_
_
_
_

Volvamos a Kouchner

Kouchner sí es de verdad impecable. Lean por favor el breve billete publicado por ‘Le Monde’, en su primera página, en el periódico de fecha Domingo 20-Lunes 21, y titulada “por qué he aceptado” (lo tienen traducido entero al final de este post). Ahí está todo. Pero permítanme que tire de un hilo para traer el ‘caso Kouchner’ hacia nuestras latitudes. ‘The french doctor’ escribe : “He participado en la campaña de Ségolène Royal y he votado por ella en las dos vueltas de las elecciones presidenciales porque me parecía que representaba una oportunidad para la izquierda. Francia ha decidido: esta etapa queda ya atrás. Seguiré reflexionando y luchando, junto con todos los espíritus abiertos, para que exista por fin una socialdemocracia francesa”. Su lección, a lo que se ve, es doble: una, hacia esa izquierda francesa incapaz de practicar la apertura hacia el centro; otra, hacia quienes quieren convertirse en estatuas de sal, como la mujer de Lot, porque no pueden dejar de mirar al pasado. Cabe hacer una síntesis de ambas. Veamos.

Primero se deslegitiman los resultados electorales. Si esto no es posible se deslegitiman las alianzas parlamentarias que permiten gobernar. Y si esto no basta y se avecinan unos resultados electorales desfavorables se termina denostando a los ciudadanos que cometen la insensatez de equivocarse de forma tan persistente. Los más osados anuncian el advenimiento de no se sabe qué podas de las libertades y qué horribles dictaduras, e incluso la desaparición de España. Y los más frívolos se atreven a gritar que se preparan para el exilio. Y todo esto sucede en el que es, sin duda, el mejor momento de la historia de este país. Con el terrorismo acorralado y en abierta decadencia, con una economía boyante, con una demografía extraordinaria gracias a esa oportunidad para todos que es la inmigración (sobre todo si se gestiona sensatamente, y de momento, resultados a la vista, así es como se está haciendo).

No es que la izquierda española que nos gobierna sea para tirar cohetes, pero hay una derecha española que es mucho peor que la izquierda francesa: por su ceguera, su incapacidad para entender nada y sobre todo su poder destructor. Y hace cosas que ni siquiera la derrotada ‘gauche’ es capaz de hacer. Por ejemplo, prefiere desprestigiar a España en los foros internacionales a permitir que otros capitalicen la buena marcha de las cosas. Prefiere boicotear las reformas o los procesos de paz si es incapaz o no tiene la oportunidad de hacerlos ella. Quien debe buscar a un Kouchner español es esta derecha empecinada a la que se le van los ojos hacia el monte y hacia el pasado.

Por qué he aceptado

Bernard Kouchner

Conflictos sociales en Francia o compromisos exteriores: siempre he sido y sigo siendo un militante de todas esas luchas que han contribuido a la grandeza de nuestro país. Desde 1968, en Biafra igual que en la ONU y en Kosovo, pasando por Médicos sin Fronteras, Médicos del Mundo y muchas otras expresiones de la sociedad civil, he actuado en defensa de los mismos ideales de solidaridad y progreso. Como ministro llevaré a lo más alto estos valores de la diplomacia francesa.

En cerca de cuarenta años de acción humanitaria y batallas políticas por los derechos humanos, hemos conseguido que el mundo avance en los ámbitos de la diplomacia, la salud o la protección de las minorías. Mañana proseguiremos nuestros esfuerzos construyendo una globalización más justa, una Europa más fuerte, y encontrando de nuevo para Francia la ambición que le asigna su historia.

Siempre he sido y sigo siendo un hombre libre, militante de una izquierda abierta, audaz, moderna; en una palabra, socialdemócrata. Al aceptar hoy trabajar con personas que en muchos temas no piensan igual que yo, no reniego de mis compromisos socialistas. He participado en la campaña de Ségolène Royal y he votado por ella en las dos vueltas de las elecciones presidenciales porque me parecía que representaba una oportunidad para la izquierda. Francia ha decidido: esta etapa queda ya atrás. Seguiré reflexionando y luchando, junto con todos los espíritus abiertos, para que exista por fin una socialdemocracia francesa.

La política exterior de nuestro país no es de derechas ni de izquierdas. Defiende los intereses de Francia en un mundo que se reinventa cada día. Debe ser resuelta e innovadora. Al hacerme el honor de proponerme que dirija la diplomacia de Francia, el presidente de la República no ha dado por hecho que vaya a volverme sarkozysta. Algunas de mis convicciones no son las suyas y viceversa. Se anuncian, espero, felices cambios de estilo, de análisis y de época. Esto tiene un nombre: apertura.

Sé que algunos de mis amigos me reprochan este nuevo compromiso. A ellos les pido que se fíen de mí: mis ideas y mi voluntad siguen siendo las mismas. Si me pillan un día en delito flagrante de renuncia, les ruego que me despierten. Garantizo que ese momento aún no ha llegado.

No tengamos miedo al futuro; miremos más allá de las divisiones partidistas. Formo parte de un gobierno reunido para actuar y ser útil a Francia y al mundo. Por mis resultados me juzgarán.

(Traducción de News Clips)

Comentarios

Zymu chaval, se extrañan tus acertadas, lucidas e informadas entradas, de vez en cuando date siempre una vuelta por este blog y dejanos una opinión.
Vale que la derechona española no puede compararse con la francesa, pero acaso Segolene Royal se define a sí misma como "roja" al igual que Zapatero?
Casi comparto el comentario, pero, "el casi" es porque no soy tan optimista sobre la izquierda que nos gobierna. En cuanto a la derecha, soy totalmente escéptico y esto mismo debería tal vez reprocharmelo. ¿Qué falla entre nosotros? ¿Es que hay en el alma hispana una gen cainita, que no nos permite alegrarnos con los éxitos de los nuestros, distintos a nosotros, o con los logros sociales que no me favorezcan claramente como individuo y hasta más que a otros? ¿Nos falta compartir de una manera muy radical, casi desinteresada, los valores de la libertad y la justicia, sea en España, sea en el Mundo? NOs tenemos por un país de Quijoes, pero qué va, no es para tanto. El hecho mismo de no compartir, con claridad, un proyecto político de convivencia en común es todo un dato. La historia, sin embargo, es larga, se van conquistando metas, da tiempo... espero que otras generaciones, si no la mía, solventen mejor estos conflictos interiores. ¿Quién no da tumbos si no ha resuelto algunas contradicciones del alma?
Recomiendo cotejar el comentario de hoy del Sr. Bassets con el editorial de Abc titulado ¿Un tercer partido?, a propósito de la iniciativa de algunos intelectuales procedentes de la izquierda de crear un tercer partido en España similar o coaligado con Ciudadanos de Cataluña. Abc se pregunta en el editorial por qué estos intelectuales, como han hecho otros intelectuales de izquierda en Francia convertidos en sarkozystas, no se unen a la derecha del PP. Tal vez los Savater and co. no dan el paso de unirse al PP, como han hecho Glucksmann o Bruckner en Francia, porque, al contrario que la derecha francesa, la derecha española todavía no se ha modernizado ni se ha deshecho definitivamente del lastre franquista.
España es diferente, no porque nos sintamos Quijotes, sino porque existe una mayoria de Sanchos Panzas, esa es la sombra que habita en nuestros genes. La envidia no nos permite ver con claridad cualquier cambio politico de nuestro vecino o camarada. En Farncia, solo nos separa los Pirineos, el politico ofrece su gestión, no vende su alma, ni sus ideas. En España pensamos que al colaborar con otro partido que no es el nuestro, lo hacemos como "estomagos agradecido". no damos la oportunidad de mejorar el sistema por dentro.
Quería comentar que aquí en Paraguay tenemos una emisora de radio que diariamente baja un tema a tratar entre oyentes, un foro abierto. Se opina por radio mensajes, por mensajes de celulares, por correos electrónicos, MSN o directamente hablando por teléfono en el aire. Se llama Radio Libre 1200 AM, el Programa es Contra Poder y el Conductor, Doctor Benjamín Fernández Bogado, periodista y comunicador formado en Harvard. El tema de ayer fue el discurso de Sarkozy. Un lindo discurso, pero que irrito a la mayoría de los oyentes, al final salvo raras excepciones, se concluyo que el Señor Sarkozy es un populista, un farsante y el periodista uruguayo, Carlos González, quien también es oyente, resalto: “Si Sarkozy quiere poner su casa en orden que no busque pretextos para hacerlo, que desnude sus convicciones si es que las tiene, si al igual que su émulo Tony Blair quiere abrirle la puerta al amo norteamericano y sus transnacionales privatizadoras que lo haga de "cara al sol", y no bajo la hipócrita frase de que va a defender el honor y el trabajo francés. Si quiere barrer las conquistas sociales del pueblo trabajador francés en sus diversos ámbitos porque entiende que la República de la Igualdad, la Fraternidad y la Libertad ya no debe serlo, que lo haga como un nuevo Napoleón III.” Como ven, aquí ya desarrollamos muchos anticuerpos contra estos lindísimos discursos e intenciones. Cuanto al Señor Kouchner, me impresiono su trayectoria, pero, ... Lula tambien ya tuvo personajes similares... Saludos, desde Asunción Paraguay.
Aun así, sí que hay una derecha en España que antepone cierta responsabilidad en su actuación. El problema es que esta derecha más homologable está prácticamente circunscrita al ámbito periférico. En mi modesta opinión a la derecha "nacional" le faltan figuras como pueden ser Duran i Lleida en Catalunya o Imaz en Euskadi.
Publicado por: Marzha Navarro | 22/05/2007 15:17:57 Creo que tal periodista o bien no ha entendido bien el discurso o bien no lo ha escuchado. Precisamente, Sarkozy, no sólo en el discurso después de ganar las elecciónes, sino en los precedentes (http://www.u-m-p.org/site/index.php/ump/s_informer/discours) precisamente ha dicho lo contrario de lo que usted comenta en su post. Un saludo.
En tiempos ese 'ideal' se llamó 'derecha civilizada'. En cierta medida, concedámoslo, Suárez lo fue. No sé por qué el calificativo 'civilizado' no se le puede aplicar también a la izquierda. En ambos casos implica menos demagocia, mayor apertura de los partidos, más respeto hacia las personas. Hay defectos que hacen época y marcan a estos y aquellos. Otro día hablamos de eso.
Señorita Navarro, Lo que ese programa desarrolla en Paraguay no son anticuerpos, sino más bien virus propagandísticos pre caída del Muro. No se imagina usted lo rancio que suena su discurso a este lado del Atlántico. Reciba un cordial saludo, V.
Señor Bassets. Ser de Izquierdas está bien. Darle "collejas" al Gobierno y disparar con metralleta a quien no es Gobierno, hombre; no me parece muy meritorio ni dice mucho de ustedes como cuarto poder y fiscalizadores del Gobierno, pero bueno. Pero encima, decirse de sí mismo, independiente, imparcial, etcétera, es para ruborizarse. Ser de Izquierdas es bueno. Escribir desde la Izquierda, es bueno. Ser de Izquierdas, y escribir desde la Izquierda, y a la vez decirse independiente, imparcial u objetivo, es ya otra cosa. Lo mismo aplica para EL MUNDO, La Razón, ABC, etcétera. Pero ellos no van dando carnets de demócratas ni pontificando sobre lo que está bien y lo que no... Y por cierto. Supongo que se le ha escapado...El que ha nombrado a un miembro de la Izquierda en su Gobierno ha sido Sarkozy, ese señor de Derechas. Igual que el único que nombró a un miembro de la oposición algo, es ese señor de Derechas, que es Aznar (a Múgica). De la Izquierda, que no es para tirar cohetes, ni lo hace, ni se espera...
Va a resultar que Sarkozy es aun mas listo de lo que pensaba, la verdad es que la jugada Kouchner es magistral para sus intereses, mala para la izquierda, y no creo que traicione las líneas esenciales de su programa de política internacional. Respecto a la otra cara de la moneda, Kouchner, no soy capaz de valorarlo, ya que la mentalidad radical y guerrera de nuestra clase política se ha impregnado en mi de tal manera que me resulta imposible visionar una situación similar en la política doméstica (aun pensando que Bono sería un buen ministro de interior del PP y Gallardón un fabuloso vicepresidente y ministro portavoz de un gobierno socialista). Lo que si me atrevo a apuntar es la ausencia de independientes (con o sin partido) en la política española, no hay Comite, Consejo, Comisión etc en este país en el que la filiación partidista no se imponga, a diferencia de otros paises como Reino Unido o Estados Unidos donde comites con miembros de diferentes partidos pueden ser objetivos consensuar un informe final. En España o eres de los míos o vas contra mi, y por ser de los otros ya nada de lo que digas me vale y no voy a tomarlo en cuenta. Volviendo a Kouchner, si bien no puedo dejar de evitar cierto aroma de traición en su conducta, si que reconozco que me gustaría que las cosas fuesen así y que hubiera asuntos de Estado por encima de las riñas partidistas, ante lo cual creo que la política exterior es un buen campo de pruebas. Por último y como comentario personal, agradecer a Jorel Rodríguez que eche de menos mis comentarios, pero en bastantes ocasiones no soy capaz de enlazar no con la página sino con los comentarios, o el artículo completo, lo cual me impide escribir comentarios.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_