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Cuadrilátero para espontáneos Latinoamericanos y españoles compiten en Buenos Aires en los Mundiales de Improvisación

El cuadrilátero está dispuesto y los dos equipos listos para saltar a la pista, pero no se trata de un combate de boxeo, sino de un "partido de improvisación", en el que selecciones de actores de Latinoamérica y España compiten para alzarse campeones de teatro deportivo y humorístico.

Teatro y deporte se mezclan en el Impro Festival'07 (Mundial de Improvisación) que se celebra en Buenos Aires y en el que el público vota al equipo que le parezca mejor y está autorizado a menospreciar la actuación del árbitro, que con su porte serio y de pocos amigos se gana la antipatía general desde el comienzo. Con un maestro de ceremonias vestido de gala para la ocasión, los partidos comienzan con el canto de los himnos nacionales, canciones inventadas por los equipos en las que el humor y las payasadas son la tónica a seguir.

Los equipos, situados uno frente a otro en la pista, deben improvisar a partir de un título o una palabra elegidas por el público y deben respetar el reglamento internacional que penaliza la falta de escucha, la incoherencia o la confusión.

Al público se le otorga un sonajero para que pueda expresarse y una galocha (zapatilla de tela) para que le lance al árbitro en caso de desacuerdo con sus decisiones. El match de improvisación surgió en 1977 en Canadá cuando un grupo de actores se hartó de la masiva afluencia a los partidos de hockey sobre hielo y decidió copiar el formato y adaptarlo a la competencia teatral.

"La rivalidad es bastante relativa porque debe existir una complicidad para improvisar una buena historia y además queremos incomodar al público para que no sepa a quién votar y ni se fije en las camisetas", comentó Ricardo Behrens, director de la Liga Profesional de Improvisación Argentina y capitán de la selección.

Así, en uno de los primeros partidos, en el que se enfrentaron Argentina y Uruguay, el público decidió un empate "porque se lo pasó tan bien, era una fiesta tan grande, que no quisieron elegir un vencedor, y fue un resultado histórico", recordó.

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Es la primera vez que España participa en un mundial de improvisación. Ataviadas con los colores de la bandera y el toro, las participantes de la compañía femenina Por Casualidad, representante de España en el festival, compiten "contra un humor diferente al nuestro, ya que somos improvisadoras de palabras más que de gestos", explicó Laura, la capitana.

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