Zapatero: "No es hora de nuevos planes, sino de evaluarlos"

El presidente del Gobierno ha defendido hoy en Bruselas de cara a la próxima cumbre del G-20 en Londres que "no es el momento de aprobar nuevos planes de estímulo, si no de evaluar los efectos de las diversas medidas puestas en marcha desde la anterior cita de Washington ahora que empiezan a estar plenamente operativas". De hecho, Zapatero ha hecho gala de su optimismo y ha enfatizado en varias ocasiones que todo este conjunto de medidas "está trasladándose a la economía real a partir de estas semanas", con lo que ha augurado una leve mejoría dentro de una situación de "graves problemas".

Frente a la opinión del presidente estadounidense, Barack Obama, de que son necesarios más planes de estímulo, Zapatero ha reiterado en línea con la opinión generalizada entre la UE que los países miembros "han cumplido con los acuerdos alcanzados en Washington" en este sentido poniendo en marcha medidas de forma coordinada. "Europa y España han hecho un gran esfuerzo para favorecer la demanda", ha resaltado tras reiterar que, en su conjunto, los 27 han autorizado una inversión fiscal equivalente al 3,3% del PIB de la Unión, lo que equivale a unos 400.000 millones de euros para "frenar el proceso de recesión y adelantar las expectativas de recuperación".

En este sentido, ha explicado que, según la CE, el esfuerzo fiscal para afrontar las dificultades debe realizarse durante un periodo de dos años, y que los compromisos más fuertes se realizarán a lo largo de 2009 y 2010. Sin embargo, ha concretado que el objetivo del Gobierno español es que los compromisos de 2010 sean "menores" que en 2009 para poder recuperar en 2011 una senda de recuperación que permita aproximar la cifra de déficit al límite que marca el Pacto de Estabilidad y Crecimiento (3%).

Más dinero para los países del Este

Zapatero ha hecho estas declaraciones tras la clausura del Consejo Europeo de Primavera. En el plano formal, Tal y como se adelantó ayer , los líderes de la UE han alcanzado en la cumbre un acuerdo para elevar de 25.000 a 50.000 millones de euros el límite de la línea de crédito para asistir a los países socios con graves desequilibrios en su balanza de pagos. Asimismo, también han dado su visto bueno a la concesión de otro crédito de 75.000 millones de euros al Fondo Monetario Internacional (FMI) con este mismo objetivo. Una serie de acuerdos que han llevado al presidente del Ejecutivo comunitario, José Manuel Durao Barroso, ha destacado que se han alcanzado "resultados tangentes" que sirven para preparar la próxima cumbre del G-20 "unidos" y "con espíritu de convergencia".

Dentro de este apartado de acuerdos previos a la cita de abril en Londres, Barroso también ha destacado que los 27 han acordado que la UE presente las líneas de su nuevo sistema de supervisión financiera en el próximo Consejo Europeo de junio y, aunque ha confirmado el cambio de formato de la cumbre sobre el empleo en mayo para pasar a ser tipo troika a tres, ha reseñado que contará con la participación de los agentes sociales. Un extremo que también ha celebrado Zapatero porque, en su opinión, incorpora en el ámbito comunitario la política española de poner en valor el diálogo social.

Sobre el aumento del dinero para los socios del Este, Bruselas ha descartado que los fondos (quedan 15.400 millones de euros, tras los créditos concedidos a Hungría y Letonia) estén cerca de agotarse, pero ha apuntado que aumentar el umbral será una señal clara de la voluntad de la UE de apoyar a los socios que atraviesan dificultades. También es un síntoma de entendiemiento tras los descuentros de los últimos días entre los países miembros.

Segundo incremento

La UE ya decidió aumentar en diciembre de 12.000 a 25.000 millones el límite del citado instrumento -del que sólo pueden beneficiarse los países que no pertenecen al euro-. Además de los créditos a Hungría (6.500 millones de euros) y Letonia (3.100 millones) -que se suman a otras aportaciones, principalmente del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial-, la UE está en negociaciones para facilitar asistencia a Rumania.

Pero dado que la crisis económica no remite y que varios países del centro y este de Europa se encuentran en una situación de gran debilidad, es posible que haya más solicitudes de ayuda en el futuro. Lo que sí está descartado es acometer un plan de rescate para el conjunto de la región, debido a las grandes diferencias entre las economías de esos Estados miembros. La UE ya rechazó ayer dedicar más dinero en planes de estímulo como las pretensiones de EE UU.

En las conclusiones de la cumbre que termina hoy, los mandatarios de la UE incidirán en mantener ese enfoque "caso por caso". Según el último borrador del documento, la estabilidad macrofinanciera es un requisito esencial para la solidez de la UE en su conjunto y "la solidaridad entre los Estados miembros es un valor fundamental de la Unión". Los líderes piden por eso a la Comisión y al Consejo que estén preparados "en caso necesario, para actuar caso por caso con todos los instrumentos disponibles y en estrecha cooperación con las instituciones financieras internacionales".

Crédito al FMI

Por otra parte, los 27 han acordado también conceder al Fondo Monetario Internacional un crédito de 75.000 millones de euros (algo más de 100.000 millones de dólares), con el objetivo de doblar la capacidad de la institución para ofrecer financiación a países en apuros, informaron fuentes comunitarias. El FMI lleva meses pidiendo un aumento de sus recursos para garantizar que puede asistir a los países más golpeados por la crisis.

La institución con sede en Washington ha prestado ya 50.000 millones de dólares a gobiernos con problemas y dispone de otros 200.000 millones, pero calcula que sus necesidades pueden llegar a 500.000 millones. Japón ha ofrecido un préstamo de 100.000 millones de dólares, por lo que todavía hacen falta otros 150.000 millones.

En el contexto de los preparativos de la próxima reunión del G20, el 2 de abril en Londres, los líderes de la UE han decidido hoy anunciar cuál será la aportación europea. Los europeos esperan que otros socios importantes, principalmente Estados Unidos y China, ofrezcan también financiación al Fondo.