El presidente El Asad atribuye a Turquía una “responsabilidad directa” en la guerra

El presidente sirio, Bachar el Asad, ha abierto este miércoles un nuevo frente en la guerra civil al acusar al Gobierno de Turquía de tener una "responsabilidad directa" en el derramamiento de sangre en el país. En una entrevista concedida al canal privado Adunia, favorable al régimen de Damasco, El Asad también se ha mostrado decidido a ganar la guerra que enfrenta a los rebeldes contra las tropas de su régimen, aunque ha admitido que necesita algo de tiempo para poner fin a la rebelión. El Asad ha dejado claro que no está dispuesto a ceder, pese a las numerosas voces que piden que abandone el poder y a las numerosas víctimas —alrededor de 20.000— que ha causado el conflicto iniciado hace más de 17 meses.

"Puedo resumir la situación en una frase: estamos avanzando, la situación en el terreno es mejor, pero todavía no hemos ganado, esto tomará tiempo", ha declarado, en la entrevista, que se ha emitido esta noche. "Estamos implicados en una guerra regional y global que requiere tiempo para ser resuelta", ha añadido El Asad.

El Asad ha considerado “irreal” la posibilidad de crear una zona tampón (sin presencia de fuerzas de seguridad del Gobierno) en Siria para acoger a los refugiados, una cuestión que debe debatirse en la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU este jueves, y que el Gobierno turco ha vuelto a solicitar este miércoles. “Hablar de zonas tampón no está sobre la mesa, además es [una idea] irreal incluso para los Estados hostiles y enemigos de Siria”, ha afirmado El Asad, que cuenta con el apoyo de Rusia y China en el Consejo de Seguridad desde el inicio del conflicto en marzo de 2011.

“Los verdaderos patriotas y la gente bien no huyen, no abandonan la patria", asegura el presidente El Asad

El presidente sirio se ha burlado de las deserciones de altos responsables políticos y militares, entre ellos el primer ministro Riad Hijab y varios miembros cercanos al régimen, de diplomáticos y de numerosos generales. “Los verdaderos patriotas y la gente bien no huyen, no abandonan la patria. Al final, esta operación [de defecciones] es positiva, es una operación de autolimpieza del Estado y de la nación en general”.

Adunia no ha indicado cuándo se había realizado esta entrevista. En sus últimas declaraciones, el pasado 26 de agosto, El Asad ya se había mostrado inflexible, al prometer que vencería “a cualquier precio.” “El pueblo sirio no permitirá que el complot extranjero triunfe”, aseguró entonces ante un emisario de Irán, su principal aliado en la región.

Paralelamente, Turquía ha vuelto a instar a la ONU a proteger a los desplazados sirios dentro de su territorio. Ankara teme un flujo masivo de refugiados como el que siguió a la guerra del Golfo (1991), cuando medio millón de kurdos iraquíes entraron en Turquía, y por eso ha propuesto la idea de una zona segura dentro de Siria bajo protección extranjera. "Esperamos que Naciones Unidas se comprometa con el asunto de proteger a los refugiados dentro de Siria y si es posible, alojándolos en campamentos allí", ha dicho este miércoles el ministro turco de Exteriores, Ahmet Davutoglu.

Francia apoya la propuesta turca de una zona tampón en Siria, y une sus esfuerzos a los de Ankara después de que el martes la agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) advirtiera de que el éxodo de civiles sirios puede acelerarse. Turquía está levantando cinco nuevos campamentos de refugiados, que se sumarán a los nueve existentes. En el país hay registrados más de 74.000 refugiados sirios.

Bombardeos en el este de Damasco

La aviación siria ha bombardeado este miércoles barrios del este de Damasco y ha causado la muerte de al menos 27 personas, en una nueva fase de la campaña iniciada hace una semana para fin a los ataques rebeldes contra las fuerzas del régimen. Una breve incursión de tropas leales a El Asad, posterior a las operaciones de castigo por aire, ha rematado la ofensiva con ejecuciones sumarias sobre el terreno antes de replegarse, según han denunciado activistas locales a la agencia Reuters. Miles de familias han huido del área en el mayor éxodo de la capital desde el inicio de la revuelta contra el presidente El Asad, en marzo de 2011. Las autoridades sirias impiden el trabajo de medios de comunicación extranjeros, lo que hace imposible verificar el relato de los activistas.