La ONU concluye que el asesinato de Hariri fue obra de una "red criminal"
La comisión de investigación sobre el asesinato del ex primer ministro libanés no da detalles de esa red, aunque le atribuye otros crímenes políticos
El asesinato del ex primer ministro de Libano Rafik Hariri, así como otros asesinatos políticos cometidos posteriormente, son obra de una "red criminal" que también está detrás de otros asesinatos políticos de dirigentes antisirios libaneses poseriores. Es la conclusión del nuevo informe que ha enviado al Consejo de Seguridad la Comisión de la ONU que investiga el crimen que costó la vida al destacado político antisirio.
Rafik Hariri, primer ministro contrario a la influencia de Siria y que gestionó el Gobierno del país tras la guerra civil 1975-1990, fue asesinado en febrero de 2005 en un atentado con coche bomba en Beirut que costó la vida a otras 22 personas. Posteriormente, se han producido en Líbano los asesinatos de destacados políticos antisirios. La ONU atribuye al mismo grupo parte de estas muertes.
La conclusión se incluye en un informe entregado hoy al Consejo de Seguridad de la ONU por la comisión encargada de hacer averiguaciones sobre el crimen. El de hoy es el décimo informe elaborado por esa comisión y en él se informa de lo averiguado desde el informe anterior, entregado en noviembre de 2007. Según este último documento, esa "red criminal", cuya existencia previa al atentado contra Hariri está confirmada, fue encargada de preparar y perpetrar este asesinato y ha seguido operativa después.
"La Comisión puede ahora confirmar a partir de las pruebas disponibles que una red de individuos actuaron en concierto para llevar a cabo el asesinato de Rafik Hariri y que esa red criminal, la red Hariri o parte de ella, está vinculada a algunos de los otros casos", dice el informe. Indica además que la prioridad de la Comisión es reunir más pruebas sobre la red Hariri, su alcance, la identidad de sus miembros, sus lazos externos y el papel que desempeñaron en otros atentados con los que se les vincula.
En ese sentido, lleva a cabo una identificación a través de pruebas de ADN del terrorista suicida que detonó al paso del automóvil de Hariri la carga de 1.800 kilogramos de explosivos ocultos en una camioneta. Los investigadores ya habían descartado por completo en informes anteriores que el suicida fuera el mismo hombre que se atribuyó la acción en un vídeo divulgado poco después del asesinato.
Además de encontrar a los responsables de ese atentado, el órgano de investigación internacional tiene el mandato de asistir a las autoridades libanesas en el esclarecimiento de otra veintena de asesinatos políticos. Por ello, advierte al Consejo de Seguridad que se necesita aumentar sus recursos para poder compensar el incremento en la carga de trabajo. También denuncia que otro obstáculo a su labor es el deteriorado clima político y de seguridad del país, que desde noviembre carece de presidente y donde se siguen cometiendo atentados con cierta regularidad.
En términos general, el informe considera satisfactoria la colaboración de Siria en sus investigaciones, a pesar de que funcionarios de seguridad de Damasco fueron implicados en las primeras indagaciones efectuadas por la ONU en los meses posteriores al asesinato del ex primer ministro. En aquel momento, cuando la comisión estaba dirigida por el fiscal alemán Detlev Melhis, se afirmó que funcionarios sirios y libaneses estaban implicados en el magnicidio. Desde el 1 de enero de 2008, la Comisión está dirigida por el ex fiscal canadiense Daniel Bellemare.
