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La Unión Africana destina 264 millones a combatir la hambruna

La ONU estima necesario unos 974 millones para paliar la situación de emergencia

La conferencia de donantes organizada por la Unión Africana ha conseguido unos 264 millones de euros, lejos de los 974 estimados necesarios por la ONU para paliar la hambruna que padece el Cuerno de África.

El Cuerno de África sufre una grave hambruna que afecta -según la ONU- a más de 13 millones de personas a consecuencia de los efectos de la peor sequía en 60 años en la zona.

"Se han donado cerca de 351,7 millones de dólares más otros 28.8 millones en especies", ha informado el presidente de la Comisión de la Unión Africana, Jean Ping, al término de la cumbre, celebrada en la sede del organismo continental, en Adis Abeba.

A pesar de haberse pospuesto la conferencia del 9 al 25 de agosto para movilizar más recursos y gobernantes, sólo los mandatarios de Etiopía (país anfitrión), Guinea Ecuatorial, Somalia y Yibuti han estado presentes en la reunión.

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Hambre y esperanza en el Cuerno de África

Expertos en temas de ayuda humanitaria, analistas y personal diplomático ya admitieron que no esperaban mucho de la Unión Africana, a menudo considerada como ineficaz y con una situación financiera maltrecha ante la ausencia de su principal contribuyente, la libia de Muamar el Gadafi.

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Fuentes de la Unión Africana han indicado que la mayor donación proviene del Banco para el Desarrollo Africano, que ha prometido unos 209 millones de euros durante los próximos cinco años. Argelia y Sudáfrica encabezan la lista de los estados africanos, con 10 millones cada uno entre dinero y especies, mientras que la economía más potente de África Occidental, Nigeria, ha sumado dos millones. La República de Sudán del Sur donará un millón.

Ping ha asegurado que la puerta queda abierta a nuevas donaciones en los próximos meses, y ha urgido a la comunidad internacional a responder a esta crisis humanitaria con generosidad.

Un pequeño somalí mira a través de la lona de uno de los aljamientos temporales montados en una zona próxima al campamento Hagadera, uno de los tres que forman parte del campo de refugiados de Dadaab, en el noreste de Kenia.
Un pequeño somalí mira a través de la lona de uno de los aljamientos temporales montados en una zona próxima al campamento Hagadera, uno de los tres que forman parte del campo de refugiados de Dadaab, en el noreste de Kenia.DAI KUROKAWA (EFE)

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