López Obrador se niega a reconocer de inmediato el triunfo del PRI

Andrés Manuel López Obrador, candidato del Movimiento Progresista, no reconoció la ventaja en los comicios presidenciales dados a conocer la noche de este domingo (madrugada de España) por el Instituto Federal Electoral. Basados en un conteo rápido, la autoridad electoral mexicana dio a conocer que el triunfo en las elecciones corresponde al candidato del Partido Revolucionario Institucional, Enrique Peña Nieto, quien incluso ya fue felicitado por el presidente de México Felipe Calderón Hinojosa.

“Todavía no está dicha la última palabra. Vamos a actuar como siempre de manera responsable”, dijo López Obrador en un céntrico hotel, luego de reunirse durante buena parte de la noche con notables de la izquierda mexicana, entre los que estaban Cuauhtémoc Cárdenas y el alcalde de la capital Marcelo Ebrard. “Hay información que nosotros tenemos que indica otra cosa de lo que está diciéndose en lo oficial, no descalifico lo que se está dando a conocer oficialmente, sencillamente no hay todavía suficientes datos”.

Una tranquila jornada electoral que se aceleró de manera vertiginosa a partir de las once de la noche. A las 23.15 horas, Leonardo Valdés, consejero presidente del IFE, salió a informar los resultados del conteo rápido contratado por el órgano electoral. Con una muestra de 7,500 casillas y un margen de error de medio punto porcentual, el conteo adelanta que Peña Nieto terminaría con un margen de 37,93% a 38,55% de la votación; mientras que López Obrador acabará en un sólido segundo lugar, con una votación entre el 30,90% y 31,86% de los sufragios.

“La postura que asumo es la de esperar hasta que tengamos las actas y todos los resultados, hay un procedimiento legal establecido que consiste en llevar a cabo un escrutinio por distrito (hay 300 en el país) el miércoles próximo, se tienen que revisar todas las actas”, dijo el candidato que competía por segunda vez en las presidenciales. “Vamos a esperar ese resultado, para fijar en definitiva una postura”, agregó para de inmediato insistir en que durante la campaña “no hubo la equidad que establece la Constitución en este proceso, es de dominio público el uso de dinero a raudales, la falta de equidad también en los medios de comunicación”.

La decisión de no aceptar de inmediato la derrota abre la duda sobre si López Obrador sabrá reconocer que los partidos de la izquierda son, junto con el PRI y Peña Nieto, los grandes ganadores de la jornada electoral en la que también se disputaron siete gubernaturas, autoridades locales y el Congreso de la Unión. Con los datos preliminares, la izquierda ratificó su condición de dominante en la jefatura de Gobierno del Distrito Federal, que Miguel Ángel Mancera ganó por más de 35 puntos porcentuales de ventaja, y adelantaba en dos estados que nunca ha gobernado, Morelos y Tabasco, este último el lugar de nacimiento de López Obrador.

Además, y gracias en buena medida a la buena campaña realizada por López Obrador, la bancada de la Cámara de Diputados tendrá una buena presencia de la izquierda, desplazando incluso al PAN como la segunda fracción más importante.

Hace seis años, la noche de la elección presidencial del 2006, y tras de que la autoridad electoral dejara a los mexicanos sin información sobre las tendencias, López Obrador se proclamó de inmediato ganador por 500.000 votos. En esta ocasión, ha pedido a sus simpatizantes esperar a los tiempos que marcan la ley. No ha reconocido su derrota, ni la ventaja de Peña Nieto, pero tampoco mostró el talante duro de la anterior ocasión, cuando desató una crisis institucional ante lo que denominó una elección fraudulenta, decisión que tuvo altos costos para México y para el propio candidato de la izquierda, que sin haber ganado ha resurgido de manera definitiva en esta nueva elección.