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Juegos Olímpicos de Invierno

Histórico triunfo chino por parejas en artístico y surcoreano en velocidad

El matrimonio chino Xue Shen y Hongbo Zhao consiguen el oro en patinaje artístico en su gran retorno

En Vancouver se derrite hasta el hielo en pista cubierta. El día que al fin se puso en marcha con éxito el esquí alpino tras una cascada de suspensiones, la final más rápida del patinaje tuvo que aplazarse una hora ante el mal estado de la pista, llena de agua, en el moderno Anillo de Richmond. Los organizadores no ganan para sustos. Los patinadores, algo insólito en las grandes competiciones, tuvieron que esperar a que el calentamiento y los charcos se arreglaran. Los pacientes asiáticos no tuvieron problemas pese al incidente. Son los mejores en las distancia más corta de 500 metros desde hace años y sólo van cambiando las nacionalidades. El surcoreano Mo Tae-Bum se impuso a los japoneses Keichiro Nagashima y Jogi Kato por dos suspiros, apenas 16 y 19 centésimas.

En el Coliseo del Pacífico, en cambio, sin problemas con el hielo, casi todo fue chino e histórico. No sólo por primera vez desde 1964 perdió el oro una pareja rusa (o de la antigua órbita soviética), sino que ni siquiera consiguió medalla. Sólo la alemana Aliona Savchenko, nacida en Ucrania, fue bronce junto a Robin Szolkowy. Pareció mucho más para la mejor pareja de los últimos dos años, sólo sexta en Turín 2006, pero bastante menos de lo que prometían sus títulos mundiales de 2007 y 2008. No pudieron resistir la oleada china. Dos de sus tres parejas subieron a lo más alto del podio. Los veteranos Xue Shen y Hongbo Zhao, en su gran retorno, lograron al fin el oro que buscaban y sus jóvenes sucesores, Qing Pang y Jian Tong, la plata. Los segundos de Turín, Dan Zhang y Hao Zhang, acabaron quintos.

El patinaje fue totalmente asiático en la jornada, aunque parece que ya sólo será así en el patinaje artístico femenino con la surcoreana Na frente a la "armada" japonesa. El ruso Evgeni Plushenko, en hombres, y el estadounidense Shani Davis, en la velocidad, esperan ya en capilla para tomar el relevo, pofr ejemplo.

El dominio surcoreano y japonés en la velocidad sólo corrió peligro por la gran primera manga del finlandés Mika Poutala, que con sus 34,863s alcanzó la máxima cima de la noche a 51,63 kilómetros por hora. Pero las "balas" asiáticas no iban a perdonar el menor fallo. La carrera se decidía con la suma de los dos recorridos. Poutala no pudo bajar ya de los 35s en el segundo y la regularidad de Mo, el único que lo consiguió en los dos (34,923 y 34,906s), decidió. Nagashima puso emoción hasta el final al lograr el segundo mejor tiempo de la noche (34,876s), pero sólo le sirvió para subir hasta la plata.

Matrimonio de amigos

El matrimonio chino que forman más allá de las pistas Shen y Zhao puede ya consumarse como es debido. Ya han ganado el oro soñado. Aunque se casaron antes de los Juegos sólo vivían como amigos o compañeros, más que novios formales, en un internado-residencia. Todo entrenamiento y concentración en busca del oro. Nada de distracción. Ni la matrimonial. Llevaban 18 años patinando juntos. Un trabajo de chinos que ha dado resultado.

La pareja pionera de la pujanza china hizo una exhibición el día antes y ya anunciaba el éxito. Logró la puntuación más alta para un programa corto desde que se puso en funcionamiento el nuevo sistema tras el escándalo de Salt Lake City 2002. La victoria entonces de la pareja rusa ante la canadiense desencadenó un escándalo monumental de corrupción que no se ha vuelto a repetir.

Shen y Zhao, tras encantar el domingo mientras sonaba la canción Who wants to live forever de Queen, patinó en el programa libre del lunes bajo los sones del Adagio en G menor de Albinoni. Curiosamente, el patinador chino se relajó de la forma más particular a la espera de su actuación. Mientras su pareja hacía estiramientos en el suelo antes que él, practicó de quarterback de fútbol americano lanzando el balón ovalado a su preparador físico.

Zhao, de 36 años y Shen, de 31, fueron bronce en los dos últimos Juegos de 2002 y 2006, y se retiraron en 2007 tras ganar su tercer título mundial. Pero les faltaba el olímpico y decidieron volver. No lo tenían nada fácil porque Savchenko y Szolkowy tomaron su lugar con autoridad e incluso les podían amenazar sus compatriotas Pang y Tong.

De hecho, fueron los mejores anoche en el programa libre mientras sonaba Sueño imposible. Pero lo tenían muy difícil. Sólo habían sido cuartos en el programa corto y tenían cinco puntos de desventaja. Apenas rebajaron dos, los que perdieron Shen y Zhao al fallar en una recogida tras un alzamiento. Pero ambas parejas dieron un recital perfecto de triples saltos Lutz, Salchow y Loop, sincronizados o lanzados, los que sólo son capaces de sacar adelante las más grandes de la especialidad. Fueron también las únicas que no sufrieron alguna caída, como le ocurrió a Szolkowy, por ejemplo, pese a encantar el ejercicio de los alemanes bajo los acordes de Memorias de África. Pero eso acabó de ceder el paso a la imparable China.

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