Juan Almeida Bosque, comandante histórico de la revolución cubana

El más popular de los 'comandantes' muere a los 82 años en La Habana Juan Almeida Bosque era más que un referente dentro de la revolución cubana. Muchos lo consideraban todavía hoy uno de los miembros más importantes de la nomenclatura, con Fidel y Raúl Castro, a quienes fue fiel toda su vida y a los que sirvió como hombre de consensos y mediador de confianza durante medio siglo. Almeida fue siempre un importante equilibrio dentro de la cúpula de poder. Junto a Ramiro Valdés y Guillermo García, era uno de los tres últimos comandantes históricos de la Sierra Maestra que quedaba vivo. Su muerte, el viernes, a la edad de 82 años, es símbolo de un liderazgo y de una etapa histórica que termina.

Almeida fue el primer negro que se sumó a la lucha insurreccional de Fidel Castro y el que más alto llegó en el gobierno revolucionario. En el momento de su muerte era diputado, vicepresidente del Consejo de Estado, miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba (PCC) y presidente de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, a la que dedicó los últimos años de su vida.

Almeida fue también el más "popular" de los comandantes, no en el sentido del más famoso sino en cuanto a representante de la cultura criolla. Era autor de unas 300 canciones, algunas muy conocidas, como "Lupita" o "Dame un traguito", y de una docena de libros, casi todos dedicados a la historia de la revolución.

Almeida nació en La Habana el 17 de febrero de 1927. Era el segundo de doce hermanos, un sencillo albañil hasta que, tras el golpe de Estado de Fulgencio Batista, en 1952, se sumó al grupo revolucionario de Castro.

Su historia de aquellos días es la de la revolución. En 1953, participó en el frustrado ataque al Cuartel Moncada, que marcó el inicio de la lucha armada contra Batista. Junto a Fidel y a Raúl estuvo en la cárcel y en 1955 partió con ellos al exilio en México. En diciembre de 1956, formó parte del grupo de 82 expedicionarios del yate Granma que desembarcó en el oriente de la isla.

En la lucha de la Sierra Maestra destacó pronto como líder guerrillero. Fue ayudante de Fidel Castro en la montaña y uno de los primeros comandantes que el líder cubano nombró, junto al Che Guevara y a Raúl Castro.

En marzo de 1958, al mismo tiempo que Raúl fundaba con 65 hombres el Segundo Frente guerrillero, Almeida fue enviado a abrir un tercer frente de batalla al noroeste de Santiago de Cuba. Dirigió allí su tropa hasta la victoria guerrillera, el 1 de enero de 1959.

Al triunfo de la revolución Almeida ocupó altos cargos en el ejército rebelde. Fue jefe del Estado Mayor y también jefe de la Aviación, y llegó a ser viceministro de las Fuerzas Armadas. Como dirigente político estuvo siempre cerca de Fidel y Raúl Castro, y con ellos fue protagonista de los principales hitos de la revolución.

Al fundarse el PCC, en 1965, integró el poderoso Buró Político del Comité Central, del que forman parte una veintena de miembros. En los años setenta se dedicó de lleno a las labores partidistas, siendo durante años responsable de la comisión de Control y Revisión de la organización partidista. Desde que se constituyó el Parlamento, en 1975, Almeida fue elegido diputado y vicepresidente del Consejo de Estado. En 1998 fue nombrado Héroe de la República de Cuba.

Almeida era uno de los grandes fieles de los hermanos Castro y siempre se destacó de él su capacidad de mediación y autoridad en los momentos de discusiones internas.

Era uno de los rostros visibles de la revolución y representante de un liderazgo que llega a su final: Fidel Castro tiene 83 años; el presidente Raúl Castro y su vicepresidente primero, José Ramón Macado Ventura, 78; Ramiro Valdés tiene 77 años.

Almeida tuvo nueve hijos. Uno de ellos -Beatriz, la mayor- vive en Estados Unidos desde 2005, y otro, Juan Juan Almeida García, que fue detenido en mayo cuando intentaba emigrar ilegalmente a Miami, acaba de publicar en España un libro crítico sobre la revolución. El Gobierno cubano ha declarado hoy duelo oficial en la isla. Sus restos serán inhumados en un mausoleo en la Sierra Maestra.