_
_
_
_

El príncipe de las derrotas

Hijo de su padre. Formado e instruido por su padre para sucederle. Amoldado al secreto y a la ocultación en los que su progenitor se hizo a sí mismo: el secreto de los conspiradores militares y la ocultación de los alauíes, la secta chiita que ha practicado la taqiya (disimulación) para sobrevivir en un mundo hostil sunita. Educado en el trabajo minucioso y atento, en la paciencia y en la previsión, virtudes tempranas desarrolladas por el padre, Hafez El Assad, desde que participó en 1960 en la creación del Comité Militar, seguidores sirios de los Oficiales Libres de Nasser. Pero por encima de todo, disciplinado como su padre por las derrotas, la auténtica base del poder familiar junto con la represión: derrotas en manos de los ejércitos ajenos —israelíes—, y victorias sobre los suyos —los árabes—, como tantos otros dictadores y ejércitos golpistas en la historia.

El joven Asad no había nacido cuando su padre fue ascendido a jefe de la fuerza aérea siria y apenas tenía un año cuando se convirtió en ministro de Defensa y muy pronto en hombre tan fuerte del régimen como para hacerse con la máxima responsabilidad —lógicamente por la fuerza, pero esta vez sin sangre—, algo que sucedió en 1971. Asad padre fue derrotado militarmente desde distintas responsabilidades en la guerra de los Seis Días, en la del Yom Kipur y en la del Líbano de 1982. Política y diplomáticamente, ni se sabe cuantas veces mordió el polvo. Sobre todo desde que Egipto firmó la paz con Israel. Su última derrota fue el final de la guerra fría y los acuerdos de Oslo. En estas tres décadas Siria ha ido reduciendo sus alianzas y sus bases en Oriente Próximo, hasta la situación actual de máximo aislamiento y pérdida de amistades, solo con el amarre del veto doble de Rusia y China y la alianza chiita con el Irán de los ayatolás.

Tomar ventaja de la debilidad es por tanto una técnica de poder vivida en casa y heredada. De derrota en derrota y con la sangre hasta los codos, Asad ha conseguido sobrevivir más de un año. Gracias a Rusia y China ha convertido los intentos de condena en el Consejo de Seguridad en autorizaciones para proseguir la matanza. Durante este año a sangre y fuego ha hecho más reformas que en toda su historia: todas inútiles, puro maquillaje sin disimulo sobre el rostro de la dictadura.

Justo al empezar las revueltas, Asad levantó el estado de sitio impuesto nada menos que hace 49 años, en 1963, uno antes de nacer, cuando el grupo de golpistas baazistas entre los que se hallaba su padre tomó el poder a tiro limpio y sin contemplaciones (800 muertos, 20 ejecuciones). En este año y pico de revueltas no han faltado medidas reformistas, incluso elecciones, un referéndum, y reformas constitucionales que incluyen el reconocimiento del pluralismo político y el final del monopolio del partido Baaz: una comedia siniestra, acompañada de una inacabable ración de sangre y de dolor (9000 muertes), con la que cubrir las formas, las vergüenzas.

Esta altísima moral de la derrota en la que el clan alauí de los Asad ha construido su poder no es la única explicación a su resiliencia, por supuesto. Según Seale, su padre "ni siquiera en los momentos peores admitía la derrota". Pero sirve para comprender su buena disposición para la negociación y su aceptación formal de buena parte de las propuestas que se le plantean, por duras y exigentes que sean. La habilidad para retorcerlas y tergiversarlas es infinita. De ahí la prevención con que debe acogerse su aceptación del último plan de paz, el que le ha llevado el ex secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan.

La propuesta de Annan tiene una virtud: no es tanto un plan de paz como una prueba definitiva, aceptada por todos, incluidos el régimen y sus aliados Rusia y China, para aclarar el camino. Muy pocos creen que funcione. Pero el 10 de abril se podrá comprobar su difícil cumplimiento: Asad debe retirar las fuerzas armadas de las ciudades, permitir el auxilio a la población, dar libertad de movimientos a los periodistas y reconocer los derechos de reunión y de manifestación. A la vez que acepta el plan, el régimen asegura que la revuelta ha sido ya sofocada. Todo quedará despejado el próximo martes: si las calles se llenan de nuevo de manifestantes y nadie les ataca, sabremos que el plan de Annan ha triunfado y hay una transición que asoma la cabeza; en el caso harto probable de que regresemos a lo que hemos conocido durante un año, no quedará margen alguno ni para el príncipe de las derrotas ni para la comunidad internacional en la continuación de la farsa.

Comentarios

La primavera árabe se ha encasquillado en Siria. ¿Habrá que cambiar de arma?
Este texto incurre en contradiccion aqui: "En este año y pico de revueltas no han faltado medidas reformistas, incluso elecciones, un referéndum, y reformas constitucionales que incluyen el reconocimiento del pluralismo político y el final del monopolio del partido Baaz: una comedia siniestra, acompañada de una inacabable ración de sangre y de dolor (9000 muertes), con la que cubrir las formas, las vergüenzas". Digo, es el texto o Assad quien se contradice a si mismo? tiene sentido practicar dos deportes simultaneamente "asesinar civiles" y "pluralizar el sistema politico"? Es que no hay quien se lo trague... Como Galileo, yo afirmo lo que mis sentidos me indican, y estos para el caso estos me dicen que en estos 12 meses hemos visto correr rios de sangre en las pantallas y rios de tinta en la prensa culpando a Assad (de los crimenes de los mercenarios apoyados por USrael), pero ni una sola imagen del "ejercito de Assad asesinando a su poblacion civil".
"Formado e instrído por su padre para sucederle". Sr. Bassets, de eso nada. Bachar era oftalmólogo, formado en Londres, sin relación con la política, solo quería ser un pacífico y bienhechor oculista. Pero su hermano mayor murió inesperadamente en un accidente de tráfico. Cosas del destino.
en serio que alguien se cree que un regimen tarde un año en reprimir a un movimiento pacifico? cuánto tardaron los chinos en suprimir tiananmen?
El objetivo no es el pueblo sirio, sino la seguridad de Israel.Siria no es Yemen. En este país han conseguido los jugadores principales Arabia Saudita y los Estados Unidos apartar la cabeza del régimen dejando su sistema en su posición de gobernar.En Siria han fracasado tanto los jugadores regionales encubierto por la Liga Árabe, me refiero a Arabia Saudita Y Qatar, como en el seno del Consejo de Seguridad, Francia, Turquía y EEUU, gracias al doble veto de Rusia y China. La lucha en Siria no es como todos lo queremos ver, por los derechos humanos, ni por la democracia y devolver el estado civil al pueblo. Parece extraño creernos que todo en Oriente Próximo gira alrededor de la seguridad de Israel. Basta que observemos adonde han llegado las revueltas en Egipto, las negociaciones entre los hermanos musulmanes y los EEUU para acercarnos a esa conclusión, siempre clara en todo artículo de cualquier escritor árabe sobre el tema. Para sacrificar el régimen alauita de los Asad, hará falta encontrar un líder en la cabeza de un sistema de gobierno, otro “no” patriótico para seguir con la misma política con Israel, que se calle a la ocupación de los Altos del Golán y para hacer la paz con Israel.Bachar Al Asad seguir por ahora reprimiendo y negando reformas verdaderas que conducirán a elecciones democráticas y acabar con la corrupción a manos de los allegados al poder, mientras sigan árabes y occidente inseguros de lo que puedan ser las condiciones del posible cambio.CS
Si un equipo de tercera división se enfrenta al Real Madrid y pierde por 1 a 0 seguramente considere el resultado como una victoria.En la actual situación de Siria hay tres grandes perdedores: El pueblo sirio.La ONU , cada día mas desacreditada, sin criterios fijos , que ha elaborado el principio de responsabilidad de proteger pero que no lo cumple.Y lo que se conoce como el mundo Occidental, es decir los países que lideran y constituyen la OTAN, incapaz en estos momentos de adoptar una decisión de forma conjunta independiente del resto del mundo.
¿Y dónde nos conduciría una, según sus palabras, "nueva derrota" de Al Asad? Hace unos días, Henry Kissinger respondía a esta pregunta desde las páginas de The Washington Post en los siguientes términos:"La Primavera Árabe es ampliamente presentada como una revolución regional, dirigida por la juventud, a favor de principios liberales democráticos. Pero Libia no es gobernada por fuerzas semejantes; apenas sigue existiendo como Estado. Tampoco Egipto, cuya mayoría electoral (posiblemente permanente) es en su abrumadora mayoría islamista. Los demócratas tampoco parecen predominar en la oposición siria. El consenso de la Liga Árabe sobre Siria no es conformado por países previamente distinguidos por la práctica o la propugnación de la democracia. Más bien, refleja en gran parte el conflicto milenario entre chiíes y suníes y un intento de recuperar la dominación suní de una minoría chií. Es también precisamente el motivo por el cual muchos grupos minoritarios, como ser drusos, kurdos y cristianos, se sienten incómodos respecto a un cambio de régimen en Siria."En fin, cómo tiene que estar la cosa para que tengamos que leer un análisis tan crítico en relación a los últimos acontecimientos en el norte de África y Oriente Próximo por parte del mismísimo Henry Kissinger.
Otro gobernante enrocado y que no hay quien lo mueva del la poltrona.¡Ya aburren!
Hay que evitar como sea el descarrilamiento hacia la guerra civil en Siria¿Sabemos de verdad lo que planea el Consejo Nacional Sirio al exigir del gobierno sirio la retirada del ejército de las ciudades sin mencionar nada respecto de las milicias de la oposición? Todos los amigos del pueblo sirio se han retirado decepcionados de la eficacia del plan de Annan. Pero para lo demás les preocupa si, se retira el ejército el próximo día 10, ¿quién y qué fuerza afirmará la seguridad en las ciudades y barrios “liberados” a manos de unos armados sin filiación hacia ninguna autoridad? Los amigos del pueblo sirio, que se reunieron en Túnez y en Estambul, no están conforme con la misión de Annan, máxime cuando el gobierno declara haber diezmado y expulsado a los armados de las ciudades. A nadie se oculta el plan B, armar a la oposición, que contiene la agenda de los amigos y lo que pueda llevar al país a la guerra civil dado el empeño de Arabia Saudita y de Qatar en hacer llegar armamento pesado como sea a la oposición. Los temores radican en responsabilizar al gobierno de los fracasos de las misiones pacificadoras y las nefastas consecuencias.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_