Prensa y terrorismo psicológico
¿Están los medios sobredimensionando la violencia? Los mexicanos opinan que no
Cuernavaca está apenas a unos 70 kilómetros de la capital mexicana. "La Ciudad de la Eterna Primavera" la llaman y sus condiciones climáticas son tan maravillosas que cuentan que cuando Bárbara Hutton quiso construir una de sus residencias en "el lugar con el mejor clima del mundo", sus arquitectos decidieron hacerlo en los alrededores de Cuernavaca. Moctezuma pasaba allí sus tiempos de descanso y Hernán Cortés construyó un palacio para disfrutar a su "India Bonita". El Sha de Irán escogió también Cuernavaca para vivir su destierro.
Hoy en día miles y miles de capitalinos salen los fines de semana huyendo de los atascos y del smog de la Ciudad de México rumbo a Cuernavaca. Los viernes por la noche las principales calles de la ciudad son un hervidero de automóviles. Los lugareños salen de trabajar, los estudiantes terminan clases, los turistas llegan a cenar en algún restaurante, los más jóvenes se reúnen en alguna discoteca y muchas familias aprovechan para abastecerse en los supermercados para el fin de semana.
El viernes pasado fue distinto. En las calles de Cuernavaca apenas se veían algunos coches, no pocos locales comerciales, restaurantes y discotecas permanecieron cerrados y las escuelas suspendieron labores a medio turno. A través de redes sociales como Facebook y Twitter circularon supuestos comunicados de una banda de narcotraficantes avisando que se enfrentarían a muerte con una banda de sicarios en las calles de Cuernavaca, y en ellos se pedía a la gente que evitaran circular por las calles o acudir a antros y discotecas para evitar verse atrapados en las balaceras. Los medios de comunicación locales y después los nacionales dieron eco al asunto, el miedo se apoderó de muchos y las calles quedaron prácticamente desiertas desde las ocho de la noche.
Lo que se vivió en Cuernavaca el viernes pasado no es un hecho aislado. En ciudades como Juárez, Nuevo Laredo, Matamoros, Culiacán, Morelia, o Acapulco el uso de este tipo de terrorismo psicológico es recurrente. Somos una sociedad que tiene miedo y las noticias que leemos, vemos o escuchamos todos los días nos confirman que las autoridades poco o nada pueden hacer para defendernos.
La semana pasada la organización no gubernamental "México Unido contra la Delincuencia" dio a conocer su encuesta trimestral sobre percepción ciudadana y seguridad. Los datos no pueden ser más desalentadores: cuatro de cada cinco mexicanos pensamos que la situación está peor que hace un año, el 36% considera que los operativos establecidos por el gobierno federal para combatir al crimen organizado han sido un fracaso y son más los que creen que esta guerra la están ganando los narcotraficantes.
En la encuesta que entregamos hoy al ELPAIS.com tratamos de investigar si estas percepciones provienen de experiencias personales o simplemente están reflejando lo que el escritor Héctor Aguilar Camín apuntaba el jueves pasado en un artículo periodístico, que "paso a paso, bajo el impacto irresistible de los asesinatos del narco, quien más quien menos, todos los medios de información mexicanos se han teñido de nota roja" y que "la consecuencia, de la mayor importancia pública, es que el país es infinitamente más violento en los medios de información que en la realidad".
Llevamos la afirmación de Aguilar Camín a la calle y encontramos un 48% de entrevistados que reconocen que su percepción sobre el incremento de la violencia se basa exclusivamente en lo que proyectan los medios de comunicación, contra un 29% que dicen que se basa en experiencias personales. El 23% restante respondió que han construido su percepción tanto por lo consumen en los medios como por lo que les ha tocado vivir sobre la violencia.
Dos terceras partes de los mexicanos están convencidos de que la violencia que se reporta en los medios de comunicación es simplemente el reflejo de la realidad, aunque el 42% opina que los medios colocan la nota roja como principal porque la violencia vende más.
Coincidiendo también con el escritor, 59% de los entrevistados nos dijo que personalmente le molestan esas imágenes explícitas de muertos, decapitados o mutilados que algunos medios insisten en presentar como primera plana, aunque casi la mitad de ellos, reconociendo que les molestan, reconocen también que desde que se publican recurrentemente han estado más pendiente de las noticias.
Difícil encontrar dónde está el justo medio entre la libertad de expresión y el derecho a la información, y esta mecánica informativa que parece jugar a favor del terrorismo sicológico que los narcotraficantes quieren implantar. Quizá, como dice Aguilar Camín, el justo medio estaría en devolver la nota roja a la nota roja, y dejar las primeras planas para los lectores.
Más encuestas en www.demotecnia.com.
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