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“Los problemas europeos se han vuelto tan complejos que ya no los debatimos”

El sindicalista francés se queja de una regresión en la construcción de la ciudadanía europea. Dice que no le ha decepcionado Europa en sí, sino las decisiones que se toman en Bruselas

Christophe Dague, sindicalista francés
Christophe Dague, sindicalista francésD.R.

"Cuando entré a trabajar en Correos como cartero, a principios de los años noventa, la Europa que descubrí era la Europa de Jacques Delors. Una Europa de personas, que tenía un proyecto genuino: construir el mercado interior para resistir a la globalización, pero sin olvidarse de crear una verdadera base social.

Han transcurrido 20 años y las señales que transmite hoy la Unión Europea me parecen negativas: la construcción de una ciudadanía europea no ha progresado, incluso ha habido un repliegue hacia lo nacional, y el Parlamento ha retrocedido, a pesar de ser la única institución cuyos miembros son elegidos directamente por el pueblo.

Desde 2003 soy miembro del sindicato CFDT y, desde hace un año, responsable de su sección parisina. La CFDT es un sindicato progresista de tradición proeuropea, pero no que no se piense que la adhesión a la idea europea se contagia de manera automática a cada militante. Los problemas europeos se han vuelto tan complejos que hoy están reservados a los especialistas, y ya no son objeto de debate entre nuestros miembros.

Cuando se invoca el derecho europeo ante la magistratura de trabajo, en el mejor de los casos lo consideran exótico y en el peor lo rechazan. En tales condiciones, resulta difícil conservar el entusiasmo. Por eso he empezado a organizar para nuestros miembros visitas guiadas de las instituciones europeas en Bruselas. Allí es más fácil comprender que sí, existen avances, o por lo menos que los funcionarios y los responsables europeos a los que tanto se critica son personas serias que tratan conseguirlo.

Es decir, no es Europa en sí lo que me ha decepcionado, sino las decisiones que se toman. Para empezar, el propio proceso de toma de esas decisiones, con unos jefes de Estado que actuan solos y sin rendir cuentas, y luego la política de austeridad implacable que está poniéndose en práctica en todo el continente.

No quiero calificarme a mí mismo de euroescéptico, porque soy consciente de que la construcción europea es un proceso largo y difícil. Sé también que, cuando hay una mayoría de derechas, la orientación de las decisiones no es forzosamente la que más me gusta. Me siento decepcionado, en cierto modo, pero comprensivo. Si a los sindicatos franceses nos cuesta ponernos de cuardo y somos cinco, ¡qué decir de 27 Estados con intereses distintos!"

Texto elaborado por Benoît Vitkine (Le Monde) a partir de una entrevista con Christophe Dague.

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