Más de cien países acuerdan formalmente prohibir las bombas de racimo
Estados Unidos, China, Israel y Rusia han rechazado el acuerdo, mientras que los miembros de la OTAN lo han respaldado
Más de un centenar de países han acordado formalmente hoy en Dublín prohibir el uso de las bombas de racimo. Sin embargo, el debate continuará sobre las lagunas jurídicas que podrían beneficiar a potencias como Estados Unidos, que rechazó participar en las conversaciones que han llevado al acuerdo para su prohibición.
Está previsto que el tratado se firme en diciembre en Oslo. El presidente de la conferencia celebrada en Dublín, Steffen Kongstad, ha dicho que "en términos práctico, la aplicación comienza hoy". Por su parte, el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, ha felicitado a los países firmantes por sus esfuerzos negociadores.
Los delegados habían llegado a un acuerdo sobre el borrador de tratado el miércoles tras una promesa de Reino Unido de dejar de utilizar este tipo de armamento. Sin embargo, Estados Unidos, China y Rusia han rechazado el acuerdo, mientras que los miembros de la OTAN lo han respaldado. Entre los países que tampoco han firmado figura Israel, que hizo un amplio uso de las bombas de racimo durante la guerra de 2006 en Líbano.
Las bombas de racimo contienen pequeños artefactos que al lanzarse desde aviones o por la artillería quedan diseminadas y explotan como minas. Sus detractores denuncian que provocan daños indiscriminados, ya que en ocasiones permanecen durante meses o años sin explotar hasta que accidentalmente alguien, en muchas ocasiones niños, se topa con ellas.
El texto pactado deja fuera de la prohibición bombas de racimo superinteligentes, que contengan menos de 10 submuniciones-hay modelos en el mercado que llevan más de 600-, que se autoactivan si alcanzan el suelo sin explotar.
Además, el impacto del acuerdo se ha visto suavizado por una cláusula, conocida como Artículo 21, que permite a las tropas de un Estado firmante cooperar con un aliado que utilice estas armas, como Estados Unidos. "Otros han calificado el Artículo 21 como una laguna jurídica", explicó Earl Turcotte, portavoz de la delegación canadiense. "Nosotros lo consideramos un elemento esencial de protección legal para acomodar situaciones en operaciones conjuntas que podrían estar más allá de nuestro control", ha indicado durante la conferencia.
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