El jefe del Pentágono sale ileso de un atentado contra una base de Afganistán
Al menos nueve personas fallecen en otros dos ataques lanzados durante la visita de Panetta
La visita del secretario de Defensa norteamericano, Leon Panetta, a Afganistán comenzó este miércoles con un incidente que ha puesto de relieve los fallos de seguridad de la misión de la OTAN en el país. En un oscuro incidente, aún no aclarado, un camión robado irrumpió en la pista de la base de Camp Bastion mientras su avión aterrizaba.
A pesar de que posteriormente no se encontraron explosivos en el vehículo, el conductor, de nacionalidad afgana, ha salido de él en llamas y posteriormente ha fallecido por las heridas. Panetta ha resultado ileso según fuentes del Pentágono, que han evitado calificar el incidente de ataque. Esta es la primera visita de un oficial norteamericano a Afganistán desde la matanza de 16 civiles por parte de un sargento, el pasado domingo, que ha reavivado allí el antiamericanismo.
Camp Bastion es una base aérea bajo control británico aledaña a Camp Leatherneck, que controla el Marine Corps de EE UU. Ambas se hallan en Helmand, provincia del sur del país, donde los talibanes mantienen, junto a Kandahar, una gran parte de su insurgencia. La masacre del domingo ocurrió en Kandahar, donde el sargento responsable se halla detenido, a la espera de que finalice la investigación de los hechos.
El Pentágono mantuvo la agenda de Panetta, sin revelar el incidente hasta 10 horas después de que ocurriera, cuando el Secretario había abandonado Helmand con destino a Kabul. Sus portavoces desmintieron informes, difundidos por varias cadenas de televisión, de que el camión hubiera estallado en el momento del aterrizaje y de que la vida de Panetta hubiera corrido peligro.
“No podemos confirmar, en ningún modo o forma, que el vehículo robado estuviera relacionado con la llegada del Secretario o con su visita”, dijo el portavoz del Pentágono, George Little. Aun así, los mandos del Pentágono incrementaron la seguridad en Camp Leatherneck y otras bases durante la visita de Panetta.
Los 200 soldados a los que se dirigió el Secretario en esa base del Marine Corps fueron obligados a dejar sus armas fuera de los barracones donde se reunieron, algo muy poco habitual en un frente de guerra. Posteriormente, Panetta acudió al Puesto de Combate Shukvani, donde las tropas norteamericanas luchan junto a soldados georgianos.
En su visita, Panetta se reunió con mandos de la OTAN, con soldados y con diversos líderes tribales afganos. En diversas conversaciones, reiteró la intención de la Casa Blanca de mantener el calendario de retirada previsto, pactado con la cúpula militar norteamericana.
“Es importante que nosotros, EE UU, Afganistán y las fuerzas de la OTAN, mantengamos la estrategia que nos hemos marcado”, dijo Panetta a los periodistas que le acompañaban, según informa Associated Press. Todas las partes implicadas, dijo, “deben ponerle fin a esta guerra de forma responsable, acabando la misión en la que todos nos hemos embarcado”.
El presidente Barack Obama ha ordenado que las tropas se replieguen antes del final de 2014, cuando se cumplirán 13 años del inicio de la guerra. Antes de septiembre se habrán retirado 33.000 soldados, de los 100.000 que EE UU tiene en la zona. El Pentágono aun no ha detallado el ritmo al que el resto de tropas seguirán regresando a partir de entonces.
Según un acuerdo estratégico firmado entre Washington y Kabul, el Ejército norteamericano tiene ahora la potestad de juzgar al sargento detenido por la matanza del domingo. Según avanzó Panetta en el vuelo de camino a Asia, los fiscales militares podrían pedir para él la pena de muerte, si se le declara mentalmente capacitado para ser sometido a juicio. El presunto autor ha sido trasladado de la provincia de Kandahar, donde se produjo la masacre, hacia Kuwait, según han confirmado fuentes del Pentágono.
Panetta estará en Afganistán dos días, durante los cuales tiene previsto reunirse también con las autoridades afganas, y entre ellas, con el presidente Hamid Karzai. A su llegada a la provincia de Helmand hubo dos ataques insurgentes. Un artefacto explosivo colocado en una carretera causó la muerte de ocho civiles. En la cercana Kandahar, otra explosión dejó un muerto y dos heridos, todos miembros de los servicios de inteligencia afganos, según informa la agencia France Presse.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.