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¿Qué se puede hacer con este Parlamento?

A la vista del éxito, no es extraño que empiecen a sonar las voces que piden su clausura. Entre los propios eurodiputados que acaban de ganar un escaño los hay partidarios de cerrar la Unión Europea a cal y canto. Y es evidente que el humor dominante está entre el euroescepticismo tan bien arraigado en la derecha y la eurodecepción que florece en la izquierda. No es extraño que algunos evoquen la situación anterior a 1979, año de la primera elección por sufragio universal directo, cuando el parlamento no existía y se trataba únicamente de una asamblea parlamentaria, formada por diputados designados por las cámaras de cada uno de los países miembros.

Si los europarlamentarios no quieren que las próximas elecciones, dentro de cinco años, sean todavía un peldaño más en el descenso hacia las profundidades, tienen la obligación de impulsar y llenar de contenido a una institución que no lo tiene para la gran mayoría de los ciudadanos europeos. La débil participación electoral, especialmente notable entre los nuevos socios, así lo revela. De nada han servido los fervores europeístas, a veces sobrevenidos, que suelen prodigarse en los aledaños de las elecciones, cuando políticos y periodistas se esfuerzan en explicar los grandes beneficios que nos reporta la Unión Europea y la trascendencia enorme que tiene nuestro voto a la hora de modelar una institución de poderes cada vez más sólidos y relevantes.

Desde las primeras elecciones europeas, hace veinte años, la participación ha ido decreciendo sin pausa, a medida que la institución iba reforzando sus poderes y adquiriendo otros nuevos, aunque siempre como cámara cosoberana que legisla junto al Consejo de Ministros. Desde el primer momento fue concebida como promesa de una futura unión política en la que finalmente existiría un órgano de la soberanía popular de todos los europeos, la representación de su nuevo demos. Y quizás debido al lento desvanecimiento de esta promesa, convertida en espejismo, cada elección ha ido subrayando la distancia entre la institución que la encarnaba y quienes debían creerla y cumplirla como ciudadanos europeos.

No hay que olvidar que el instrumento de una magna asamblea parlamentaria europea es el que se antojaba más eficaz para avanzar en el camino y llegar a culminarlo un día. Y así quedaba expresado en momentos felices, ante comparecencias relevantes de jefes de Estado, en la aprobación de algunas resoluciones, en algunas votaciones decisivas que han marcado como mojones históricos la vida del europarlamento (citaré sólo como ejemplos que salvan la dignidad de la pasada eurocámara, el documento sobre las cárceles secretas de la CIA y la votación contra la semana de 60 horas).

Pero, entrado ya el siglo XXI, hace ya algún tiempo que sabemos la naturaleza onírica de toda esta aventura. Fue un sueño de los años ochenta desvanecido totalmente gracias una ampliación hecha a toda prisa y sin aportación de nuevas ideas y energías al proyecto europeo. Al contrario, los países de más reciente incorporación, a diferencia de lo sucedido en anteriores ampliaciones, en vez de sumar entusiasmos renovados e inyecciones de fe y esperanza en el proyecto de unidad europea, se han dedicado a acarrear resquemores y agravios respecto al pasado y a restregar a unos y otros la memoria de cómo les trató el mundo y sobre todo Europa cuando se hallaban bajo la bota soviética.

Esta cámara caótica probablemente no llegará nunca a nada, pero es un buen reflejo de la Europa que la ha concebido, y sólo como retrato de lo que somos, de nuestras incapacidades y nuestras frustraciones, puede rendir un buen servicio a los europeos. En ella, como en botica, hay de todo, bueno, malo e incluso lo peor de lo peor, ambición y desidia, europeísmo todavía absurdamente entusiasmado y la inquina más irracional contra Europa y de los europeos. Cuenta por tanto con la virtud de que nos evita tener que mirar hacia fuera cuando se trata de buscar a los responsables de los males de este mundo. Es el mejor espejo que podíamos concebir para esa Europa desganada y dividida que nos mantiene ensimismados en el aire cargado de nuestras respectivas cocinas nacionales.

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Comentarios

Cada pueblo tiene los gobernantes que se merece (y sobre todo, los que ha elegido). Estos resultados son todo un peligro sabiendo que con el tratado de Lisboa, si finalmente se ratifica, el Parlamento tendra mas poder que nunca. El auge de los partidos extremistas y euroescepticos (una quinta parte de los escaños), la escision de los conservadores britanicos del grupo popular europeo y la representacion de nuevos grupos minoritarios que no se sabe como se ubicaran ideologicamente en la camara hace que sea la legislatura mas inestable e imprevisible. Esto, pese a la mayoria del grupo popular, que aun respetando la disciplina de voto, necesitara sumar cada vez 100 votos de otros grupos cuando quiera tirar una propuesta adelante. Eso sin hablar de las propuestas de los demas grupos, que precisaran de una gran habilidad negociadora para conjugar coaliciones coherentes en cada ocasion.
Obviamente,aunque por razones muy distintas, Europa S.A. es un fracaso "democratico". Ayer, Lluis expuso en éste espacio el deficit ideologico de la Republica Popular China........donde situariamos éste proyecto de Europa S.A en relación a China? La apatia de la ciudadania se puede traducir en un futuro próximo en confrontación! Los europeos quieren una Europa Unida sí, pero independiente, y es por eso que, la izquierda demanda el desmantelamiento del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial! Un saludo......Manuel
"De nada han servido los fervores europeístas, a veces sobrevenidos, que suelen prodigarse en los aledaños de las elecciones, cuando políticos y periodistas se esfuerzan en explicar los grandes beneficios que nos reporta la Unión Europea"Donde lo han explicado, en mitines??? nop ... en los debates??? nop ... simplemente se han dedicado, como siempre, a intentar echarse fango los unos a los otros, olvidándose de dar esas necesarias explicaciones que nombras... y todavía sigo esperando que los periodistas lo expliquen; busco y rebusco, sin ir más lejos en el periódico del que Ud. es director adjunto y nada, no encuentro nada que de verdad me explique esos grandes beneficios.
Efectivamente Lluís, comparto la esencia europea que describes, más allá del sentido del texto. Un gran impulsor estadista, es lo que se necesita, para que recoja el testigo que rueda por los suelos a patadas entre unos y otros de los cocineros en sus respectivas cocinas. El gran reto del líder aglutinador que necesitamos, sería mostrarnos que sólo una cocina hay en Europa para todos los ciudadanos y, que los guisos y recetas son múltiples conforme a las preferencias y localizaciones de los ciudadanos europeos. Lo lamentable puede ser, si ya es demasiado tarde para recoger el testigo maltrecho de los padres fundadores de Europa. El sacrificio y las penalidades a sufrir por el posible buen candidato a Presidente, son tantas que se necesita disponer de unos valores y talla humana excepcional, para el posible precio a pagar de no obtener logros tangibles como desean los ciudadanos. Hay alguien así, que esté dispuesto a sacrificarse en bien de los ciudadanos europeos en el breve tiempo de su existencia?. Somos todos los ciudadanos europeos, como seres humanos, suficiente razón para semejante entrega y dedicación? Existe ese buen líder entre casi 400 millones de europeos. Seguro, que al menos hay uno, que quiera o no, es otra cuestión. Veremos… Mil Gracias y saludos para todos...
Estoy bastante de acuerdo con lo que aquí se expresa, sin embargo creo que la cosa, para comprenderse debe aparecer más claramente. Voy a intentarlo; la Europa política no será con los socios actuales y con sistemas de unanimidad. Para ilusionar a los ciudadanos europeos en la creación de la Europa política se les ha de ofrecer un ente bien definido y con poder claro y evidente, no sujeto al capricho de los estados que la componen; habría que diseñar una Unión Europea no solo para la economía (mercado común) sino también para lo social y lo cultural, sin olvidar lo militar y la diplomacia, etc.; Debería existir un Parlamento Tricameral: Cámara del Pueblo europeo (sufragio universal proporcional en circunscripción única de toda la Unión); Cámara de los Estados europeos (designación por los gobiernos de los estados); y finalmente un Senado (elección popular sistema mayoritario a una sola vuelta circunscripción estatal). Primacia de la Cámara del pueblo europeo; colegisladora sin primacia con las otras dos en diversos temas: asuntos estatales y/ o territoriales; asuntos militares , diplomáticos y de defensa exterior. Todo lo demás, sería de la competencia soberana de la Cámara del Pueblo. Investidura y Responsabilidad del Ejecutivo de la Unión ante la Cámara del Pueblo. Elección directa del Presidente de la Unión por 7 años. mandatos parlamentarios en todos los casos de 5 años. Titulación oficial indiferente (el nombre no hace la cosa). Se puede estar de acuerdo o no con esta propuesta pero es innegable que movilizaría a muchísimos ciudadanos. Se accedería a este tipo de organización por mayoría de 2 tercios del voto de los ciudadanos y de los estados y la no oposición de ningún gobierno estatal. Así pues bastaría la conformidad de los gobiernos para someter a votación del pueblo en circunscripciones estatales (actualidad)que resolvería por mayoría de dos tercios en cada pais y la misma mayoria de los estados. De este modo se evitarian los enojosos e injustos bloqueos por voluntad popular de los pueblos de los estados que tanto daño hacen al proyecto europeo, que hace aparecer como vital a muy poca geste cuando los grandes pueblos ya han dado su conformidad en referendum (vease proceso de ratificación de la nonata Constitución Europea, y no digamos ese sucedaneo absurdo de Lisboa). Saludos.
En respuesta a la pregunta del título del post: pues exactamente lo mismo que con el Congreso de los Estados Unidos de América.
Tristeza al ver que desgraciadamente la pobre educación intelectual de politicos y medios de comunicacion de masas, encorsetando las elecciones en política nacional, aleja a las masas de su integración Europea.Dices bien Lluís, el arco parlamentario es una buena foto de Europa, es bueno que las cosas se discutan en parlamentos y no con batallas, sean financieras o con misiles.Ojalá la nueva de Felipe vaya para adelante, aquella epoca y aquellos políticos tenian muy claro el desarrollo del todo y de sus partes en una clara sinergía.
Lluís, compartimos entusiasmo europeista en Bruselas en los '90. Pero retratas muy bien la evolución reciente. Me parece necesario hacer reflexiones realistas como esta, para empezar a pensar si es posible, todavía, rediseñar el proyecto europeo. Soy muy pesimista, pensando en los dirigentes políticos de la mayoría de Estados miembros ... Cuando más necesitábamos de una Unión Europea capaz de jugar un papel equilibrador, vertebrador de este loco mundo, va y se nos deshace entre los votos ... Habrá que intentar no perder ánimos ! CIAO
Uno ha tratado de seguir, en la medida de sus posibilidades, la campaña para las elecciones al PE. Y uno tien la impresión de que, en esta ocasión, ni políticos ni medios de comunicación -aunque sí algunos periodistas- se hayan esforzado en explicar no sólo los grandes beneficios que nos aporta la UE, sino las opciones que tenemos en la acualidad y las cargas que tenemos que asumir en cada una de las opciones.
Este parlamento es fiel reflejo de la desintegracion europea, lamentable!

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