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La ajustada victoria del presidente mantiene la incertidumbre en Rumania

El candidato de la oposición impugnará los resultados por "fraude masivo"

La ajustada victoria del actual presidente de Rumania, Traian Basescu, en las elecciones del domingo mantiene la incertidumbre sobre el destino del país, que atraviesa una profunda crisis política y económica. El candidato del Partido Demócrata Liberal (PDL, centroderecha) ha logrado revalidar su mandato, pero con una ventaja de menos de un punto, lo que hace pensar a los analistas que no será fácil formar un Gobierno estable que desbloquee el plan de ayudas pactado con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Pese a que los sondeos a pie de urna daban la noche del domingo una ligera ventaja al candidato de la oposición, Mircea Geoana, del Partido Socialdemócrata (PSD), al final ha sido Basescu el vencedor.

El ganador, antiguo capitán de la marina mercante, ha obtenido un 50,33% de los sufragios frente al 49,66% de su opositor, con el 99,95% de los votos escrutados, según los datos oficiales publicados hoy. Ha recibido, además, un mayor apoyo de la diáspora rumana: más de 130.000 votos, mientras Geoana ha reunido 30.000.

Debido a la ajustada victoria y a la confusión creada por los resultados de las encuestas tras el cierre de los colegios electorales, los socialdemócratas han anunciado que impugnarán los comicios por tratarse de un "fraude masivo". "El sistema de fraude electoral del PDL funcionó mejor", ha precisado el portavoz socialista, Victor Ponta, reconociendo prácticamente que su partido también ha cometido alguna infracción.

Asimismo, el ex comunista y presidente de honor del PSD, Ion Iliescu, ha declarado que "los sondeos no contabilizan los votos robados", aunque ha admitido la derrota de su discípulo. Rumania está considerado el país más corrupto de la UE, según Transparencia Internacional.

Basescu, enfrentado a la mayoría parlamentaria, deberá designar cuanto antes un primer ministro para formar un Gabinete estable cuyo primer cometido pasará por desbloquear la ayuda de 2.500 millones de euros del FMI, con el fin de paliar los efectos de una crisis que, según los economistas, no ha tocado fondo. Este año se prevé que el producto interior bruto (PIB) caiga un 8%. Para enviar el dinero, el FMI ha advertido que primero debe formarse un Gobierno capaz de sacar adelante un presupuesto austero.

Las negociaciones para conseguirlo serán, en teoría, complicadas, aunque esta mañana ha habido alguna señal para la esperanza. Antes del fin de semana, se daba por hecho que la oposición se mostraría de forma unánime en contra de Basescu y se abriría una grave crisis política. Pero el ex primer ministro liberal, Calin Popescu Tariceanu, ha tenido hoy la mano al inquilino del Palacio Cotroceni (sede de la presidencia) para alcanzar un acuerdo: "Se tiene que encontrar una solución política, que no se base exclusivamente en el odio hacia Basescu, para salir de la crisis económica; y creo que el Partido Nacional Liberal puede contribuir a ello".

Durante la campaña, la oposición se negó fervientemente a formar una coalición bajo la tutela de Basescu pese a sus guiños hacia los liberales, que sí que llegaron a un acuero para formar Gobierno con los socialistas.

"Lo normal sería que los liberales se aliaran con los demócratas liberales [de Basescu], puesto que sus programas económicos se asemejan mucho más", asegura el director del Instituto de Economía Mundial de Bucarest, Constantin Ciupagea, quien además, se muestra menos preocupado por la suspensión del préstamo de rescate del FMI. "El nuevo Gobierno debe frenar la escalada del gasto público e impulsar medidas fiscales para incentivar el sector económico, estancado por la falta de inversiones extranjeras", subraya.

El reelegido presidente ha visto cómo su popularidad se ha desplomado en los últimos meses debido a las críticas hacia su persona y a las acusaciones de corrupción, especialmente contra su entorno familiar y político. "Basescu se ha mostrado proclive a escándalos políticos y se ha notado un aumento de la corrupción durante su mandato", explica el analista Stelian Nastase. "Basescu ofrece discursos simbólicos pero ninguna solución; ni si quiera nombró la ayuda económica del FMI a lo largo de la campaña", añade.

El país se halla sumido en una crisis gubernamental desde el pasado 13 de octubre, cuando el Gobierno de centroderecha sucumbió ante una moción de censura. Se agravó así la situación económica, que está provocando un incremento de la tasa de empleo (en el 7,1% en octubre, tres puntos más que hace un año).

El presidente de Rumania, Traian Basescu, clama victoria poco después del cierre de las urnas.
El presidente de Rumania, Traian Basescu, clama victoria poco después del cierre de las urnas.AP

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