Uribe, dispuesto a aceptar que en Colombia existe un conflicto armado

El presidente colombiano, Álvaro Uribe, sigue sorprendiendo con sus ofertas a la guerrilla para facilitar el camino a los diálogos de paz. El martes le dijo al Ejército de Liberación Nacional (ELN), el segundo grupo guerrillero del país, que estaba dispuesto a reconocer que existe un conflicto armado en Colombia, si ellos aceptan un cese de hostilidades como paso previo a una negociación.

Uribe hizo estas declaraciones un día después de que este grupo guerrillero entregara el cadáver del político Ancizar López, a quien mantuvo secuestrado durante tres años.

"Depondría mis personales convicciones y, en aras de la paz, aceptaría que hay que negociar la solución definitiva de un conflicto", afirmó en una ceremonia militar. Para Uribe en Colombia no existe conflicto armado, sino una amenaza terrorista. "Si se da una señal de paz creíble al pueblo colombiano, yo no tengo inconveniente en ceder ese punto".

Con ese ofrecimiento los elenos se quedan sin uno de los cinco argumentos para rechazar la oferta de un pre-diálogo propuesta recientemente por la Iglesia a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el ELN y avalado por el Gobierno.

Curiosamente, Uribe no se refirió a la entrega del cadáver del ex gobernador y ex congresista, secuestrado desde abril de 2002, que ha sido considerada el último acto de cinismo del ELN. Sólo una vez en estos tres largos años la familia recibió pruebas de supervivencia: en diciembre del 2002, cuando enviaron una fotografía del político entre los fusiles de dos guerrilleros y en la selva.

El político, que cumplió en cautiverio los 80 años, murió, al parecer, por causas naturales —insuficiencia renal—, hace 11 meses. La captura de un jefe guerrillero facilitó la entrega del cadáver. Se sabe que, como es común en la práctica de este delito, la familia siguió siendo extorsionada después de la muerte de López.

"Accidente del conflicto

En la bolsa en la que entregó a la Cruz Roja los despojos mortales del que era considerado un patriarca de la clase política de la zona cafetera, el ELN envió una nota en la que califica el hecho como un "accidente del conflicto".

Hace apenas tres semanas, el grupo guerrillero asesinó a dos sacerdotes y pidió perdón por lo que llamó "una equivocación". El diario El Tiempo dijo ayer en su editorial que "el ELN ha dado una muestra de crueldad y de cinismo difícil de igualar. ¿Quién puede creer en su voluntad de evitar errores?".

Y ayer la Corte Suprema de Justicia dio el visto bueno a la extradición de Don Berna, líder paramilitar acusado por una Corte de Nueva York de narcotráfico y lavado de dinero. El pasado 27 mayo, Don Berna se entregó a la justicia tras un amplio operativo que buscaba su captura por el asesinato de un político.

Ya se oyen voces que piden al Gobierno que se abstenga de extraditar a Don Berna. Si esto ocurre, dicen algunos, sería un duro golpe para el proceso de paz con estos grupos. El presidente decidirá en última instancia si le envía o no a rendir cuentas ante la justicia de EE UU.