Empieza el juicio contra las nueve personas acusadas de conspirar contra Obiang en 2004
El considerado como "autor material" del golpe contra el régimen de Guinea Ecuatorial señaló entre sus colaboradores a Mark Thatcher, hijo de la Dama de Hierro y sobre quien pesa una orden de arresto internacional
El juicio contra el mercenario británico Simon Mann, acusado de conspirar en 2004 contra el régimen de Teodoro Obiang en Guinea Ecuatorial, ha empezado hoy en la capital del país africano, Malabo, entre fuertes medidas de seguridad. Obiang, de 66 años, dirige el país desde 1979, cuando un golpe militar hizo caer a su tío, el dictador Francisco Macías.
Según informan medios británicos, las autoridades ecuatoguineanas sólo han permitido acceder al centro de conferencias donde se celebra el juicio a un grupo de periodistas, aunque estos han tenido que dejar fuera de la sala sus teléfonos móviles, sus cámaras y sus bolígrafos y libretas.
Mann fue extraditado a Guinea Ecuatorial el pasado febrero por la autoridades de Zimbabue. La Fiscalía le considera "autor material de la operación mercenaria que tenía como fin la desestabilización del país mediante la violencia y el terror contra el régimen y las instituciones democráticas de Guinea Ecuatorial en el año 2004".
El mercenario, ex miembro de las fuerzas especiales británicas SAS (Special Air Service), ha admitido su implicación en la intentona golpista, pero ha negado que fuera el "principal hombre" de la conspiración. El Fiscal General del Estado, José Olo, ha pedido una pena de 32 años de cárcel.
Otras nueve personas, entre ellas, el ministro Secretario General de la Presidencia, Fortunato Ofa Mbo, también están siendo enjuiciadas, acusadas de "traición". Entre los nombres que formaban "parte del equipo" responsable de la conspiración, Mann citó hace unos meses a Mark Thatcher, hijo de la ex primera ministra británica Margaret Thatcher, contra quien pesa una orden de arresto internacional emitida por el Gobierno de Malabo. El fiscal ha acusado al hijo de la Dama de Hierro de ser uno de los organizadores del fallido golpe de estado.
En una entrevista emitida el pasado lunes por la televisión británica Channel 4, Teodoro Obiang dijo que no interferirá en la decisión que adopte la Justicia. El jefe de Estado recalcó que Mann "fue utilizado como un instrumento, pero que hubo autores materiales e intelectuales que financiaron la operación".
Obiang acusó al Gobierno de Aznar
En anteriores entrevistas periodísticas, Obiang acusó de estar involurados en el complot contra su persona al Gobierno español que dirigía en 2004 el presidente José María Aznar, a un ex ministro británico, al comerciante libanés de petróleo Eli Calil y al líder del Partido del Progreso y autodenominado presidente de Guinea Ecuatorial en el exilio, Severo Moto.
Mann fue arrestado el 7 marzo del 2004 en el aeropuerto internaional de Harare, capital de Zimbabue, donde acudió para recibir a un grupo de hombres que llegaban en avión desde Sudáfrica para hacer una escala y que tenían como destino final Guinea Ecuatorial. Dos días después, las autoridades de Malabo informaron de la detención de un grupo de mercenarios que estaba coordinado con el grupo inmovilizado en Harare con el fin de participar en una intentona golpista.
La Fiscalía ecuatoguineana sostiene que esos hombres tenían la misión de ir a la sede de la Presidencia de la República para asesinar a Obiang, mientras que otro grupo planeaba llegar a la antigua colonia española (entre finales del siglo XVIII y 1968) con Severo Moto, el principal líder de la oposición.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.