Noruega reivindica su respuesta democrática dos años después de Utoya
Homenaje a las 77 personas asesinadas en un doble atentado perpetrado por un extremista
El primer ministro noruego, Jens Stoltenberg, instó este lunes a sus compatriotas a defender los valores de la sociedad abierta y solidaria, en el aniversario del doble atentado en el que el ultraderechista Anders Behring Breivik mató a 77 personas hace exctamente dos años.
"No debemos renunciar a los valores contra los que dirigió el atentado de ese 22 de julio: la diversidad, la solidaridad y una sociedad abierta", dijo el laborista Stoltenberg, en la apertura de las conmemoraciones en memoria de las víctimas.
El primer ministro depositó una corona a los pies del edificio del barrio gubernamental de Oslo ante el que Breivik colocó la bomba que acabó con la vida de ocho personas, e hizo un llamamiento a los noruegos para mantener la confianza frente al terrorismo.
Los actos en recuerdo de la tragedia siguieron con una misa en la catedral de la capital, el mismo lugar que dos años atrás quedó convertido en un impresionante "mar de flores", depositadas espontáneamente por miles de ciudadanos en los días siguientes a la tragedia.
A la ceremonia acudieron el príncipe heredero de Noruega, Haakon, y su esposa, mezclados con centenares de noruegos en el templo que, el 22 de julio de 2011, concentró a la Noruega más institucional y la ciudadana en medio del dolor colectivo.
A estos actos en Oslo han seguido a lo largo de la jornada varias ceremonias en la vecina isla de Utøya, donde el fundamentalista cristiano y ultraderechista mató a 69 personas, mayoritariamente jóvenes, que participaban en el campamento de verano de los jóvenes laboristas.
La matanza de Breivik, quien cumple condena a 21 años de prisión prorrogables de manera indefinida, sacudió a la ciudadanía y la clase política noruega, que pese a todo ha mantenido, como Stolterberg, la defensa del modelo de sociedad abierta propia del país escandinavo.
Poco después de los atentados, el primer ministro, como el rey Harald y el príncipe Haakon, insistieron en el mensaje a la población de que la respuesta a la brutalidad de Breivik debe ser la defensa de la democracia.
Stoltenberg apuntó este lunes, dos años después, que Noruega ha dado una lección de cómo reaccionar ante el odio ciego extremista, ya que por un lado ha reforzado sus dispositivos de seguridad y por otro no ha restringido la libertad de movimientos de la ciudadanía.
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