La política francesa ignora la paridad
Solo tres de los diez candidatos presidenciales son mujeres Pese a la ley, Francia está por debajo de la media europea en representación femenina
"El femenino de candidato es suplente”. La frase la acuñó el partido francés de Los Verdes en las pasadas elecciones municipales para denunciar la falta de paridad en política. La presidencial, que se conoce como la “elección reina”, la más noble y la más simbólica, vuelve a dejar al descubierto esta desigualdad persistente pese a una legislación que impulsa la paridad. Cinco años después de que la socialista Ségolène Royal rompiera moldes al ser la primera mujer que pasó a la segunda vuelta, la historia tiene pocos visos de repetirse. De los diez candidatos en liza, solo tres son mujeres: la única con una (muy) remota posibilidad de pasar la primera vuelta de este domingo es la ultraderechista Marine Le Pen.
“El caso de Ségolène Royal fue una excepción”, estima la socióloga y política socialista Françoise Gaspard, exalcadesa de Dreux (1977-1983) y exdiputada de Eure-et-Loire (1981-1988), ahora dedicada de pleno a la investigación académica. “Realmente hay una distancia entre las organizaciones de los partidos, en manos de los hombres, y la población, que está mucho más abierta a la feminización en política”, asegura. “Como socialista que soy, votaré por François Hollande, pero le he transmitido mi descontento por que el estado mayor que ha nombrado para su campaña es en un 80% masculino”.
En estas elecciones, dos de las candidatas representan a partidos minoritarios, lo cual supone una configuración bastante clásica en unas presidenciales francesas. Nathalie Arthaud toma así el relevo de la líder histórica del partido trotskista Lucha Obrera, Arlette Laguiller, mientras que la juez Eva Joly sucede a la exministra y ahora alcaldesa de Montreuil, Dominique Voynet, como candidata de Los Verdes. Ambas apenas suman el 3,5% de la intención de voto.
Más sorprendente es el caso de Marine de Le Pen, que este domingo aspira a consagrar la remontada del partido extremista tras el derrumbe de 2007, cuando cayó al 10%, su nivel más bajo desde los años ochenta. “Ver a un partido que promueve valores viriles encarnado por una mujer es ciertamente sorprendente”, apunta Marlène Coulomb-Gully, autora de Presidenta: el Gran Desafío y profesora de la Universidad de Toulouse Le Mirail. “Pero en su caso quizás toma más relieve el hecho de ser hija del fundador del partido, Jean-Marie Le Pen, que el de ser mujer en sí”, añade.
Las ayudas públicas
a los partidos
premian a los que
aplican la igualdad
Este déficit de mujeres en primera plana de las elecciones refleja la falta de paridad en la política francesa, y eso a pesar de la legislación. Desde el año 2000, la ley modula la ayuda pública a los partidos en función del respeto de la aplicación de la paridad en las candidaturas electorales. Sin embargo, con solo un 18,5% de mujeres en la Asamblea General y algo más de un 22% en el Senado, Francia se sitúa por debajo de la media europea —del 24% en 2011 de media para ambas cámaras— y lejos de España, con más de un 35% de diputadas y un 33% de senadoras.
En el caso de las asambleas regionales, los ayuntamientos y los consejos generales, la ley no da opción: al tratarse de elecciones proporcionales —en las que se presentan listas con varios candidatos y no a una persona por cada localidad como en las legislativas— las listas deben ser paritarias o no son autorizadas. “Pero los estudios más detenidos muestran que la llegada de las mujeres hace migrar a los hombres hacia los puestos de poder más prestigiosos, como son la presidencia de las comisiones”, apunta Coulomb-Gully. Así, mientras que el 48% de los consejeros regionales son mujeres, sólo el 7,7% son presidentas de consejos regionales. Otro dato, Francia cuenta con apenas un 14% de alcaldesas.
Francia cuenta con un 18% de diputadas, frente al 35% de España
La senadora socialista Nicole Bricq es una de esas mujeres que lleva toda su carrera —cuatro décadas en política— abriendo camino. Ahora lo hace de nuevo al asumir el puesto de ponente de la poderosa Comisión de Finanzas del Senado tras la renovación de la cámara el pasado otoño. “Me han llegado reacciones muy positivas de muchas mujeres, no solo de mi bando político, y por parte también de empresarias, en la medida en que nombramientos como este permiten levantar un poco el techo de cristal”, relata. “Es cierto que nos enfrentamos a obstáculos políticos y culturales, y la introducción de cuotas, tanto en los consejos de administración de las grandes empresas como en política, no es una solución milagro, pero es un mal necesario”, opina Bricq.
La experiencia ha demostrado que los grandes partidos de gobierno han preferido hasta ahora pagar las multas antes que presentar a mujeres, o lo hacen en puestos que dan por perdidos. “En 2007, el partido mayoritario, la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP), solo ha tenido un 14% de mujeres electas, lo cual le cuesta unos cuatro millones de euros anuales en subvenciones perdidas”, explica Mariette Sineau, del Observatorio de la Paridad y autora del libro Mujeres y poder en la V República.
“La reticencia claramente viene por parte del aparato de los partidos, de los hombres que se resisten, no tanto por misoginia, sino porque quieren mantener los puestos de poder, y la competitividad en política es ya extremadamente alta”, añade Sineau. “Es el reino de los hermanos, tanto en política como en las grandes empresas, los hombres se contratan entre ellos”, apunta por su parte Gaspard.
Las cosas podrían evolucionar tras las elecciones legislativas, que se celebran en junio, apenas un mes después de las presidenciales. Mientras que la UMP sigue sin cumplir con la paridad —solo un 28% de mujeres entre los candidatos—, el Partido Socialista ha validado por primera vez en su historia unas listas casi equitativas. “Será interesante ver lo que pasa, aunque la mayoría serán en circunscripciones que se dan por perdidas”, lamenta Gaspard. Presionado por el grupo de socialistas del Polo Igualdad del partido, el candidato a las presidenciales Hollande también se ha comprometido, en caso de victoria, a nombrar a un gobierno paritario y a crear un gran ministerio dedicado a los derechos de las mujeres.
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