El proceso contra el líder islamófobo holandés Wilders tendrá que repetirse por falta de imparcialidad del tribunal

Caos durante la última jornada del proceso contra el líder populista de derecha holandés, Geert Wilders, por insultos a los musulmanes, incitación al odio e intimidación. El juicio deberá repetirse por falta de imparcialidad de los jueces, que no han permitido la declaración de un testigo de la defensa. Se trata del arabista Hans Jansen, que podría haber sufrido un intento de intimidación por parte de otro juez. En un giro inesperado, se ha sabido que Jansen participó en una cena a la que también asistió Tom Schalken, uno de los miembros de tribunal de Apelación que ordenó la apertura misma del juicio contra Wilders.

El político quería averiguar si su testigo " fue influido para que viera la justeza de proceso" . El rotativo gratuito De Pers, que ha desvelado la noticia, así lo afirma. El arabista ha admitido que hablaron del tema durante la velada. Al final, la recusación presentada por el abogado de Wilders ha sido aceptada, y habrá que volver a empezar. Rápido como suele en sus reacciones, el político, sostén desde el Parlamento del nuevo Gobierno de centro derecha, ha calificado lo sucedido de " circo jurídico" . También ha repetido que no tendrá un juicio justo, " puesto que la situación está politizada desde su origen". Para la fiscalía, Wilders hace uso de la libertad de expresión cuando critica al Islam. Por eso ha pedido su absolución.

Entre los grupos (de inmigrantes turcos, marroquíes y antirracistas) que demandaron a Wilders en su día, ha cundido el desánimo al conocerse la decisión judicial. "Es frustrante. Jansen ha podido contar mucho antes lo que pasó en esa cena. Si lo hace ahora es para entorpecer la marcha del juicio" , ha dicho Mohamed Rabbae, antiguo diputado del partido verde (Groen Links).