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El Kremlin envia a uno de sus generales más aguerridos a "poner orden en Ingushetia"

Es la reacción al atentado de ayer que se cobró 20 vidas. -La violencia está minando el control de Moscú sobre esta región de mayoría musulmana

La violencia y anarquía crecientes en Ingushetia preocupan en Moscú que ha anunciado el envío a la república caucásica de uno de sus generales más aguerridos para poner orden el día después de uno de los atentados más sangrientos de los últimos años. El presidente ruso, Dimitri Medvédev, ha nombrado a Arkady Yedelev, que hasta ahora ocupaba en el Kremlin el puesto de viceministro de Interior, ministro del Interior en Ingushetia.

El atentado se cobró la vida de 20 personas y otras 136 resultaron heridas después de que un camión bomba estallara cerca de la principal comisaría de policía. Yedelev trabajó para la agencia de espionaje soviético, la KGB, y más tarde en su sucesora, la FSB. En 2004 se encargó de dirigir las operaciones en Chechenia cuando Moscú libraba su segunda guerra contra los rebeldes de esta república vecina a Ingushetia.

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Medvédev había destituido al ministro de Interior de Ingushetia tras el atentado mediante un comunicado emitido por las principales cadenas de televisión rusas en el que le criticaba duramente por dejar indefensos a los policías locales.

"Debemos aclarar qué pasó en el atentado y responder la pregunta: '¿De qué se trata?, ¿de una negligencia o de una traición?, ¿o quizás sea una coincidencia de varios crímenes que no pudo ser advertida?", ha dicho hoy con gravedad Medvédev ante altos cargos del Ejército en Sochi, a las orillas del Mar Negro.

Yedelev llega a una república donde el poder de la autoridad central es débil y las autoridades locales están desmoralizadas por los frecuentes asesinatos de policías y de políticos. Mientras, el apoyo de la empobrecida población local a la insurgencia es creciente. El presidente ingush, Yunus-Bek Yevkurov, un general del cuerpo de paracaidistas, resultó gravemente herido en un atentado suicida en junio.

El apoyo a los rebeldes crece por una confluencia de pobreza desesperada, radicalismo islámico y reacción frente a la dura represión de los servicios de seguridad locales. El desorden en las vecinas repúblicas de Daguestán y Chechenia tampoco ayuda a los esfuerzos del Kremlin para asegurar el control de la región.

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