Pandemia
Es la palabra de moda. Declinada en todas sus acepciones y evocada en todos sus usos más o menos memorables. Pero dado que toda epidemia en la época de la globalización es una pandemia, lo más notable del caso es preguntarse cómo hemos tardado tanto en descubrirla. Sin esperar a la gripe. Ni a la OMS. Sin atender ni siquiera a la información globalizada, pandémica, de los medios de comunicación. Sin acordarnos del carácter viral de la información a través de las nuevas redes sociales.
La noticia de la pandemia no es la gripe ni sus eufemismos, con los que cada uno quiere sortear o esconder sus problemas. Es la reiteración del carácter negativo de la globalización. Cada vez más cosas del mundo global terminan agriándose en las sociedades amoldadas a los estados y las mentes nacionales. Me temo que la crisis durará mientras el globo no sea capaz de nuevo de darnos buenas noticias y alegrar nuestras vidas. O de reconocer que, de pronto, todo se ha convertido en pandémico y terrestre. Felizmente.
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