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Aviso a Sarkozy

El varapalo tiene un significado inequívoco. Si quiere repetir cinco años más como presidente de la República, hasta completar el decenio que le permitiría dejar una huella suficiente en la historia de Francia, no tiene más remedio que dedicarse a preparar la contienda electoral en vez de seguir cabalgando sobre el caballo brioso de su narcisismo presidencial. Para eso sirven estas elecciones: para dar un aviso a quien tiene el poder, castigar a los ministros que se presentan a los comicios y ofrecer un lugar bajo el sol a quienes pugnan por abrirse camino hacia el poder. Levantan un hipotético mapa de cómo pueden ser las próximas elecciones presidenciales.

No es seguro que el presidente sepa o quiera captar claramente el mensaje. Pudiera ser que hiciera oídos sordos a los electores y atendiera únicamente a su corazón. Tendría la agarradera indiscutible y engañosa de la coherencia política, de la fidelidad a sus promesas y a sí mismo, y del culto a la escultura ecuestre en la que ha esculpido su ambición: seguir en su empeño, sin mezquinos electorales. Afortunadamente para él, desde sus propias filas le llegan ya las voces del realismo y de los intereses más elementales, que le aconsejan modular su programa, acomodarse a los gustos del público y evitar nuevos aventurerismo políticos que le enajenen de los suyos y enerven la combatividad de los adversarios. Si quiere practicar nuevas aperturas que sean en dirección a sus propias filas, le están diciendo los suyos.

Ahí está el Frente Nacional de nuevo crecido, como en los viejos tiempos de Mitterrand, dispuesto a dividir a la derecha en provecho de la izquierda. Ahí está también el Partido Socialista, de nuevo en el corazón de la izquierda y con los líderes y la capacidad para construir las alianzas que le devuelvan el gobierno. Ambos resurgimientos apuntan al carácter efímero del sarkozysmo, que no ha conseguido consolidar el esquema esbozado en anteriores elecciones, con una derecha ampliamente unificada y una izquierda cuarteada. El presidente deberá vigilar ahora para que no se invierta el esquema, y llegue a 2012 con la izquierda unida y la derecha troceada como en los viejos tiempos.

Falta todavía mucho tiempo, dos años, para la gran contienda. Puede ser que el varapalo electoral sea útil para Sarkozy. Tiene tiempo para reaccionar y poner orden en sus filas y en sus pasiones desbordadas. Puede todavía matar la semilla de la discordia sembrada en su propio campo y abonar y cuidar la sembrada en el ajeno. Pero deberá dedicarse a fondo a estas tareas de horticultura electoral a largo plazo tan ingratas y dificiles para quien gusta de las pompas y los placeres más inmediatos del poder.

Comentarios

Europa está demasiado convulsa, buscando un futuro creíble para su estado de bienestar: y esto se está reclamando desde las urnas. Probablemente Sarkozy lo sepa; sólo que ni él ni en el seno de la UE tienen respuestas para mantener el nivel de bienestar europeo sin perder en competitividad económica (algo en lo que el conjunto de la UE viene perdiendo a manos de los llamados BRIC: Brasil, Rusia, India y China).
¿¿¿Qué??? Francia ya no defenderá el Planeta? ¿Ya no bajará la "fiebre" de la que sufre la Tierra? ¿Francia ya no bajará el nivel del Mar? (Ah, no. Eso lo logró Obambi con su elección a mesías.) ¿Francia se comportará como la USA de Bush?¡¡¡Caramba!!! ¡¡¡Qué me alegro!!! Sarkozy para REY de la EU. Eso es lo que la moribunda colección de inútiles países necesita. Que se la rifen Berlusconi y Sarkozy.Lo risible es que se sigan tragando la vulgar mentira del Recalentamiento Global cuando es Recalentamiento Intelectual en Base a Mentiras Vulgares y Descerebradas (RGBMVD).
Hola, escribo para comentar que hemso puesto en marcha una web sobre asuntos internacionales: http://miradasdeinternacional.wordpress.com/
Usted, señor Bassets, lo ha dicho bien: Francia tiene la “pretensión de brillar como un monarca por encima del bien y del mal”. Francia, desde la Revolución Francesa, ha querido echar a un lado a Dios de los asuntos humanos, ha pretendido vanamente construir el paraíso secular sobre la tierra. Y el mundo entero, fascinado tras esta ilusión “humanística”, se ha entregado infructuosamente en una orgia de revoluciones, sediciones y revulsiones políticas que sólo han logrado ponernos al borde del aniquilamiento total. Sin embargo, todos ustedes tienen que tener esto en cuenta: Europa, liderada por Alemania y Francia (“The old Europe”, como decía el buen Donald H. Rumsfeld) será el ultimo de los experimentos sociales de carácter ateístico previo al regreso glorioso de Jesucristo. Estos dos países serán la cabeza del sistema político que en términos bíblicos es denominado como la Bestia apocalíptica.

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