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OBITUARIO

Inder Kumar Gujral, gobernante discreto

Fue primer ministro de India durante un año en la década de los noventa, una de las más convulsas del país

Inder Kumar Gujral, en 1997.
Inder Kumar Gujral, en 1997.AJIT KUMAR (AP)

A Inder Kumar Gujral le tocó ser primer ministro en una de las épocas más convulsas de India. Los años noventa se caracterizaron por una gran inestabilidad política en el país asiático, a lo que había que añadir las malas relaciones con su vecino Pakistán. Gujral, fallecido el pasado 30 de noviembre a los 93 años, fue el 12º primer ministro de India, aunque permaneció menos de un año en el cargo, de abril de 1997 a marzo de 1998.

Antes de ser jefe de Gobierno desempeñó el cargo de ministro de Exteriores en dos ocasiones, pero su llegada a la cabeza del Ejecutivo sorprendió porque no era apenas conocido. Su predecesor, H. D. Dewe Gouda, dejó el cargo de primer ministro tras un desacuerdo de los partidos Frente Unido y el Partido del Congreso, por entonces socios en el Gobierno. Por tanto, Gujral no fue elegido por los votantes, lo que no ayudó a que fuese reconocido y respetado como un auténtico líder de masas.

Nació en la localidad de Jhelum, en 1919, que en la actualidad es territorio paquistaní, y allí dio sus primeros pasos en la política. Desde su juventud simpatizó con el partido comunista y su padre era un miembro activo en la lucha por la independencia del país. El propio Inder Kumar fue encarcelado en 1942 por participar en movimientos contrarios al colonialismo de Reino Unido en India. Tras la independencia, Gujral ingresó en el Partido del Congreso y fue un estrecho colaborador del Gobierno de Indira Gandhi, ocupando el Ministerio de Información y más tarde la Embajada de India en la Unión Soviética.

En 1980 se marchó del partido y se unió a una agrupación llamada Janata Dal, una coalición de grupos con ideología socialista. Tras las elecciones de 1989, fue elegido ministro de Exteriores por el jefe de Gobierno V. P. Singh. Durante su periodo en el ministerio, el político indio quiso implantar lo que más tarde se conoció como la doctrina Gujral, basada en intentar mejorar las relaciones con los países vecinos. El ideario se basaba en varios principios básicos como el de no interferir en asuntos internos de otro Estado o respetar el territorio. Ya como primer ministro, en 1997, intentó llevar su política diplomática a un nivel superior y organizó un histórico encuentro con Pakistán, histórico enemigo de India.

Al margen de poner en práctica sus habilidades diplomáticas, durante su estancia en el Gobierno Gujral intentó luchar contra la corrupción, “una lacra que devora como una plaga de termitas los cimientos de la nación”, tal como definió en una ocasión. También intentó sacar adelante leyes que fomentasen la igualdad entre hombres y mujeres, por entonces algo casi utópico en India. Pero su Gobierno gozaba de una frágil mayoría en el Parlamento y los intentos fracasaron en múltiples ocasiones.

Todo su mandato estuvo marcado por las tensas relaciones que mantuvo con su socio en el Gobierno, el Partido del Congreso, formación a la que pertenecía Rajiv Gandhi, asesinado en 1991. De hecho, el Ejecutivo tuvo que convocar elecciones anticipadas a finales de 1997 porque se acusó a un miembro del partido de Gujral de haber pertenecido al grupo terrorista que acabó con la vida del hijo de Indira Gandhi. Los comicios se celebraron en febrero de 1998, fueron los segundos en menos de dos años.

Tras su fallecimiento, el actual primer ministro de India, Manmohan Signh, le recordó como “un hombre de paz, un idealista que vivió conforme sus principios y un intelectual de gran calidez humana”. Pero lo que mejor podría definir a Gujral es el nombre que dio a su autobiografía: Asunto de discreción.

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