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El tirón

Ruptura con el Partido Popular. Remodelación del Gobierno con entrada de consejeros de Esquerra Republicana. Discurso solemne del presidente para certificar que Cataluña entra en una nueva etapa histórica. Confirmación parlamentaria de una nueva mayoría soberanista, dispuesta a exigir el pacto fiscal en la línea del concierto. Consulta popular para obtener el apoyo plebiscitario a la reivindicación económica catalana. Y, finalmente, elecciones anticipadas, quizás a principios de 2013, en las que el objetivo de la independencia se somete a las urnas para incorporarse en el plan de acción del Gobierno en caso de victoria. ¿Es esta la hoja de ruta? ¿Consiste en esto el pla de l’estrebada, el plan del tirón hacia adelante del que habló el portavoz del Gobierno, Francesc Homs, la pasada semana?

Las crisis quitan poder a unos y se lo dan a otros. Estructuras y sectores productivos enteros quedan desposeídos y obsoletos. Emergen nuevos negocios y poderes que saben convertir estas circunstancias tan difíciles en su oportunidad. Quienes no tienen poder alguno suelen ser los más perjudicados, pero quienes lo tienen todo también pueden verse impugnados y superados por el tirón de los emergentes. Pierden los que han sido muy conservadores y sufren los que nada tienen, porque las crisis son también momentos crueles e insolidarios.

En la crisis hay quien practican la técnica del tirón: la fuga inesperada hacia adelante, ante la que nadie es capaz de oponerse. Una crisis permite resolver por decreto arduos problemas empantanados durante años. La tentación es enorme. Las mayores reformas se acometen sin incluirlas en los programas electorales, sobre todo si se cuenta con una mayoría absoluta tan mecánica como una sierra motorizada. El servicio universal de la salud, el modelo de televisión pública y el marco de relaciones laborales ya han pasado por el aserradero. A Esperanza Aguirre le gustaría meter la motosierra sobre el Estado autonómico. Cristóbal Montoro amenaza con intervenir a las comunidades autónomas, algo insólito en la historia constitucional española, a cuenta del cumplimiento de las obligaciones de déficit impuestas por su Gobierno.

Hay que ir con mucho cuidado con la técnica del tirón. Para aprovechar la crisis no basta con tener ocurrencias geniales. Es fácil confundir la exhibición de la propia osadía con el buen cálculo político. Si se cumplen los pronósticos y Nicolas Sarkozy sale derrotado de la elección presidencial francesa, a pesar de la ventaja enorme con que siempre cuenta el titular de la presidencia y del perfil difuminado de su adversario, François Hollande, habrá quedado demostrado que, al menos en Europa, la crisis pasa factura a todos, con independencia del color político. Deberán tomar nota quienes se sienten tentados por la maniobra táctica de las elecciones anticipadas.

Los peores errores son los estratégicos. El tirón que propone el portavoz del Gobierno catalán no parece circunstancial. Responde a la certeza de la oportunidad, pero pretende resolver un problema histórico. Justo en el momento en que arrea más fuerte la mayor crisis desde 1929, cuando se pierden puestos de trabajo a chorro, millares de familias quedan fuera del paraguas protector del Estado y la pobreza y la precariedad penetran incluso en las clases medias. Puede que el plan del tirón sea solo un mero gesto estridente en una negociación a cara de perro con el socio y aliado que asegura la mayoría parlamentaria y a la vez el dinero líquido para el funcionamiento de la Administración autonómica. Cuando Francesc Homs amenaza con el pla de l’estrebada, aclara que se hará “sin violentar la legalidad, que tiene mala prensa”. Menos mal.

En una crisis hay algo peor que ser irrelevante, y es equivocarse por no saberlo.

Comentarios

la masa es pacata pero cuando se pone en movimiento, al igual que los ñus migrantes, no la paran ni los cocodrilos.
La salida de la crisis iba a ser verde. Zapatero todavía soñaba que no pagaran los platos rotos los de siempre.
A mí me da la sensación de que los políticos no viven preocupados por los problemas que les rodean. Si al común le tiene sin dormir algún detalle insignificante, qué pasará por las mentes preclaras de Montoros y Guindos. O qué no les pasará, cuando son capaces todavía hasta de bromear. Si cualquiera de esas nimiedades al común nos altera, qué nos ocurriría si estuviéramos metidos en los ciscos en que están metidos nuestros dirigentes. Igual lo que ocurre es que cuánto más arriba menos se nota la presión de la responsabilidad.
Las crisis son momentos propicios para el movimiento de piezas. De los jugadores. Las piezas, en general sólo se inclinan, escogen un color u otro, pero... solas, hacen poco o mucho, dependiendo desde qué nivel se mire. El individualismo ha permeado tanto la sociedad que el corporativismo (o la identificación de grupo), sorprendentemente, sólo sobrevive en las empresas multinacionales (las identidades nacionales están más atomizadas que antes, lógica desconfianza que arrastramos de los dos siglos anteriores). La crisis actual es Europea. Abarca varias naciones, y las sobrepasa. ¿Quienes pueden mover ficha? Más gente de la que pensamos... e incluso nosotros mismos. Los europeos . (no nos queda más remedio, así nos llaman, y nos llamarán, en el mundo de bloques económicos interconectados que se avecina...) Otra cosa. La masa sólo se mueve cuando falta el pan. No siempre es por la libertad. Os recuerdo que el lema bolchevique de 1917 era "Pan y Trabajo". Así que cuidado, cuidado. El hambre da curso a la ira...
Para tirón los que están dando a las empresas españolas en latinoamérica. Ya vamos por el segundo. No hay seguridad en el tráfico jurídico. Quizá convenga poner guardias para evitar las sirlas y pillajes soberanos. Rajoy solo anda preocupado por endurecer las penas aquí dentro, por si nos robamos las bombillas, cuando resulta que los robos de gran magnitud se hacen allende el Atlántico. Se fija en el watio y no en el megawatio. Claro, que es que el primero es más fácil de controlar. Ya podía copiar a sus homónimos latinos y expropiar las autopistas antes que hacer de pago las autovías.
Para no publicar en el blog: esque ya han publicado las cartas del día 7 en la sección digital, que es que en periodismo el diario llega cada día antes, y hay un error: al final de la carta dice peligro y debería ser peligroso. No sé si en papel hay todavía tiempo.

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