Berlusconi impone condiciones para apoyar un Gobierno liderado por Letta
El designado primer ministro Letta inicia los contactos con los partidos
En Italia, desde hace dos décadas para acá, pierda quien pierda, gana Silvio Berlusconi. Hasta cuando sale derrotado de unas elecciones se las ingenia, por las buenas o por las malas —intentos de soborno incluidos—, para sacar tajada de la incapacidad de sus adversarios. Ahora, los primeros obstáculos que se está encontrando Enrico Letta para formar el Gobierno que le ha encargado el presidente Giorgio Napolitano vienen precisamente de Berlusconi. Desde Dallas, donde asiste a la inauguración de la Biblioteca George W. Bush, ya ha puesto sus condiciones para apoyar el Gobierno: “Hemos preparado ocho proyectos de ley que son urgentes e indispensables para Italia. Daremos el visto bueno a cualquier Gobierno que sea capaz de llevarlos adelante”.
Más claro, imposible. Pero por si quedara alguna duda de quién sigue mandando en la política italiana, añadió: “Es poco importante quién dirigirá este Gobierno, que tendrá que mantener juntos a los que no quieren estar juntos. Lo realmente importante es que haya un Gobierno, y luego un Parlamento —algo muy en duda—, que puedan aprobar esos proyectos”. Las dudas que subraya el anterior primer ministro se refieren a la actitud que pueda tomar una parte de los parlamentarios del Partido Democrático (PD) ante un Gobierno que, pese al llamamiento a la responsabilidad de Napolitano y el consenso que pueda reunir la seriedad de Letta, deberá ser pactado con Berlusconi. No hay que olvidar que, durante los intentos frustrados de elegir un nuevo presidente de la República, 101 parlamentarios del PD contravinieron la directriz del partido y frustraron la elección de Romano Prodi. Si eso sucedió cuando todavía había una dirección del centroizquierda, ¿qué puede pasar ahora que Pier Luigi Bersani y toda la ejecutiva decidieron tirar la toalla?
Enrico Letta empezó muy temprano sus contactos con los distintos partidos políticos. Angelino Alfano, lugarteniente de Berlusconi, puso como condición para apoyar al Gobierno determinadas exigencias económicas, incluida la supresión del impuesto a la primera vivienda (una promesa electoral de Berlusconi). Tal vez el único que ofreció un dato interesante fue Roberto Maroni, el secretario de la Liga Norte: “He encontrado a Letta muy consciente de que si su intento falla, hay que ir a elecciones anticipadas”. Por lo demás, nada nuevo bajo el sol. El alcalde de Florencia, Matteo Renzi, quiso dejar meridianamente claro que, a pesar de no haber sido el elegido por Napolitano para encabezar el Gobierno, su apoyo a su compañero de partido es total: “Estaremos a su lado, para poner fin a una de las páginas más feas de nuestra historia. El momento es difícil, pero estoy convencido de que Enrico Letta, que es una persona capaz, tiene todas las papeletas para conseguirlo”.
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