_
_
_
_
Entrevista:EDUARDO SOJO | Ministro de la Presidencia de México

"Los mexicanos no tolerarán una marcha atrás en las reformas"

Su cargo, de nombre interminable (jefe de la Oficina de la Presidencia para las Políticas Públicas del Gobierno de México) podría resumirse en una palabra: factótum del presidente, Vicente Fox, cuya elección, en el año 2000, puso fin al régimen septuagenario del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Eduardo Sojo, de 49 años, dice que buena parte de su tarea consiste en "armar el rompecabezas" de las tareas de Gobierno. En España, donde ha estado de visita esta semana, ha hablado sobre la Cumbre Iberoamericana de Salamanca con su su homóloga, la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, y ha presentado, a un año de las elecciones presidenciales en México, el balance de la gestión del conservador Partido Acción Nacional.

Pregunta. ¿Qué le falta todavía a México para completar la transición y convertirse en una democracia plena?

Respuesta. La parte de la democracia electoral va muy bien. Cada vez hay menos conflictos electorales, y todos se resuelven por medio de las instituciones. Sin embargo, la ciudadanía necesita una democracia mucho más efectiva. Nos falta crear las condiciones para que los actores políticos logren acuerdos en temas trascendentes, como la reforma fiscal, las pensiones, la cuestión energética, el tema laboral... Nosotros proponemos, por ejemplo, reducir el número de citas electorales (el año pasado, tuvimos en México14 o 15 elecciones, y eso no incentiva los acuerdos entre los partidos, que están siempre en campaña) e introducir la segunda vuelta en los comicios presidenciales, para que el Gobierno tenga respaldo en el Congreso. También proponemos la reelección de diputados y alcaldes. Son reformas que, creo, se darán a principios del siguiente sexenio.

P. El PRI controla hoy el Congreso. ¿Qué proyectos del Gobierno han quedado en la estacada?

R. Algunos muy importantes: el proyecto de ley sobre seguridad y justicia penal (que incluye la introducción de los juicios orales y la coordinación de los cuerpos policiales en México) y la regulación electoral, con el tema de la financiación de los partidos. En la parte económica, están atoradas la reforma fiscal, la reforma energética y la reforma laboral.

P. Los indicadores económicos se han estabilizado.

R. Se ha avanzado más de lo que esperábamos. Las tasas de inflación, interés y riesgo país están en los niveles más bajos de la historia. Estamos colocando papeles en el mercado a 20 años a tasas fijas, algo impensable en México. Pero la única manera de consolidar la estabilidad tiene que ver con la reforma fiscal y la reforma de pensiones en el sector público. Las otras reformas, la energética y la laboral, tienen que ver mucho más con elevar el crecimiento potencial de la economía. México puede y debe crecer no al 4 o 4,5%, como ahora, sino por encima del 6%.

P. Un triunfo del PRI o del Partido de la Revolución Democrática (PRD, izquierda) en 2006, ¿frenaría las reformas emprendidas?

R. Estoy convencido de que los mexicanos no tolerarán la marcha atrás en los cambios que se han dado, por ejemplo en la transparencia de acceso a la información gubernamental, que es fundamental para abatir la corrupción. Tampoco se aceptaría un retroceso en la reforma del servicio profesional de carrera: ahora las vacantes se cubren por concurso. Mi preocupación es que lleguen al poder legisladores y gobernantes con una visión modernizadora, para que continúen muchas políticas emprendidas.

P. ¿Han percibido ustedes cambios en el PRI para adecuarse a la nueva realidad?

R. Como Gobierno, hemos logrado una muy buena dinámica de trabajo con muchos gobernadores del PRI y del PRD. Pero el hecho de que las reformas pendientes no se hayan aprobado en el Congreso demuestra que existen muchos legisladores que no tienen un proyecto de nación moderna.

P. Quien encabeza las encuestas, sin embargo, es el perredista Andrés Manuel López Obrador, regente del Gobierno de la Ciudad de México, cuyo discurso recuerda al viejo populismo priísta. ¿El mensaje de Fox no ha calado en la opinión pública?

R. Bueno, aún falta mucho por caminar. Hace seis años, por estas fechas, las encuestas colocaban a Fox en un muy lejano tercer lugar... Es cierto que muchos de los resultados no son percibidos directamente por los ciudadanos, quizás porque los primeros tres años de la Administración fueron complicados en materia económica. Ahora ya se empiezan a ver los frutos. Casi seis millones de personas han salido de la pobreza entre 2000 y 2004, y los salarios reales se han incrementado un 7%. Llegó la estabilidad y los programas sociales se han consolidado.

P. López Obrador preocupa a quienes le ven como una réplica del venezolano Hugo Chávez. ¿Hay motivo para tal alarma?

R. El populismo caudillista se asimila al autoritarismo: esa clase de dirigentes, como se ha visto, no respeta las instituciones, las leyes o la división de poderes. En el lado económico, el populista encarna la irresponsabilidad: no tiene claro la importancia de tener unas finanzas públicas sanas, ignora que la inflación afecta a los que menos tienen, deja la deuda a las siguientes generaciones… Esto preocupa en todo el mundo, y preocupa en México.

P. El año pasado vimos en vídeo a colaboradores de López Obrador llenándose los bolsillos con dinero de sobornos. Por menos que eso, en Brasil, el superministro de Lula, José Dirceu, acaba de dimitir. El alcalde capitalino, en cambio, se desagravia con baños de multitudes. ¿La sociedad mexicana está tan inmunizada con la corrupción que ya no se escandaliza?

R. Los vídeos son tan dramáticos que deberían escandalizar a todo el mundo. Este episodio servirá para concienciar a los servidores públicos. Claro, que no todos han aprendido la lección. El Gobierno de la Ciudad de México, como otros gobiernos estatales, sigue siendo un palacio de opacidad. La ley de transparencia y acceso a la información pública del Distrito Federal es una burla, no tiene nada que ver con lo que se ha instaurado en el Gobierno Federal.

P. El Gobierno se precia de respetar la separación de poderes, pero el proceso judicial abierto contra López Obrador se cerró por una decisión política del presidente Fox, y no por decisión judicial. ¿No es eso una injerencia? ¿Tanto miedo le tiene el presidente al regente capitalino?

R. Creo que fue una decisión de Estado, basada en las condiciones que se vivían en ese momento y dentro de las facultades que tiene el presidente de la República. No se violentó nuestro marco jurídico.

P. Un marco jurídico que está en la picota. Políticos corruptos en la calle, connivencia entre jueces y narcotraficantes, o el caso de Raúl Salinas, que ha pasado diez años en la cárcel por un proceso viciado. ¿Es recuperable la justicia mexicana?

R. Sí lo es, pero sin duda es un tema de la agenda pendiente. En esa materia, el Gobierno ha realizado un proceso largo de consultas y está por entregar un proyecto de reformas del poder judicial. Pero sí, es un tema pendiente.

P. El capítulo más cuestionado de este Gobierno, sin embargo, es la seguridad ciudadana. ¿Ha perdido México la guerra contra el narcotráfico?

R. En general, los delitos no han crecido, incluso se han reducido marginalmente. En el tema del narcotráfico, hay que considerar cómo habríamos estado ahora si no se hubiera hecho lo que se hizo en los últimos cuatro años. El escenario actual es complicado, pero lo sería mucho más si no hubiéramos detenido a más de 44.000 criminales ni incautado droga por valor de 322.000 millones de pesos. La reforma sobre seguridad congelada por el Congreso ayudaría en muchos sentidos.

Eduardo Sojo.
Eduardo Sojo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_