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La violencia sacude Damasco mientras El Asad reitera sus amenazas

Varios disparos con lanzagranadas impactan un edificio gubernamental Las declaraciones del presidente sirio coinciden con el fin del plazo de la Liga Árabe La insurgencia ataca una sede del partido gobernante en Damasco

Manifestantes queman una pancarta con la fotografía del presidente sirio.
Manifestantes queman una pancarta con la fotografía del presidente sirio.EFE

Varios disparos con lanzagranadas RPG impactaron hoy en un edificio del partido gobernante Baaz en el centro de Damasco, donde se han registrado distintas explosiones, informaron los Comités de Coordinación Local.  En un comunicado, el grupo opositor al régimen de Bachar el Asad afirmó que varios testigos vieron cómo el humo salía del edificio, situado en el barrio de Mazra, hasta donde se han desplazado las fuerzas de seguridad.

Además, diversas explosiones se escucharon en la céntrica zona, mientras que en la localidad de Harasta, en los alrededores de Damasco, se registró un fuerte tiroteo. En la provincia meridional de Deraa, las fuerzas de seguridad llevaron a cabo redadas y quemaron fincas, según los Comités.

 Ayer, el régimen sirio respondió con el diario baño de sangre al ultimátum de la Liga Arabe, que exigía el cese de la violencia, en otra jornada negra en la que se registraron 24 muertes, según la oposición.

"Siria no va a postrarse": El Asad

El presidente de Siria, Bachar el Asad, asegura en una entrevista el periódico Sunday Times que "el conflicto continuará y la presión que subyuga Siria también lo hará". Las declaraciones de El Asad se han publicado cuando ha expirado la fecha límite impuesta por la Liga Árabe al régimen sirio para que aceptara el plan de paz. Horas después de conocerse las declaraciones del presidente sirio, dos cohetes han impactado contra una sede en Damasco de Baaz, el partido hegemónico de El Asad, según han asegurado varios vecinos a la agencia Reuters. De confirmarse, sería el primer ataque de la insurgencia en la capital desde que empezaron las protestas contra el régimen.

El Asad sostiene que la represión contra los disidentes proseguirá, a pesar de las presiones ejercidas por la Liga Arabe para que ponga fin al derramamiento de sangre. "Siria no va a postrarse", añade. Asimismo, el presidente sirio reafirma que cualquier acción militar que se emprenda contra su país desembocará un "terremoto" en la región de Oriente Próximo. "Si son sensatos, racionales y realistas, no deberían hacerlo porque las repercusiones son muy nefastas. Una intervención militar desestabilizaría la región entera y todos los países se verán afectados", insiste.

El mandatario sirio ha prometido, según la publicación, que luchará personalmente y morirá en la resistencia contra las presiones internacionales. No obstante, El Asad promete también prevenir más ataques por parte del Ejército de Liberación Sirio, como el que el pasado miércoles llevó a cabo contra el Complejo de Inteligencia de las Fuerzas Aéreas, cerca de Damasco, que causó decenas de muertos y heridos. Insiste El Asad en que la "única vía es buscar a la gente armada, perseguir a los bandidos armados, impedir la entrada de armas y armamento de países vecinos, así como prevenir el sabotaje mediante el refuerzo de la ley y el orden".

En la jornada del sábado, fecha límite del ultimátum de la Liga Árabes, al menos catorce personas han muerto a manos de las fuerzas de seguridad del régimen sirio. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos ha confirmado de la muerte de doce personas en redadas acometidas por las fuerzas de seguridad, además del fallecimiento de dos desertores del ejército, en enfrentamientos en la ciudad de Homs, uno de los focos de la disidencia armada. El viernes fueron al menos 24 los fallecidos y 30 los heridos, según los opositores.

Aunque la Liga Árabe y Occidente no cesan en exigir al régimen de El Asad que detenga de forma inmediata la represión, éste ha desoído las amenazas realizadas por ambas partes hacia una mayor intensificación de las sanciones. En este sentido, la hipótesis de una intervención militar aún no ha sido descartada por completo, si bien debería ser sometida a votación en el Consejo de Seguridad de la ONU y tanto Rusia como China han dejado entrever su veto a dicha decisión.

Al respecto de una posible intervención el diario Hurriye publicaba el sábado, citando fuentes del Ministerio de Exteriores, que Turquía prefiere mantener el anonimato, rechazando una intervención militar turca en una eventual maniobra internacional contra El Asad. Las mismas fuentes, no obstante, no descartan una intervención en la frontera que comparten los dos países si el Ejército sirio mantiene el asedio sobre las ciudades fronterizas. En la madrugada del viernes al sábado el ejército sirio irrumpió con tanques en Yabal Zauya, en la provincia septentrional de Idleb, fronteriza con Turquía, donde están cortadas las comunicaciones telefónicas y la corriente eléctrica.

Por otra parte, el ministro de Asuntos Exteriores británico, Wiliam Hague, se reunirá en Londres con líderes de los rebeldes sirios este lunes, con el fin de intensificar contactos con la oposición de ese país, confirmó el sábado el Foreign Office. El ministro se entrevistará con representantes del Consejo Nacional Sirio y del Comité de Coordinación para un cambio democrático después de que el Gobierno británico haya mantenido durante meses contactos diplomáticos con estos grupos opositores. Londres quiere aumentar la presión sobre el régimen sirio, según anunció el propio primer ministro, David Cameron. Organizaciones no gubernamentales calculan que, desde el inicio de las revueltas, han muerto más de 3.500 personas.

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