones de dólares en ayuda militar a la nación árabe. Sin embargo, el portavoz del Pentágono, George Little, afirmó que se mantienen las maniobras militares conjuntas previstas entre ambos países.