La iniciativa del presidente Abbas solicitando el reconocimiento de Palestina en Naciones Unidas ha sido tachada por Benjamin Netanyahu de unilateral y deslegitimadora para el Estado de Israel. Como sucede con las consignas eficaces, fruto de un trabajo político y diplomático cuidadoso, ambos argumentos ya han hecho fortuna y hoy no faltan en ninguno de los debates sobre los acontecimientos que se producirán en los próximos días en la sede de la organización internacional. Un tercer inconveniente o tacha se deduce de los dos anteriores: su propósito es aislar a Israel.
No es un gesto deslegitimador. Del reconocimiento del Estado palestino sobre las fronteras de 1967, surgiría por primera vez un Israel reconocido por sus vecinos. En el ‘impasse’ actual, entre los vecinos solo lo reconocen los que tienen acuerdos de paz, Egipto y Jordania, y muy pocos más en el entorno árabe y musulmán. La precariedad de las relaciones con estos y otros países hace temer, por el contrario, que el ‘niet’ de Israel no hará más que complicarle el futuro, convertido en esta fortaleza que no quiere integrarse en su marco geográfico natural, según descripción del rey Abdalá de Jordania.
Tienen razón quienes esgrimen este argumento si centran la deslegitimación en los territorios ocupados de Cisjordania. Son los colonos, esos okupas ilegales y consentidos, quienes quedan deslegitimados. Lo único que podía justificar la defensa de las colonias, incluso retrospectivamente, era su utilización como arma negociadora, y así fueron concebidas en los años posteriores a la conquista militar de 1967 por los gobiernos laboristas. Hasta que llegaron los derechistas del Likud, con los mapas del Gran Israel bajo el brazo, el mandato bíblico sobre la entera Palestina histórica y el propósito de hacer saltar los Acuerdos de Oslo por los aires, perfectamente cumplidos.
No es un gesto unilateral en la forma, como dice Netanyahu, porque rompa la negociación multilateral de una negociación rota y suspendida como la de Oslo. Tampoco lo es en su contenido: su objetivo es regresar a Oslo y a la fórmula de esos dos Estados que no quieren ni Hamas ni tampoco el socio de Netanyahu, Avigdor Liberman; el padre centenario y consejero del primer ministro e historiador de la Inquisición española, Etzion Netanyahu; y probablemente el propio Netanyahu. Sin contar con la ironía de una acusación de unilateralidad desde Israel, país surgido del multilateralismo pero asentado en el unilateralismo y en el derecho de veto de Washington en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Llegamos así a la tercera tacha, la voluntad de aislar a Israel que esgrime el partido de Netanyahu. Las pruebas son evidentes: Abbas quiere negociar de Estado a Estado y tener la oportunidad de actuar internacionalmente en condiciones más equilibradas, algo que puede conducir a emprender acciones penales internacionales contra los colonos, sus gobernantes y los militares. Pero este no es argumento respecto al Estado de Israel, sino a determinados responsables políticos. Que compromete también a los palestinos que actúen fuera de la legalidad internacional, como es el caso de Hamas. Si Israel está aislado no es por la acción diplomática de Abbas, sino por la acción aislacionista y deslegitimadora de Netanyahu, que ha roto la entera arquitectura de alianzas forjada durante los 60 años de historia de su país.
El mérito de Abbas es su camino legal y pacífico, que no debe abandonar en ningún caso. ¿Cómo no quieren que la comunidad internacional aplauda a unos palestinos que ahora solo esgrimen la rama de olivo y al fin han entregado la pistola? La palabra es lo que les da su fuerza moral y política; desautoriza y anula el erróneo camino violento que algunos todavía quieren transitar; y coloca a EE UU e Israel en un brete. La derecha israelí está a punto de repetir aquel gesto de 1948 pero con las tornas cambiadas. ¿Declararán la guerra los conservadores israelíes como hicieron entonces los árabes?
Comentarios
Pues a mí me parece que esta petición de la Autoridad Palestina es uno de los hitos más importantes en toda esta historia y que la pena es que no la hayan planteado mucho antes. Es entendible, la rama de olivo es difícil de llevar en el pico mientras el halcón anda sin caperuzo. Se acabó la cetrería con rapaces en Palestina, al menos en plan deportivo. Los furtivos corren riesgo de ser perseguidos si la practican fuera de sus límites territoriales.
Abbas parece Petain negociando con las fuerzas de ocupación un "estatus" político para Vichy-Ramallah. Está tan legitimado Abbas para representar a Palestina como Petain lo estaba para representar a Francia. Sólo ver el estado en el que se encuentra Cisjordania, con el territorio agujereado como un queso gruyere con decenas de puestos militares isrealíes, decenas de colonias y un alto índice de miseria es suficiente para comprobar que este pobre hombre sólo hace lo que puede y le dejan las fuerzas de ocupación.
Los palestinos tienen que interiorizar que la única manera conseguir la paz con Israel es negociar de buena fe, y no montar antifadas cuando el curso de nogociaciones no les gusta, ni tratar de buscar soluciones impuestas desde la ONU. Sólo negociar, hace dos años el PM anterior de Israel les propuso todo lo que les gustaria tener ahora-no lo aceptaron, pensaron mejorar sus posiciones. Ahora tambien, quizas piensan que con la movida de la ONU, han mejorado sus posiciones- Pues, creo que no, ya que solo han conseguido que los israelies más desconfien de ellos.
El padre de Bibi se llama Ben Zion Netanyahu y no Etzion.
"Mi no conocer nombre Etzion". Se supone que un periodista ha de ser mas cuidadoso, pero...
Además creo que su padre no esta en posición de darle consejos, debido a su avansdisima edad.
Sr Sacha: Una de dos: O los dirigentes Palestinos tienen espiritu masoquista (por el cual se niegan a algo, para recibir dos anios mas tarde una proposicion peor para ellos, ya hace 64 anios) o son todos "traidores a su Pueblo, comprados por Israel..." que con sus negativas le permiten a Israel ganar tiempo y convertirse (para desgracia del Pueblo Palestino) cada vez mas en un hecho consumado.
Bueno, lo que está claro es que a Israel no le ha gustado nada esta movida. Si Palestina sale reconocida como Estado de pleno derecho, Israel dejaría de poder , por ejemplo, controlar los flujos de dinero que entran desde la UE y otros Estados para sostener la Administración Palestina.
Mal que les pese, es necesario para que este conflicto se resuelva que ambos actores sean reconocidos por igual ante la asamblea de las naciones.
Sin necesidad de tener conocimientos jurídicos o políticos, pienso que se obvia una vía alternativa de solución, al imposible avance de negociación después de 60 años, que pueden suponer otros tantos de incierto resultado ante el actual inmovilismo. Acordar una mejora de estatus propuesta por Francia, para dentro de un año como estado Observador, supone una idea a considerar sobre la base de la resolución de la ONU de 1967.Al parecer, muchos son los condicionantes culturales, religiosos, intereses entrecruzados y otros de diferente naturaleza, que impiden reiniciar las negociaciones, salvar las discrepancias para establecer el acuerdo y garantizar su cumplimiento. Sin embargo, cuanto une a la inmensa mayoría de seres humanos, es lo esencial, una vez liberados de servidumbres y condicionantes. La cuestión sería: ¿es posible reiniciar las negociaciones y llegar a un acuerdo con garantía de cumplimiento por ambas partes, teniendo en cuenta la evolución de la historia, la situación actual y la incertidumbre del futuro?¿Acaso es la única alternativa que "La paz auténtica solo la pueden lograr entre ellos" negociando y llegando a un acuerdo, como dice Obama?Me pregunto: ¿Y si las dos partes se sometieran al arbitraje de un tribunal elegido por la ONU?, previa la mejora de estatus como Observador para dentro de un año sobre la base de la resolución de la ONU de 1967. Aliviar de la responsabilidad asumida por diferentes países, ¿sería bien recibida y un buen aliciente para acordar entre las partes someterse libremente a cuanto dictamine un arbitraje?
La paradoja está al encontrar al presidente de la Autoridad Palestina el Sr. Mahmoud Abbas, siendo el mismo arquitecto de los Acuerdos de Oslo, quien vaya a las Naciones Unidas pidiendo auxilio, y con modesta petición que debió haberse presentado hace décadas, el reconocimiento de ser miembro más en las Naciones Unidas de Palestina. La firma de esos acuerdos en 1993 estipuló la creación del estado palestino en el plazo de los cinco años siguientes. Pero nada recibieron los palestinos a través de interminables negociaciones humillantes que no condujeron al reconocimiento de algún objetivo palestino. Abbas se dirige a las NN UU por la frustración que obtuvo después de veinte años de negociaciones, regentadas con el guión israelí y la batuta norteamericana, que pretendían siempre volver al principio, o sea a ningún sitio. Abbas pide el reconocimiento de estado palestino sabiendo que esto será por ahora un estado ilusorio sobre papeles, sin frontera ni autoridad verdadera. Él sabe muy bien que anteriormente hubo numerosas resoluciones de esta misma seda a favor de los palestinos y nada se aplicó sobre el terreno. Pero, por lo menos, habrá demostrado al mundo entero, que nadie duda, la conspiración que ejercen los EE UU, y la doble cara que tiene en el trato con los pueblos de la región de Oriente Próximo. ¿Hará algo el resto del mundo? Ojalá la conciencia mundial, y en especial la de los grandes, vuelva a marcar conductas que tanto hemos confiado durante más de medio siglo.
Esta osada petición de Abbas habrá demostrado al mundo entero que los consecutivos gobiernos israelíes fueron los que torpedearon el proceso de paz; ya si pretendes hace la paz con tu adversario, por lo menos, habrías dado señales de ello, no complicarías cada vez más el status quo para ramificar el camino hasta la meta que se ve más inalcanzable: ampliación de asentamientos, o colonias en Cisjordania; el muro de la vergüenza; su arrogancia ajena a cualquier trato diplomático con sus vecinos y aliados... Los israelíes dramatizan esta nueva coyuntura palestina y han conseguido el apoyo de Obama, acaso les había faltado alguna vez, echando éste toda su iniciativa que sostuvo la creación de dos estados de septiembre del año pasado, aparte de muchos eslóganes en pro de los derecho humanos…Obama es acusado por el congresista norteamericano Joe Walsh de ser débil con su respuesta a Abbas. No debía permitir esta rebeldía…etc., pero se olvidan que Obama demostró su debilidad desde que cambió su política en la región y adoptó la postura israelí, la de su PM, Netenyahu y por mencionar algo citamos su cesión al cambiar su opinión hacia los asentamientos en Cisjordania.
La gran farsa es lo que llamamos la comunidad internacional representada principalmente por los EE UU, y Gran Bretaña y sus aliados de las grandes potencias europeas. ¿Qué nos venden? Democracia selecta, encubierta con su hipocresía. Durante los últimos 30 años y los EE UU, como únicos patrocinadores de las negociaciones de paz, sólo hicieron frenar y desviar el proceso de paz. Son el verdugo y el juez al mismo tiempo en el conflicto árabe israelí. Según el historiador Chomsky, EE UU es el núcleo del terrorismo mundial. La realidad de la civilización norteamericana fue que se fundó sobre la exterminación de otra. Lo mismo que comete su hija bastarda, Israel. ¿Y qué recibe sino la protección y la financiación de los EE UU? La ocupación israelí, única por sus características, no pretende solamente la humillación del pueblo palestino sino obligarle a su expulsión de su tierra.¿Cuántas guerras y crímenes han cometido en Vietnam, Salvador, Honduras, Guatemala, Irak y Afganistán con centenares de miles de víctimas civiles? ¿Cuántos nombres de estas víctimas se conocen? Unos cuantos. Pero los nombre de los 2749 muertos durante el 11-S están solemnemente registrados. Igualmente, ¿a cuantos de la víctimas no judíos de la guerras mundiales se conocen sus nombres? Pero los del holocausto es lo único que está en nuestra mente. El concepto de la guerra contra el terrorismo es en realidad la lucha por los intereses del poder económico y la hegemonía militar. Lo que hemos aprendido desde la Segunda Guerra Mundial respecto a los caracteriza a los EE UU es solo violencia, terror, acaparamiento y ocultación de la realidad. Dichosa democracia y dichosa civilización.
A Riky: Por supuesto que Ud. tiene razon. Mi comentario fue ironico (aunque basado en la realidad historica).Los de Hamas, como todos los fundamentalistas Islamicos quieren tener un Califato que abarque a todo el Islam.Los de Fatah realmente quieren tener una entidad Nacional, pero en TODA Palestina. Por eso se niegan a firmar proposiciones como las que les ofrecio Olmert en el 2008, en las cuales, por supuesto existe Israel.Atte. Shimshon.
Lo significativo es que Hamás está en contra de la iniciativa de Abbas.
Me resulta curioso ver como Hamás y Netanyahu están de acuerdo en este mismo punto.
¿Sorprende?
No, ambos juegan al suma cero y al dominio de las mayorías internas, al predominio ideológico. A la aniquilación del adversario.
Yo espero que la iniciativa de Abbas en la ONU, sirva para obligar a hacer pública el apoyo de facto estadounidense a su aliado. Es un trago desagradable, porque desnuda el verdadero interés de EEUU en la región, obligándolo a justificarse.
Quiere la paz, pero sin romper los huevos del statu quo.
Y un chequeo internacional desde la ONU, obliga a aceptar los derechos de los Estados Mienbros.
Como se ve, es una cuestión tan espinosa como dar de modo sucinto legitimidad (incontestable a estas alturas para ambos actores en liza) a uno u otro.
Si pone el veto en la mesa, supondrá un espaldarazo a Israel, a costa de la manifiesta desconfianza de los nuevos regímenes democráticos árabes (no olvidemos que las primaveras arabes esconden un deseo de autoafirmacion y legitimidad frente a unas dictaduras apoyadas tradicionalmente por Occidente). La sensación de que la legitimidad de la existencia de un Estado depende de la aquiescencia de una superpotencia, en vez de la libre manifestación de sus ciudadanos, pone en duda la certidumbre del derecho jurídico de los Estados, y nos devuelve a la "realpolitik", a la sensación de que es la fuerza la que hace el derecho.
Si se acepta a Palestina como miembro de derecho, será un comienzo. No garantiza una mejora automática de la situación, pero sí obligaría a considerar a ambos actores del conflicto a atenerse a los hechos ante el mundo, a limitarse en suma, y a defender ante el tribunal de las naciones sus aspiraciones en un plano juridico de igualdad, no en un plano de correlación de fuerzas sobre el terreno.
Como en la realidad de cada día, la libertad de uno termina donde empieza la de los demás.
Es de esperar que algún día ambos lo entiendan, y coexistan como vecinos, sin necesidad de atarse a maximalismos teocráticos .
A convivir, en suma.
Güte Nacht.
Felicidades por el excelente Editorial El País - La puerta a la ONU - con un párrafo del final: "Para que esas negociaciones se reanuden, Israel debería detener la colonización en Cisjordania y Jerusalén Este, como exige la parte palestina y hasta implora el presidente Barack Obama, porque si lo que se discute es una retirada, la colonización continuada no parece ser el mejor camino para la paz. Pero a tenor de lo que dijo Netanyahu, lo mínimo que exigiría su Gobierno para congelar la progresiva ocupación del territorio sería que la Autoridad Palestina reconociera a Israel como Estado judío. Eso equivale a renunciar al derecho de varios millones de refugiados palestinos a regresar a su tierra, de la que huyeron o fueron expulsados por Israel en 1948 y 1967, o, en otro caso, ser compensados adecuadamente, como establece la resolución 194 de la ONU".
La ecuacion es simple: Cuanto mas rapido se llegue a un Acuerdo de Paz, habra mas territorio para el Estado Palestino.Si hubieran aceptado la Particion de 1947 hubieran tenido un 50% mas o menos.Si aceptan ahora, tendran un 22% mas o menos...Si seguiran negandose a negociar por la colonizacion Israeli, cuando lo hagan, tendran menos territorio.
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