El Gobierno argentino y los productores agrícolas endurecen sus posiciones

Lejos de rebajar la tensión, el Gobierno argentino y los productores agropecuarios han decidido aumentar la apuesta en la pugna que mantienen por la decisión de la presidenta Cristina Fernández de volver a subir las retenciones a la exportación del sector, medida que anoche provocó masivas manifestaciones de protesta por todo el país. Mientras el ministro de Justicia, Aníbal Fernández, ha advertido de que empleará a la policía para despejar las carreteras bloqueadas por todo el país, han sido convocados nuevos 'cacerolazos' contra la presidenta argentina para esta noche.

Fernández ha amenazado a los huelguistas -que llevan 14 días de protestas- con aplicar la Ley de Abastecimiento, para forzar la ruptura de la huelga. Las cuatros principales entidades agropecuarias, por su parte, han decidido continuar con la paralización por tiempo indefinido. En vista del endurecimiento de las posiciones, y en un gesto sin precedentes desde la crisis de 2001, la Iglesia católica se ha ofrecido como mediadora en el conflicto.

Entretanto, con una notable afluencia de clientes en los supermercados acopiando lácteos y carne, Buenos Aires continuaba hoy bajo los ecos de la mayor protesta contra el Gobierno vivida en la capital argentina desde la catástrofe económica e institucional de 2001. En el mercado de San Telmo, en el centro de la capital, falta carne en el 90% de los puestos. Numerosas carreteras de todo el país siguen cortadas por los bloqueos, entorpeciendo el transporte de los autobuses.

Los bloqueos se sienten en las estanterías de comercios de la capital federal y el gran Buenos Aires y los comerciantes advierten de que aunque se levantara hoy mismo la huelga en apenas 48 horas habrá un desabastecimiento total de algunos productos. Pero el sector agrario se muestra inamovible en su postura máxima después del multitudinario respaldo que obtuvo anoche en todo el país donde se multiplicaron los 'cacerolazos' contra la gestión de Fernández. En este sentido, se están enviando miles de SMS convocando a un nuevo 'cacerolazo' en Buenos Aires esta noche con el texto: "Sra Presidenta: No quiera dividir nuevamente al pueblo argentino. Miercoles 22 horas Apagón, marcha y bocinazo".

Por su parte, la presidenta peronista no se ha desplazado hoy a la Casa Rosada como es habitual y ha optado por permanecer en la residencia de Olivos, al norte de la capital argentina, que anoche fue cercada por cientos de manifestantes.

El ministro de Economía, Martín Lousteau, de quien a medida que pasan las horas crecen los rumores sobre su destitución, ha asegurado hoy que "no hay absolutamente ningún elemento nuevo" para cambiar la política económica del Gobierno. Los productores de frutas se encuentran discutiendo desde esta mañana si unirse al paro.

El ministro de Seguridad y Justicia, Aníbal Fernández, ha amenazado con apresar a los productores que impidan el paso de los camiones con mercancías. El ministro es el responsable de las fuerzas de policía, cuyos efectivos abandonaron anoche la Plaza de Mayo y dejaron el terreno libre para que los piqueteros oficialistas de Luis D'Elía reventaran la manifestación pacifica que realizaban los opositores a la presidenta argentina. Siguiendo en la escalada verbal D'Elía ha advertido hace algunas horas de que sus piqueteros siguen "en estado de alerta" y ha justificado el puñetazo que en la noche de ayer propinó en el rostro a un dirigente ganadero con un lacónico "se me soltó la cadena".