Turquía ataca objetivos en Siria tras la muerte de cinco civiles en su frontera
El incidente dispara la tensión entre ambos países La OTAN se reúne de urgencia por la amenaza a un Estado miembro
La tensión entre Turquía y Siria ha llegado este miércoles a su punto máximo en los últimos tiempos después de que el Ejército de Ankara bombardeara territorio sirio como represalia por la muerte de cinco civiles turcos por proyectiles disparados desde Siria.
“Turquía ha respondido inmediatamente al ataque de Siria con sus fuerzas armadas en la región fronteriza. [...] La artillería turca ha golpeado objetivos sirios detectados por radar”, ha confirmado el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, en un comunicado publicado por su oficina. “Turquía, dentro de las reglas de enfrentamiento y las leyes internacionales, nunca dejará sin respuesta las provocaciones del régimen sirio que atenten contra la seguridad nacional turca”, añadió Erdogan.
Durante este miércoles, el Ejército turco había empezado a desplegar más tanques, fuerzas especiales y ambulancias en la región de Akcakale, según las televisiones locales, aunque Turquía ya ha realizado movimientos similares en el pasado.
El primer ministro turco, el ministro de Exteriores, Ahmet Davutoglu, y el jefe del Ejército, Necdet Ozel, se han reunido en un gabinete de crisis para discutir la situación tras la muerte de los civiles turcos.
Ankara también se movilizó en el frente diplomático y convocó una reunión urgente de la OTAN en virtud del artículo 4 del Tratado de la Alianza, que da derecho a los países miembros a llamar a consultas a los aliados cuando sientan amenazada su independencia o seguridad.
Davutoglu habló con el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, con el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, y con su enviado especial para Siria, Lakhdar Brahimi.
“El secretario general (de las Naciones Unidas) ha expresado sus condolencias por la trágica pérdida de vidas y ha animado al ministro (de Exteriores turco) a que mantenga abiertos todos los canales de comunicación con las autoridades sirias con la vista puesta en rebajar cualquier tensión que pudiera aumentar como resultado de este incidente”, señaló por su parte la oficina de Ban Ki-moon en un comunicado.
La respuesta turca llegó después de que tres proyectiles disparados desde suelo sirio cayeran en la localidad de Akcakale, muy cercana a la frontera, acabando con la vida de cinco civiles, entre ellos una mujer y tres de sus hijos, e hiriendo a al menos 13 personas. Ankara ha culpado desde el primer momento al régimen sirio del lanzamiento de estos proyectiles, aunque por el momento no ha habido una confirmación independiente sobre quién pudo dispararlos.
Se trata del primer incidente de este tipo en que civiles turcos han resultado muertos desde que se iniciaron las revueltas en Siria en marzo del año pasado. Este mismo municipio ya había recibido impactos de obuses el pasado viernes, cuando solo hubo daños materiales, y a mediados de septiembre, cuando otras tres personas resultaron heridas.
Las declaraciones de intenciones de Turquía fueron llegando durante el día por boca de varios de sus altos cargos. El viceprimer ministro, Bulent Arinc, dijo que el incidente en Akcakale era “la gota que colma el vaso”.
Las autoridades sirias han expresado sus condolencias por la muerte de los cinco civiles turcos y han pedido a todas las partes implicadas que actúen sabiamente y de forma racional, según señaló en un comunicado Omran Zoabi, ministro sirio de Información.
Zoabi, que llamó "mártires" a las víctimas turcas, aseguró que Siria respeta la soberanía territorial de sus vecinos y también pidió a otros países a que respeten la propia soberanía siria y a que controlen sus fronteras para evitar que grupos armados puedan entrar en Siria.
El primer ministro turco Erdogan y el líder sirio, Bachar el Asad, son antiguos aliados, pero Turquía ha sido uno de los países más críticos con el régimen de El Asad desde el inicio de las revueltas en marzo de 2011.
Ankara ha permitido a los rebeldes organizarse en territorio sirio y ha presionado en círculos diplomáticos para que se establezca una zona humanitaria protegida internacionalmente dentro de Siria.
Más de 82.000 refugiados sirios han llegado a Turquía en los últimos meses, con un coste para el Estado turco de más 300 millones de dólares hasta septiembre, según cifras del Gobierno de Ankara. Además, los enfrentamientos cerca de la frontera han afectado al comercio entre las ciudades sirias y turcas, que han visto afectada su economía y un aumento en el desempleo.
Uno de los momentos más tensos entre ambos países se vivió el pasado junio, cuando dos cazas turcos que volaban en reconocimiento fueron derribados por artillería siria y ambos pilotos murieron. Entonces, Turquía también reforzó su presencia militar en la frontera y decidió cambiar las reglas de enfrentamiento de cara a agresiones posteriores.
Aun así, la situación volvió a estabilizarse y Turquía ha respondido de forma muy cauta a otros impactos de fuego de mortero en su territorio, que hasta hoy no habían causado víctimas mortales.
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