La UE anda con un tratado de retraso; Lisboa queda corto para lo que se nos viene encima La Unión Europea, sin ser un Estado ni una unidad política, no iba a ser una excepción. Si el relevo de presidentes o de ejecutivos -y la Comisión Europea lo es en alguna medida- produce un interregno que facilita los accidentes, todavía es más amplio y profundo el socavón cuando el cambio de titulares coincide también con un cambio en las reglas de juego, en nuestro caso con un cambio de Tratados, el de Niza vigente hasta el primero de diciembre y el de Lisboa que entró entonces en vigor y deberá irse aplicando paulatinamente.
A la doble transición de dirigentes y de tratados se suma otra transición que ha aflorado a plena luz en idénticos días, desde el mundo unipolar en el que Estados Unidos quería ordenar la marcha de los negocios globales hasta el mundo multipolar, en el que nada puede hacer Washington sin contar con China, India y Brasil. Esta última transición es la que ha revelado en toda su crudeza la mala posición y la escasa vocación de la UE para jugar como ese agente global que exige la nueva geometría mundial del poder. Parece como si Europa siempre anduviera con un tratado de retraso. El de Lisboa era magnífico para la ampliación a 27, pero casi seguro que queda corto para el mundo que se nos viene encima. La avaricia de los jefes de Gobierno y de Estado de los 27, que han preferido situar a dirigentes de bajo perfil a la cabeza de las instituciones europeas, ha hecho el resto.
Así es como estamos esta semana en una triple transición, en la que no ha faltado una gran crisis, la de la deuda griega, para poner a prueba los pies de barro del gigante. La UE se ha construido de crisis en crisis, según doctrina aceptada del europeísmo. Si atendemos el esquema, esta crisis debe servir para avanzar hacia el gobierno económico europeo. El hundimiento de las finanzas públicas griegas se ha producido, precisamente, por graves defectos de gobernanza económica. En primer lugar, estadísticos: la falsificación de sus cifras de déficit y de endeudamiento. En segundo lugar, estructurales: la eurozona no está económicamente integrada, de forma que los socios han perdido la soberanía monetaria, pero no pueden ajustar sus desequilibrios mediante la movilidad laboral o una verdadera solidaridad federal.
Pudiera ser, sin embargo, que ésta no fuera una crisis como las anteriores. Si hasta ahora todas las crisis han sido aprovechadas de forma que la bicicleta europea ha seguido rodando, es evidente que ahora los enemigos de esa "unión cada vez más estrecha entre los pueblos de Europa" cuentan con una excelente ocasión para convertir el euro en un episodio que sólo ocupe la primera década del siglo XXI. En las distintas fórmulas para acudir en auxilio de Grecia pueden observarse todas las posiciones. En primer lugar, hay voces que piden la salida de Grecia de la eurozona y su regreso a una moneda nacional: así la eurozona regresaría a su origen, la zona marco que Alemania entregó a cambio de la unificación. En segundo lugar, hay una fórmula aparentemente menos drástica, pero más efectiva para la destrucción del euro: encargar al FMI la salvación de la moneda europea; dejar que sea Washington y no Bruselas quien gobierne la economía griega en estado de excepción; renunciar así a que la UE ocupe algún día, quizás cercano, el sillón de representación de los 16 de la eurozona y de los 27 del mercado único en el FMI. En tercer lugar, está la fórmula más viable a pesar del pesimismo ambiental, que es la de la salvación estrictamente europea, en los medios a utilizar y en las instituciones a movilizar; una fórmula que también deberá implicar una reforma preventiva para evitar que la situación se repita.
No es la suspensión de la cumbre con Obama lo que debe preocuparnos a los europeos sino la capacidad de gobernarnos a nosotros mismos, especialmente quienes formamos parte de una misma área monetaria. No está en juego el peso de Europa en el mundo, sino el propio peso de Europa en Europa. Que Europa no quiera ser un agente global, pase. Pero ahora se trata de otra cosa: si quiere sencillamente ser. Si quiere mantenerse a través de la UE y del euro como la mayor zona de paz, prosperidad y estabilidad del mundo. Pero sin gobierno y sin un cierto umbral de unidad política y de solidaridad no habrá moneda, no habrá economía y no habrá Europa.
... no os preocupeis, aqui viene la solucion a todos vuestros problemas, el renacimiento viene desde Iran...:In the Newspaper Roundup, The National Interest distills the day’s foreign-policy editorials. Let Them Build It (February 9)In total defiance of the international community, Iran claimed today it has started to enrich uranium for use in a medical reactor. Most Americans probably see this as a hugely negative development. But Adam Lowther, writing in the New York Times, has the temerity to suggest that Tehran’s seemingly unstoppable march to attain nuclear weapons might actually be good for the United States. For one, it would help us defeat al-Qaeda. Since a nuclear Iran is a major threat to its Sunni Arab neighbors, they would look to the United States for protection. In return, we could extract a number of things from these ossified and autocratic regimes. If, say, Saudi Arabia wants to be protected by the American nuclear umbrella, we could “demand [political] reforms.” A more democratic Middle East would go a long way in drawing away young Arabs from al-Qaeda.Increased American influence in the region would also allow us to “break the OPEC cartel.” Curtailing the group’s monopoly on oil production would bring “oil prices down significantly” and save “billions of dollars a year at the pump.” These savings, when combined with increased arms sales to allied states in the Middle East, would “stem the flow of dollars to autocratic regimes in the region.” Their oil money wouldn’t count for as much, and they’d have to spend more cash on bulking up their militaries to help defend against the increased Iranian threat. For America, this means more savings and more income, as we’ve got the best arms-selling game in town.In the grand scheme of things, Lowther thinks “there is reason to believe that the initial shock of a nuclear Iran would soon be followed [sic] a new regional dynamic strikingly like that of cold-war Europe.” The Arab Sunni states (and Israel) would have to put aside their differences to unite in the face of a common threat. China and Russia, meanwhile, would have a hard time justifying further dealings with the Islamic Republic, making Tehran even more isolated. “Iran may think its enrichment plans will put fear into the hearts of Americans,” Lowther writes. “In fact, it should give us hopes of a renaissance of American influence in the Middle East.”
Siempre se está en transición, la historia no se detiene nunca. Lo peor es que la Europa que ahora se echa de menos es una Europa nonata, no nació Europa como una Europa de los Pueblos sino, como tanto se ha repetido, como una Europa de los mercaderes. En época de crisis ésta es la consecuencia. La vieja Europa modelo de esa paz y solidaridad que se cita sólo es posible desde presupuestos de socialdemocracia desarrollada pero parece que se impone el modelo contrario, el liberalismo creciente: se prefieren dirigentes tipo Berlusconi antes que seguidores de Olof Palme. Y claro que sin gobierno no habrá economía pero es difícil invertir tendencias y de formas de gobernar que únicamente tenían en cuenta economías ultra-capitalistas (quizás el capitalismo siempre sea “ultra”, un desarrollo unilateral y sin freno) es difícil, ahora, obtener gobiernos consecuentes, gobiernos que “saquen las castañas del fuego” a las mayorías sociales, gobiernos, pues, que en el fondo sean democráticos.
Estimado Lluís, estimad@s tod@s, con alguna matización sí puede decirse que las experiencias transicionales, derivadas de cambios de Gobierno, en general, tienen unos riesgos inherentes. Sin duda, será así, cuando tales cambios se ejecutan en el marco de una liberación desorquestada de las pasiones y apetencias de poderes.
En este sentido, no dejará de ser cierto que las Europas nunca han dejado, de alguna manera, de estar en permanente cambio y re-cambio, las más de las veces, sin mucha sustancia aparte del sostener lo insostenible de un espejismo (muy beneficioso para las minorías que parten y reparten a su libre albedrío la tarta común y la que no es común, también).
Esta, sólo aparente, naturalidad evolutiva en el cambio permanente, en realidad, esconde la verdadera dimensión de una Unión que dista mucho de poderse calificar así, por más que quieran hacerse sostenimientos propagandísticos interesados desde unos Estados que, por ellos mismos, simplemente, no alcanzan aunque se estiren cuanto quieran.
Sabemos bien que las cuestiones identitarias no han sido resueltas ni por aproximación; quizá, porque se han hecho sistemáticos renunciamientos a tratados que se presienten "inviables". Se les dice así porque son asimilados como una pesadilla por quienes no quieren siquiera mencionar el empoderamiento de la ciudadanía.
Si se admite que la constante identitaria europea es la cuadratura de las estrellas dispuestas en círculo ... las dificultades para el buen gobierno de la Unión no son insuperables. Bien pueden convertirse en cimientos para lograr alguna emergencia, de forma y fondo, sobre un horizonte de la supuesta-perseguida gobernanza mundial (en verdad, más dificultosa que la europea, y mucho más amenazante).
Los caminos de "bajo perfil" en las dirigencias no constituyen, en sí mismos, obstáculos verdaderos; siendo, éso sí, el bajo perfil organizativo de la Unión, el que se puede palpar en la vida diaria de las personas, lo que de verdad lastra el desarrollo humanamente posible en las Europas (y el Mundo).
Se han intentado cualquier cantidad de fórmulas de consensos europeos (menos las necesarias), se han prodigado múltiples y persistentes llamados al europeismo (y se han contestado con hipocresía total). Se han concedido algunos espacios a la ilusión común, pero se han cosechado tristezas. Así, pareciera que no hemos avanzado mucho entre las apreturas estratégicas en las que geopolíticamente estamos metidos desde hace siglos.
No es una cuestión de poderes estatales en ejercicio de sobresalientes presencias ... es una cuestión, estricta y llanamente, de la perversa realidad de las muchas imposiciones de ocurrencias muy descaradas; las de aquell@s con capacidad consentida para obtener acciones de los Estados en la dirección que les conviene (así resulten dramáticamente afectados miles de millones de personas).
No son los Estados lo importante y decisivo en cualquier Unión, sino las personas que los sostienen. La Europa de las personas no está en construcción ... simplemente, está aplastada en mensajes de ilusoria inconsistencia. La ciudadanía está entretenida en una modernidad encaminada al desastre insostenible ... mientras empresas, poderes y personas-listas disfrutan la concordia forzada en la Unión.
Si desatascar, desde el "bajo-perfil" dirigente, el camino de la construcción de una identidad europea aglutinadora de la diversidad de sus gentes, finalmente puede intentarse ... lo más probable es que las cuestiones fundamentales de los Estados de las Europas ... mejoren.
No tengo, sinceramente, ninguna esperanza en este sentido, pues cuando se amarran las voluntades de las personas mediante un espejismo monetario ... en el fondo, se está imponiendo la clara dejación de los valores.
La lucha europea, siendo importante que se consolide en materia económica, no es menos cierto que debe avanzar definitivamente en los otros valores; quizá, también, para precisamente impulsar esos objetivos económicos que quieren las mayorías (y detestan las minorías privilegiadas).
Con permiso de Lluís, Europa no está en transición ... está atascada, atrapada, encajonada, y desgastándose ... como siempre, en un buscar y no encontrar sino mucho chocolate del loro (y muchas monedas a repartir entre malabaristas del espejismo aplaudido por las masas silenciosas).
Saludos cordiales,
Sí, efectivamente, Lisboa queda corto. Y Van Rompuy tiene una legitimidad muy mediatizada, como el Parlamento Europeo, que resulta inoperante.
Pero Europa sigue siendo (al menos desde la creación de la UE) un 'método' bastante correcto para convivir. Sucede que el método no se perfecciona a sí mismo desde hace mucho: ha tenido (desde 1980) un contexto poco favorable. Hay que presionar para que el método europeo (léase estado de bienestar, para empezar, siguiendo por interculturalidad real) siga su camino natural que es hacer mejor la vida colectiva. ¿Un sueño? Ni hablar.
Estoy completamente de acuerdo con usted. Me parece que hace un análisis muy acertado de la situación. Europa seguirá siendo Europa, eso ya lo digo yo, en la medida que sus Estados sigan siendo fuertes y puedan seguir encontrando en Europa o cualquier otro tipo de instrumento el adecuado comportamiento de sus economías. Por eso se hace cada vez más necesario y evidente el establecimiento de políticas formales que protegan el único elemento que en la práctica otorga cohesión a europa... la económía.
Europa es que está cómoda.
Nosotros estamos cómodos, aunque nos pica el trasero de vez en cuando y nos duele el lumbago (o la ciática asesina)
al levantarnos.
Hombre, no sé si se creen que vamos a seguir eternamente como una enorme Suiza.
Ojalá, pero quien haya leído (sobrevivido, también) "La Montaña Mágica" de Thomas Mann, se hará una idea de nuestra situación...
En serio, la novela, aunque larga, es muy buena.
Muestras de pensamiento, diferencias de enfoque, y razones para que USA sea el líder mundial, y Europa una tercerona.Pensamiento europeo:La UE no es más que el resultado de sus dirigentes.Pensamiento Americano:El país tiene el gobierno que se merece.Los europeos son subordinados de sus gobiernos, los Americanos son amos de su gobierno (muy para sorpresa y molestia de Obama.) Los euros no hacen nada, son borregos de sus gobiernos, los Americanos actúan solos, independientes, y el gobierno sigue a su gente.Diferencias de diferencias, ¿no? Por eso vomitamos reyes.
La primera crisis del euro - La posición de EspañaZapatero dice que ayudará a salvar a Grecia como la UE haría con EspañaEl jefe del Ejecutivo se estrena como presidente de turno de la UE en una cumbre, pero juega un papel subsidiario en el entramado del acuerdo..Jejeje, el moribundo ayudando al agonizante. ZParo parece ser hijo de Göbels, solo que malo y aprendiz para mentir, fanfarronear, y gobernar. Parece mentira que desde que inició su gobierno lo único para lo que es bueno es hundir la "República Española" como dijo su intimo amigo Evo Morales en visita al rey de España.Menos mal que la economía de la "Champions" española ya dejó atrás a las francesa, italiana, y alemana. Dentro de poco dejará en el polvo a la de USA, y acabará con la China. Para mientras los ex mileuristas españoles comen ladrillos tres veces al día.
-La ministra Salgado ha seducido al “Financial Times”, el diario londinense que está atravesando un mal momento económico y del cual es socio el empresario mexicano Carlos Slim, en una de sus oficinas del banco “Imbursa”, ubicado en el centro financiero de México, se difundió la noticia de que, la sra. Salgado al servicio de Zapatero, se comprometió a refinanciar 100 millones de euros de la deuda del prestigioso diario económico.
Todo sigue igual…-los mismos privilegios, los mismos sinvergüenzas y la misma oligarquía.
Las dudas de los mercados financieros no van contra España, van…-“sobre el gobierno socialista de Zapatero” y sus nefastos planes para reactivar la maltrecha economía.
Díaz Ferran, refinanció la deuda a largo plazo de 260 millones de euros…¿ De dónde los sacó…? –Acaba de firmar un acuerdo con los sindicatos y Zapatero como testigo…-lo demás, lo dejo a su imaginación…
Su Majestad, tendrá que tomar drásticas medidas, el los acreditó, él, los tendrá que destituir, para ello es la máxima figura político militar y por ello vive de los impuestos de los españoles.
Es tiempo, es hora Majestad, porque de no actuar Ud. También perderá sus prebendas…
Pues yo no lo veo tan claro. Últimamente se ha puesto de moda despotricar en contra de la UE y reclamar constantemente no se sabe muy bien el qué. Al parecer, en este siglo XXI del multiculturalismo, multipolarismo y multirelativismo todo el mundo tiene derecho a la presunción de inocencia menos los europeos. Los musulmanes tienen que contruir democracias a su ritmo, o no construir democracias; los chinos tienen otro "sistema" (uno que ejecuta a miles de personas al año y que mata y tortura en el Tíbet) etc., pero los europeos no podemos tomarnos un respiro porque, mira tú que cosas, resulta que llevamos un tratado de retraso. Uno se pregunta en estos casos cuantos tratados le faltan a la India. Uno se cansa de escuchar que las instituciones de las que se dota cada pueblo tienen que ser el resultado natural de su historia, y eso nos vale para el mundo árabe, pero Europa, que hace 50 años estaba devastada por la guerra, dividada en dos y moralmente depauperada, no puede permitirse "un tratado de retraso". La realidad es que Europa es mucho más próspera y está mucho más unida hoy que hace unas pocas décadas y que el avance no sólo es positivo, e espectacular. Si alguien quiere negar esta obviedad tiene que explicar claramente por qué y de qué forma las cosas van peor y pderdemos peso en el mundo; no vale con apelar de forma vaga a los movimientos de la Historia y asumir que el momento de Europa ha pasado. Este tipo de discurso, me parece, se basa más en la pasión por los presuntos movimientos de la historia que en análisis realistas.
Donde dice "protegan" debe decir protejan.
Bueno Max, es cierto.
Económicamente Europa sigue siendo un peso pesado, con monstruos de la exportación como Alemania y un mercado de consumo muy amplio. Eso por sí solo es mucho.
Lo que duele es que no hay más ambición en Europa que esa, la comunión económica, con un corte cada vez más neoliberal.
De resto, ha cumplido su cometido originario, que era evitar conflictos militares entre los paises europeos, al menos de los pesos pesados.
Ha conseguido grandes avances como la ampliación y homologación europea de la sanidad y los derechos civiles.
El caso es que con esos objetivos cumplidos, aparentemente no hay más interés politico en otras áreas.
Jorge,Entiendo lo que dices. La cuestión es que no me parece que esté tan claro que, de momento, haya que hacer nada más, o se pueda hacer nada más, o qué es eso que hay que hacer para ponernos a la altura de los presuntos nuevos señores del mundo como Brasil, India o Suráfrica.Cuando decía que la cantinela de los pueblos siguiendo su propia senda a la democracia a lo mejor también tenemos que aplicárnosla a nosotros me refería a que, me parece a mí, ahora no toca perseguir euro-quimeras tipo Estados Unidos de Europa. Que tal vez nos haga falta algo así en un futuro pase, pero pienso que es evidente que ahora mismo nadie en Europa esta por la labor. A lo mejor lo que toca es consolidar la Unión de 27, y prosperar poco a poco antes de dar el siguiente paso. Después de todo, desde 1945, no es que hayamos avanzado, es que el avance ha sido espectacular. Pero ahora resulta que nos echamos las manos a la cabeza por la crisis griega... pero vamos a ver, cuándo ha estado Grecia mejor que ahora?? Cómo iba a estar Grecia sin la UE? Lo dicho, a lo mejor Van Rompuy y Lady Ashton son exactamente lo que toca en una UE que sigue creciendo pero que de momento no puede ser otra cosa que lo que es; sencillamente no se puede más, ni tengo claro que fuera deseable. Qué sentido tendría un super-presidente Europeo, muy visible pero sin ningún poder real? Qué sentido tendría un super-presidente con poder real al que resulta que no hemos elegido en unas elecciones? Qué sentido tiene organizar ahora unas elecciones europeas? Ninguno. Primero vamos a integrar a los nuevos socios, y luego ya veremos.Para terminar, tampoco entiendo a qué vienen ahora las prisas. Resulta que, recién aprobado el Tratado de Lisboa, la cosa está peor que nunca. Que nos queda camino por delante, hasta construir -- si es que nos da por construir algo así algún día -- una unión política es cierto. Lo que no me queda nada tan claro es que Brasil, Suráfrica o hasta China tengan menos camino por delante que nosotros. A ver cómo digieren ellos el camino a la modernidad, que no es fácil ni hay que darlo por supuesto. La moda de profetizar el auge de nuevas potencias no es nueva, pero es una moda que rara vez ha dado profecías buenas. Hace no tanto la moda era pensar que Argentina sería el otro gigante Américano, y mira cómo les ha ido. Así que ya veremos dentro de 50 años como está la cosa. Puede que Europa haya perdido peso para entonces; lo que tengo claro es que, de los nuevos tigres que nos venden los analistas, no todos estarán mejor que nosotros.Lo dicho, si alguien piensa que me equivoco, que puede ser, quiero que me explique las cosas bien, en vez de enredarse con misticismos y momentos históricos que van y vienen. La Historia no se mueve sola; la mueven los hombres con sus decisiones. Y es cierto que podríamos estar mejor, pero también me parece que estamos mejor que casi todos para afrontar el nuevo siglo
Unas semanas antes de la crisis, Sakozy pedía la devaluación del euro. La pregunta es: ¿se hubiera producido toda esta movida si se hubiera devaluado el euro?
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