Lula se une a la campaña de la OIT por un "trabajo decente"

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, se unió el miércoles en Brasilia a la campaña de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en favor del "trabajo decente" y advirtió del riesgo que implica para la gobernabilidad y la democracia la falta de esperanzas para los trabajadores.

Lula inauguró el miércoles la XVI Reunión Regional de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que se celebra en Brasilia, y evocó tanto sus épocas de sindicalista como la pobreza que vivió en su infancia, en la que tuvo que trabajar "en cualquier cosa".

Lula sostuvo que en los 36 meses que lleva en el Gobierno se ha empeñado en adecentar el trabajo, regularizando a aquellos trabajadores que carecen de seguridad social y los mínimos derechos laborales. Sostuvo que en Brasil se crean una media de 100.000 empleos regulares al mes.

En América Latina, según cálculos de la OIT, unos 26 millones de personas no tienen empleo, pero cerca de 103 millones trabajan en el sector informal, con salarios inferiores al mínimo y sin ninguno de los derechos laborales garantizados.

Pese a esa realidad, Lula manifestó que "las cosas han mejorado mucho" desde 1980, cuando dejó la lucha sindical para dedicarse a la política.

"Hay avances sistemáticos en la conquista de espacios por parte de los trabajadores, las mujeres, los indios y los negros", precisó Lula, quien atribuyó esas mejorías a la "evolución extraordinaria" de los regímenes democráticos en América Latina.

En el acto participó también el director general de la OIT, el chileno Juan Somavia, quien presentó la llamada Agenda hemisférica para el trabajo decente, un compendio de análisis y recomendaciones dirigido a mejorar la calidad del empleo en los próximos diez años.

Somavia reiteró que la última década ha demostrado que no basta sólo con el crecimiento económico para generar empleos y recordó que los cálculos de la OIT vaticinan que América Latina tendrá unos 158 millones de desempleados en el 2015.

"Cuando la democracia es precaria y no da las respuestas que las sociedades reclaman, la calle emerge", dijo Somavia en alusión a las revueltas populares que en los últimos años han derrocado Gobiernos en varios países latinoamericanos.

Según Somavia, la Agenda de la OIT pretende "poner a las personas en el centro del trabajo, de las empresas y de la propia economía", en contra de las corrientes que tienen como sus "únicas prioridades" las políticas "financieras y monetarias".

"Las políticas macroeco-nómicas sanas son necesarias, así como lo es el crecimiento económico, pero son sólo condiciones básicas [para el desarrollo] y no son suficientes", declaró.

Somavia recordó que América Latina "es la región más injusta en términos de distribución del ingreso" y advirtió de que "la crisis del empleo afecta a los sistemas políticos" y puede suponer riesgos para la democracia.

Precisó además que el concepto de "trabajo decente", incorporado por la OIT a la agenda internacional, "abarca incluso un problema ético", pues apunta a mejorar la calidad del empleo, con salarios dignos y las debidas garantías de seguridad social.