Nueve meses de prisión para el hijo de Sharon por financiación irregular de la campaña de su padre
La juez considera probado que Omri Sharon recaudó donaciones siete veces superiores a lo permitido para alcanzar el liderazgo de su padre al frente de Likud
Mientras el primer ministro israelí, Ariel Sharon, agoniza en un hospital de Jerusalén, su hijo, el ex diputado del Likud Omri Sharon, ha sido condenado hoy por un tribunal de Tel Aviv a nueve meses de cárcel y a una multa de 53.000 euros tras ser declarado culpable de violar la ley de financiación de partidos al recabar donaciones ilegales para la campaña electoral que sirvió a su padre para auparse con el liderazgo del Likud, partido que abandonó poco antes de caer enfermo para crear otra formación, Kadima, clara favorita al triunfo en los próximo comicios israelíes.
Pese a la dureza de la condena, el tribunal ha tenido en cuenta la delicada situación de la familia Sharon -pendiente de la evolución de la enfermedad de Ariel Sharon, gravemente enfermo tras sufrir un infarto cerebral- y ha concedido al condenado un periodo de gracia de seis meses antes de ingresar en prisión el próximo 31 de agosto.
La jueza Edna Bekenstein ha sido clara en sus argumentaciones al asegurar que Omri Sahron intentó por todos los medios "hacerse con fondos ilimitados para la campaña de Ariel Sharon" cuando éste último competía por el liderato del Likud en 1999. En concreto, la juez considera probado que Omri recaudó donaciones siete veces superiores a lo permitido por la ley israelí. La sentencia asegura que el acusado barajó todos los métodos empleados para tal fin, "incluidos aquellos en los que hizo firmar a su padre documentos falsos". Además, la sentencia también busca un fin ejemplarizante, al asegurar que la política israelí "debe estar limpia de corrupción, y el papel del tribunal es el de sentar castigos apropiados y educativos".
El hijo del veterano político conservador israelí también ha sido condenado por haber prestado falso testimonio en relación a cómo obtuvo el dinero que, según sus declaraciones, fue a través de un millonario empresario residente en Sudáfrica y viejo amigo del primer ministro, afirmaciones que se demostraron falsas.
Acusaciones de corrupción
Este caso de corrupción que salpicó al propio primer ministro israelí, salió a la luz en 2001 tras la investigación de un popular periódico israelí. La Fiscalía general del Estado incluso recomendó procesar al jefe del Gobierno hebreo tras concluir que existían pruebas suficientes para acusar a Sharon de aceptar sobornos en asuntos inmobiliarios con ramificaciones internacionales en los que estaban implicados sus hijos y miembros del Likud.
Sharon fue investigado por su presunta implicación en dos casos de corrupción. El primero tiene que ver con un préstamo millonario que recibió del empresario sudafricano Ciryl Kern para devolver unas donaciones ilegales durante su campaña electoral de 1999. La campaña estuvo dirigida por su hijo Omri, que cumplirá nueve meses de prisión por delitos que en su día la policía sostuvo que su padre conocía perfectamente. Sin embargo, este hecho nunca pudo ser demostrado, aunque medios de comunicación locales han afirmado en repetidas ocasiones que finalmente Omri Sharon prefirió cargar con la responsabilidad del caso y favorecer a su padre en su labor como primer ministro.
El segundo caso, más conocido como el expediente de la isla griega, está vinculado con un empresario israelí, David Apel, que buscaba hacer negocios en Grecia y que se valió de la influencia de Sharon, cuando este era ministro de Exteriores, para potenciar su imagen ante las autoridades helvéticas que debían aprobar su proyecto. Ariel Sharón fue absuelto de ese caso después de que en junio de 2004 el asesor jurídico del Gobierno israelí, Menajem Mazuz, decidiera no imputarle por falta de pruebas.
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