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Cuba acusa a Bush de cínico y exige que detenga el envío de dinero a la disidencia

El gobierno de Raúl Castro consideró ayer un "acto de propaganda ridículo" el discurso pronunciado la víspera por el mandatario norteamericano George W. Bush, al tiempo que exigió a Washington que rectifique su supuesta política de utilizar a su personal diplomático como "correo" entre el exilio duro de Miami y grupos de la disidencia. El canciller cubano, Felipe Pérez Roque, respondió a Bush: "fue un show decadente, un discurso irrelevante y cínico, un acto de propaganda ridículo y de mal gusto".

Sentenciado el tema, el funcionario cubano dedicó gran parte de una conferencia de prensa a emplazar a Washington a que responda sobre la "participación" del jefe de la Sección de Intereses de EE UU (SINA) en La Hanana, Michael Parlmy, en el supuesto traslado de fondos a la opositora Martha Beatriz Roque, procedentes del anticastrista Santiago Álvarez, encarcelado en EE UU por posesión de armas.

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"¿Qué dice el Gobierno de los Estados Unidos? Que diga algo. ¿Se opone, condena estos actos o los apaña, los condona, los apoya?," dijo Pérez Roque. Durante tres días consecutivos, la televisión cubana ha presentado como supuestas "pruebas irrefutables" del trasiego de dinero una serie de correos electrónicos y llamadas telefónicas entre Roque, funcionarios de la SINA y activistas en Miami, "interceptadas" por la Seguridad del Estado. En uno de ellos, se afirma que al menos en tres ocasiones el jefe de la SINA y el funcionario Robert Blau, actual segundo jefe del Buró Cuba del Departamento de Estado, sirvieron de "mulas" del dinero que enviaba Álvarez a Martha Beatriz Roque y otros opositores.

"Tenemos un mensaje para el gobierno de Estados Unidos: reflexionen, llámense a capítulo, investiguen, den la cara y den explicaciones, que el tema es muy grave y las pruebas son muy amplias y muy sólidas", sentenció el canciller, tras acusar a los diplomáticos norteamericanos de violar las leyes cubanas, estadounidenses y además los acuerdos que regulan las relaciones internacionales.

"Esperamos que el Gobierno de los Estados Unidos se llame a capítulo y tome las medidas pertinentes para rectificar la conducta de sus diplomáticos en Cuba," dijo. "Esto es un conteo de protección. Ellos sabrán qué hacer. No debe subestimarse la gravedad de los hechos denunciados".

El gobierno cubano ha denunciado que Roque recibía al menos 1,500 dólares mensuales de la Fundación Rescate Jurídico, creada por Álvarez meses antes de ser arrestado en Estados Unidos por poseer pertrechos militares, que, según La Habana, pensaba utilizar en acciones armadas contra la isla. Alvarez, de 66 años, es amigo y benefactor del anticastrista Luís Posada Carriles, acusado de la voladura de un avión de Cubana de Aviación en 1976, y según el gobierno de Raúl Castro ha seguido enviando partidas de dinero a los opositores cubanos desde la prisión.

EE UU aseguró el lunes a través de un portavoz en Washington que la "asistencia humanitaria" que proporciona a las familias de presos políticos en Cuba no viola el derecho internacional y que es un gesto "prudente" y "coherente" con la política de la administración Bush. En una declaración en La Habana, la SINA consideró que "es política de muchos años de Estados Unidos proporcionar ayuda humanitaria a la gente cubana, específicamente a las familias de presos políticos que son maltratados por su propio gobierno''. Según EE UU "esta ayuda no tiene ningún propósito político, sino que busca atender las necesidades cotidianas de las familias que están luchando para sobrevivir en el sistema actual''. Miembros de la disidencia opinaron que las denuncias cubanas respondían a un intento por desprestigiar a la oposición, y defendieron la legitimidad de recibir ayudas económicas del exterior.

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