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Londres propone reducir el presupuesto de la UE a costa de las aportaciones a los países más pobres

La Comisión Europea califica la medida de "inaceptable".- Reino Unido ofrece a España la misma compensación por la pérdida de Fondos de Cohesión que ya rechazó Madrid en junio

El Gobierno británico ha presentado hoy en Bruselas su propuesta para cerrar el presupuesto de la Unión Europea para el periodo 2007-2013. Reino Unido apuesta por rebajar las cuentas comunitarias a 846.754 millones de euros, es decir al 1,03% del Producto Interior Bruto comunitario. Las ayudas en forma de Fondos al Desarrollo a los nuevos miembros se recortan entre el 7% y el 8%, y el conocido como cheque británico se rebaja también, en concreto en 8.000 millones de euros. Respecto a España, Londres mantiene la propuesta que ya hizo Luxemburgo sobre cómo compensar la pérdida de Fondos de Cohesión, que en su día Madrid rechazó.

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El Ejecutivo de Tony Blair ha seguido la estrategia de reducir al máximo los plazos de negociación, y ha presentado su propuesta a tan solo dos semanas para la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de los Veinticinco que deben aprobarlos, apurando al máximo tras mantenerse cinco meses en silencio sobre lo que haría al respecto de este tema. En la cumbre del pasado mes de junio no se pudo alcanzar un acuerdo, lo que abrió una crisis en el seno de la Unión paralela a la provocada por la paralización del proceso de ratificación de la Constitución europea tras el no de Francia y Holanda.

Apenas unos minutos después de que el ministro de Exteriores británico, Jack Straw, anunciara su propuesta, el presidente de la Comisión europea, el portugués José Manuel Durao Barroso, la tachaba de "inaceptable" y "no realista".

La propuesta británica contempla una reducción de 8.000 millones de euros en ese periodo de siete años en las compensaciones que recibe desde 1984; la entonces primer ministro, Margaret Thatcher, logró esa transferencia de los demás Estados para compensar las escasas ayudas que recibía su país en concepto de ayudas agrícolas. En la actualidad, Reino Unido recibía unos 5.000 millones anuales. Blair ha ofrecido esta rebaja (acogida con fuertes críticas por la oposición en Reino Unido) como contrapartida por el recorte general en el presupuesto, que afecta especialmente a los nuevos Estados miembros, lo más necesitados de fondos estructurales. En cualquier caso, descontada la rebaja el cheque se vería propulsado de todas formas por la ampliación a cerca de 7.000 millones anuales.

El pasado mes de junio las negociaciones para cerrar un acuerdo chocaron precisamente en este punto. La mayoría de países proponía eliminar al considerar que ya no se daban las circunstancias que lo había propiciado. Pero Londres cambió la palabra eliminar por congelar, y a cambio exigió un recorte en las partidas agrícolas, a lo que Francia se opuso en redondo. Dado que tocar las cuentas agrícolas parece imposible (se oponen también España e Italia, entre otros), Londres optó por la salida de recortar las cuentas totales de la Unión, pasando a negociar con los nuevos miembros una rebaja del cheque británico a cambio de la pérdida de fondos estructurales. De fondo, pesaba la amenaza del fracaso de la cumbre: sin acuerdo, no hay dinero para ellos.

La propuesta para España

La presidencia británica mantiene la oferta hecha en el semestre anterior por Luxemburgo a España (y que el Gobierno español rechazó) para compensar la pérdida de Fondos de Cohesión por efecto de la ampliación a veinticinco. En concreto, la propuesta contempla que España reciba 1.200 millones en 2007, 850 en 2008, 500 en 2009 y 250 en 2010, pese a que su renta per cápita superará en el próximo periodo el límite del 90% de la comunitaria y por tanto debería perder los Fondos de Cohesión.

Fuentes del Gobierno español ya habían adelantado que no se aceptaría cualquier propuesta inferior a la de la anterior presidencia luxemburguesa, que el presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, rechazó en junio. Sin embargo, dejaban la respuesta final en manos del ministro de Economía y vicepresidente segundo, Pedro Solbes. Lo que las citadas fuentes no han querido aclarar es si, tal y como están las cosas, España aceptaría ahora la propuesta luxemburguesa.

Tampoco lo ha hecho Solbes, que antes de meterse en la reunión de ministros de Finanzas de los países del euro ha asegurado que la propuesta británica "no sirve para resolver resolver ni los problemas de Europa ni los problemas de España". El ministro español ha dicho que la propuesta "no nos permite avanzar respecto a lo que teníamos", y ha añadido: "Sí esperábamos algo, un poquito más coherente, y más trabajo".

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