"El Gobierno marroquí sigue de cerca la sublevación de las poblaciones de Ceuta y Melilla"
La "número dos" de la diplomacia marroquí denuncia en el Parlamento que Melilla "importa" a españoles de Málaga y Almería para impedir que se rompa el equilibrio demográfico con los musulmanes.- Suspendida la marcha a Melilla del sábado
"El Gobierno marroquí sigue de cerca la sublevación de las poblaciones de Ceuta y Melilla en protesta contra las prácticas inicuas de las autoridades españolas contra la población originaria [de ambas ciudades] y, en especial, los planes de empleo".
La reivindicación sobre las dos ciudades autónomas regresó, el miércoles por la noche, al Parlamento marroquí, cuatro días después de que esa cámara baja aprobase por unanimidad un comunicado en el que insta al Gobierno a "reevaluar" la relación con España y reitera su empeño "en recuperar" las ciudades de Ceuta y Melilla.
No obstante, Marruecos afirmó hoy que la revisión de las relaciones bilaterales con España se realizará "con pleno respeto de los parámetros fundamentales de las relaciones bilaterales", y que tendrá en cuenta "la preservación de la dignidad nacional del país". El portavoz gubernamental y ministro de Comunicación, Jalid Naciri, precisó en su rueda de prensa semanal tras el Consejo de Gobierno que
Rabat sigue con la intención de revaluar las relaciones con España, con "el deseo de que la colaboración sea constructiva y mutuamente ventajosa".
Ayer fue la secretaria de Estado de Asuntos Exteriores, Latifa Akharbach, la que intervino ante el pleno para responder a una pregunta del Partido Autenticidad y Modernidad (PAM), ganador de las últimas elecciones municipales y descrito a veces sobre el "partido del rey" por la relación de amistad entre su principal dirigente, Fouad Ali el Himma, con el rey Mohamed VI.
A finales de octubre jóvenes musulmanes protagonizaron disturbios en Melilla, sobre todo en el barrio de La Cañada, para protestar por su exclusión de los planes de empleo. La agencia de prensa oficial marroquí MAP anunció, el viernes 29 de octubre, que la Guardia Civil había matado a Younes, un manifestante de 16 años, y escondido el cadáver.
La Delegación del Gobierno en Melilla desmintió la información, pero la MAP nunca recogió el mentís y la noticia abrió los telediarios de ese fin de semana en Marruecos.
Además de "seguir de cerca la sublevación", Rabat, aseguró Akharbach, "trabaja también para garantizar la protección de la vida y de los bienes de los marroquíes que residen en ambas ciudades ocupadas de conformidad con el derecho humanitario y los convenios internacionales que determinan el estatuto de las personas que viven en territorios en litigio (...)".
Akharbach dejó claro que a ojos de Rabat los musulmanes allí residentes "son marroquíes que gozan plenamente de su nacionalidad y poseen documentos de identidad marroquíes" aunque vivan "en territorios aún ocupados" tras el acceso de Marruecos a la independencia en 1956.
La "número dos" de Exteriores denunció, por último, que el Ayuntamiento de Melilla "recurre a ciudadanos españoles de Málaga y Almería para garantizar el equilibrio demográfico" en la ciudad ante el rápido crecimiento de los musulmanes.
Un recién creado Comité de coordinación para la liberación de Melilla anunció a principios de semana la celebración de una marcha, el sábado, desde Beni Enzar (Marruecos) hasta la plaza de España en el centro de la cuidad. Es dudoso que las fuerzas de seguridad españolas les dejen cruzar la frontera, pero al menos provocarán otra vez su clausura durante un rato. El pasado fin de semana ya estuvo cerrada durante media hora.
Pero por la tarde, el Comité de anunció el aplazamiento a una fecha todavía por determinar de la marcha que habían convocado para el próximo sábado hacia esa ciudad autónoma española para reivindicar su "marroquinidad". Fuentes del comité señalaron a Efe que esta decisión se debe a que el grupo islamista ilegalizado Justicia y Caridad había manifestado su intención de sumarse a la marcha y había comenzado a movilizar a decenas de miles de sus seguidores para integrar la protesta.
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