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La ONU aborda la crisis entre Moscú y Tblisi por el derribo de un avión espía georgiano

El presidente de Georgia, Mijaíl Saakashvili, acusa a Rusia del incidente del domingo.- Militares abjazos aseguran que fueron ellos los que abatieron el aparato

El Consejo de Seguridad de la ONU aborda hoy la última crisis en las deterioradas relaciones entre Rusia y Georgia, que esta vez se centra en el derribo de un avión espía no pilotado georgiano sobre el territorio de la secesionista Abjazia, en el litoral del mar Negro.

El presidente de Georgia, Mijaíl Saakashvili, ha acusado a Moscú del incidente, ocurrido el domingo, pero los representantes rusos niegan estar implicados en el suceso y los militares abjazos aseguran que fueron ellos los que abatieron el aparato (un Hermes 450 de fabricación israelí). El 18 de marzo, los abjazos ya anunciaron haber derribado otro avión georgiano semejante. Inicialmente, las autoridades de Tbilisi habían negado que el último aparato derribado fuera suyo, pero luego lo reconocieron y culparon a un Mig-29 ruso de su destrucción.

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Mijaíl Saakashvili calificó el incidente de "ataque a un país soberano" y de "acto hostil totalmente inaceptable desde el punto de vista del derecho internacional". En conversación telefónica con Saakashvili, el presidente de Rusia Vladímir Putin acusó a Georgia de desestabilizar y de incrementar la tensión, ya que, según dijo, los vuelos militares de reconocimiento sobre la zona del conflicto abjazo contravienen el espíritu del acuerdo de alto el fuego del 14 de mayo de 1994.

Este documento, conocido como la declaración de Moscú, es el fundamento legal de la presencia en Abjazia de tropas pacificadoras rusas y de cascos azules de la ONU. Un comunicado emitido ayer por el ministerio de Exteriores ruso afirmó que el avión fue derribado por los servicios de defensa antiaérea abjazos cuando intentaba volver a Georgia tras penetrar en al zona de conflicto. Según el ministerio, el avión georgiano realizaba una "actividad militar no autorizada", ya que la la misión de la ONU no había sido informada previamente de los planes de vuelo de Tbilisi.

Los representantes georgianos han difundido un video en el que puede verse como un caza lanza un misil y derriba al avión espía y han asegurado que presentarán pruebas ante el consejo de seguridad. Según los georgianos, el caza, un Mig-29, despegó desde una antigua base militar rusa en Gudauta, en Abjazia, que según los rusos, está ya cerrada. Los militares abjazos aseguran que el avión georgiano fue alcanzado por un L-39 de sus propios efectivos.

Tras la independencia unilateral de Kosovo, Moscú defiende más decididamente a los separatistas de Abjazia y Osetia del Sur, dos regiones que la comunidad internacional reconoce como parte de Georgia, pese a que este país no ha controlado nunca estos territorios desde la independencia en 1991. La actitud del Kremlin ha exacerbado los ánimos en Georgia, especialmente después de que Moscú anunciara la semana pasada que aplicará un trato de favor a las regiones rebeldes y se adjudicara el papel de defensor de los derechos de la población local.

Putin ordenó al gobierno ruso que colabore con las "autoridades de hecho" de Abjazia y Osetia del Sur con objeto de apoyar a la población local, incluidos los ciudadanos rusos allí residentes, que son la mayoría, gracias a la política de generoso reparto de pasaportes. La orden de Putin fue valorada como un paso cualitativo para comenzar el reconocimiento de Abjazia y Osetia del Sur o, más aún, para la "integración" de estos territorios en Rusia. Georgia lo considera como un paso hacia la "anexión" y un intento de dificultar su ingreso en la OTAN. En un intento de aplacar los ánimos, Moscú anunció el viernes pasado una serie de medidas de normalización de relaciones con Tbilisi que incluyen el restablecimiento de las comunicaciones postales desde el pasado lunes. Rusia interrumpió los servicios de correos en octubre de 2006 como respuesta a la detención de cuatro de sus oficiales por parte de Tbilisi. Los militares, a los que Georgia acusaba de espionaje, fueron liberados con la mediación de la OSCE, pero las consecuencias del conflicto fueron el cierre de las fronteras rusas, incluidas las comunicaciones aéreas, el cese en la concesión de visados y de las importaciones de vino y agua mineral.

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