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La oposición antisiria gana las elecciones legislativas en Líbano

El suní Saad Hariri tiende la mano a sus rivales para poner en marcha un programa de reformas políticas

La oposición antisiria, encabezada por el suní Saad Hariri, se ha hecho con el control del Parlamento de Líbano, rompiendo así tres décadas de hegemonía de los grupos prosirios, según los resultados oficiales de la cuarta y última vuelta de las elecciones celebrada ayer en el norte del país. El ministro libanés de Interior, Hassan Sabei, ha informado de que los candidatos de la oposición lograron el total de los 28 escaños que estaban en juego.

Las listas encabezadas por Hariri competían con el grupo del ex-ministro prosirio, Suleiman Franyie, apoyado por el general Michel Aoun, que triunfó en tres de las siete circunscripciones de Monte Líbano y la Bekaa en los comicios del pasado día 12. La victoria en el norte permite a la coalición de Hariri disponer de 72 escaños en la Cámara, mientras que los grupos chiíes prosirios Amal y Hezbolá suman 35, por los 21 de Aoun, exiliado durante los últimos años de presencia militar de Damasco en el país.

Pero todavía queda por ver cómo se formará el nuevo gobierno ya que Aoun, cuyos votos son necesarios para alcanzar la mayoría absoluta, ha afirmado que permanecerá en la oposición. "Estamos en la oposición y no formaremos parte del Gobierno", ha dicho en una rueda de prensa en la que ha acusado a sus rivales de corrupción.

El nuevo parlamento, compuesto a partes iguales por cristianos y musulmanes, será el primero, en las últimas tres décadas, en el que los opositores al régimen de Damasco serán mayoría. Sin duda alguna, el gran triunfador de los comicios, celebrados durante cuatro semanas, fue Saad Hariri,hijo de ex primer ministro Rafic Hariri, cuyo asesinato desató una ola de indignación que aceleró la retirada de los 15.000 soldados sirios desplegados en el país desde 1976.

Reconciliación

Hariri ha tendido la mano a todos los libaneses para que cooperen en las profundas reformas políticas que tendrá que poner en marcha su partido para dejar atrás el sectarismo religioso que impregna la sociedad libanesa. Hariri ha insistido en no cerrar la puerta a sus enemigos políticos: el líder maronita y ex jefe del Ejército Michael Aoun y la organización chií Hezbolá, siempre fieles a Damasco. "No excluyo a nadie y tiendo la mano a todos. Líbano necesita el esfuerzo de todos sus hijos", ha dicho. "Tenemos que discutir sobre un programa y cómo llevarlo adelante. No se puede reconstruir el país en base a la exclusión", ha añadido. En todo caso, Saad ha asegurado que proseguirá la obra de su padre, asesinado el pasado 14 de febrero, ya que la gente necesita "cambios y reformas".

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