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El presidente Kibaki invita al opositor Odinga a una reunión el viernes

El objetivo es hablar sobre "la paz y la reconciliación nacional" en Kenia

El presidente de Kenia, Mwai Kibaki, ha invitado hoy al dirigente opositor Raila Odinga a una reunión el viernes para hablar sobre "la paz y la reconciliación nacional". De confirmarse la cita, será la primera ocasión en la que Kibaki y Odinga se ven cara a cara desde que estallara la crisis política y social más grave en la historia reciente de esta ex colonia británica, debido a las disputas por los resultados electorales que la oposición califica de "fraudulentos".

La reunión, según el comunicado presidencial, intentará "detener la violencia en el país, consolidar la paz y la reconciliación nacional". El anuncio de la invitación presidencial se produce en medio de los esfuerzos de mediación emprendidos los últimos días en Kenia para resolver la crisis, que ha causado la muerte de medio millar de personas por los disturbios políticos y tribales, según el último balance del gobierno.

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En este sentido, Odinga, ha desenvocado la marcha de protesta que tenía prevista para mañana debido a que es inminente la puesta en marcha de un "proceso de mediación" para resolver una crisis política originada tras las elecciones presidenciales del pasado 27 de noviembre, cuando la oposición denunció un fraude masivo para asegurar la victoria de Kibaki.

"Nos han asegurado que el proceso de mediación está a punto de empezar", ha dicho Odinga a los periodistas tras entrevistarse con el enviado estadounidense al país, Jendayi Frazer. "Por tanto, informamos a nuestros seguidores e todo el país de que no habrá marchas públicas [mañana]". La mediación correrá a cargo del líder de la Unión Africana y presidente de Ghana, John Kufuor, que viajará esta semana a Kenia. Odinga tenía prevista una manifestación el pasado jueves, pero tuvo que aplazarla debido a que la policía cargó duramente contra los manifestantes que intentaban acceder al centro de Nairobi para participar en ella.

Las protestas en todo el país tras la reelección de Kibaki, a quien la oposición acusa de haberse fabricado los votos necesarios para asegurarse la victoria, unos 300.000, se han cobrado la vida de cientos de personas, ya que a las disputas políticas se suman las étnicas: Kibaki pertenece a la etnia más numerosa en Kenia, los kikuyu, mientras que Odinga es lúo, la segunda etnia en importancia. Según el Gobierno, 486 personas han perdido la vida en estos enfrentamientos y hay 255.000 desplazados en la peor oleada de violencia desde la independencia del país en 1963.

La primera semana tras las elecciones fue la más violenta. Los ánimos están ahora mucho más calmados tras sucesivas llamadas de la comunidad internacional a la contención y al diálogo entre las fuerzas políticas enfrentadas. Al menos Odinga, al que Kibaki culpa de la violencia, parece haber respondido a esas llamadas. El embajador español en Kenia, Nicolás Martín, ha declarado que la desconvocatoria de las protestas "es un buen síntoma que abre paso a la mediación" y espera que con esta decisión se pueda llegar a una solución de la crisis en el país.

Sin embargo, la crisis política aún está en el aire. La reelección de Kibaki fue cuestionada por la oposición, pero también por los observadores occidentales. El propio organismo electoral avaló en un primer momento la victoria de Kibaki, pero luego la puso en duda, al igual que hizo el fiscal general, que pidió una investigación independiente. Hoy, la Sociedad de la Ley de Kenia ha pedido al presidente que dimita y convoque nuevas elecciones, porque las anteriores "no fueron creíbles".

Mientras, la ayuda humanitaria ha comenzado a llegar a los miles de desplazados que han huido de sus hogares en todo el país. 11 camiones del Programa Mundial de Alimentos de la ONU se dirigen hoy hacia la parte occidental de Kenia, donde se concentran la mayoría de los refugiados, con suministros para 38.000 personas durante dos semanas.

Desplazados de la etnia lujo se refugian en el recinto de una comisaría en Limuru, a unos 30 kilómetros de Nairobi.
Desplazados de la etnia lujo se refugian en el recinto de una comisaría en Limuru, a unos 30 kilómetros de Nairobi.AP

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